LUMBIER
Categoría histórica: Villa.
Categoría administrativa: Municipio.
Partido judicial: Aoiz.
Merindad: Sangüesa
Comarca geográfica: Cuenca de Lumbier-Aoiz.
Población (1986): 1405 habitantes de hecho, 1491 de derecho
Superficie: 52,9 km2
Densidad: 26,6 km2
Altitud en el núcleo de viviendas: 467 m
Distancia a Pamplona: 38 km.
Comunicaciones: Situado en la carretera comarcal NA-150, Pamplona-Aoiz-Lumbier que se une a la general 240, Pamplona-Huesca.
Gentilicio: Lumbierino.
Geografía
Limita al N con Urraúl Bajo y Romanzado, al E con este último valle, al S con Yesa, Liédena y Sangüesa y al O con Urraúl Alto. El territorio abarca tres unidades geomorfológicas: la cuenca de Lumbier-Aoiz, excavada en las margas del Eoceno (en este caso, margas de Pamplona, del Eoceno Medio) por la red del Irati, río que atraviesa el término de N a S y que en él recibe al Salazar, aguas abajo y cerca de la villa, gran parte de las margas están cubiertas por los aluviones de las terrazas fluviales y de los glacis de erosión; en segundo lugar la sierra de Leyre, más concretamente su sector occidental que es un doble pliegue-falla cabalgante hacia el S, menos complejo que el oriental, formado fundamentalmente por calcarenitas lutecienses y atravesado por el río Irati mediante una bella foz, la sierra culmina en Arangoiti a 1.355 m; finalmente alcanza la terminación SE de la sierra de Izco, correspondiente a la formación margoareniscosa de Sangüesa (Oligoceno) y modelada por la erosión en dos crestas paralelas que buzan al SO y están separadas por un valle ortoclinal margoso.
El clima es de tipo submediterráneo, en general, aunque varía bastante de acuerdo con la exposición y la altitud; así lo ponen de manifiesto los siguientes datos medios anuales: 12º-13° de temperatura, 800-1.200 mm de precipitaciones, caídas en 80-120 días, y 600-725 mm de evapotranspiración potencial. Estas variaciones climáticas se reflejan en la vegetación natural. De los robledales, encinares, hayedos y pinares (P. sylvestris) que había antes de su destrucción por el hombre sólo quedan, en forma de monte maderable, los pinares de repoblación.
La población que trabaja en el sector secundario supone el 60% de la ocupada en el municipio. La industria manufacturera ocupa a 295 trabajadores en 10 empresas; de éstas las más significativas son las agroalimentarias, que son cinco y ocupan a 208 trabajadores. Destaca la industria cárnica, que emplea en un establecimiento a más de 200 personas. Le sigue en importancia la industria del mueble, que ocupa en dos empresas a 81 trabajadores.
El sector servicios emplea a 187 trabajadores (32% de la población ocupada en el municipio); en él destaca la enseñanza (con 52 empleados en 4 centros de enseñanza Preescolar, EGB y Formación Profesional); el comercio (con 40 empleados en 18 establecimientos); la administración local y orden público (con 22 empleados en 4 centros); la hostelería y venta de bebidas (13 empleados en 5 establecimientos); y reparación de vehículos (10 empleados en 10 centros de reparación).
La actividad agropecuaria emplea a 108 personas aunque solamente 53 tienen una dedicación plena. El regadío es poco significativo en la superficie cultivada. En el secano predominan los cereales (cebada, trigo); les sigue en importancia el girasol, la veza y, sobre todo, los cultivos leñosos, y más concretamente la vid, cuya superficie actual dista bastante de la que tuvo en 1891, poco antes de la filoxera (377 Ha) y en la década de 1960 (360 Ha). El olivo nunca dejó de ser, por razones climáticas, un cultivo secundario, propio de una economía de autoconsumo. La superficie agrícola ha disminuido en estos últimos años por abandono de las parcelas con fuerte pendiente. Salvo la ganadería industrializada de granjas (1.325 cerdos, unas 1.000 gallinas ponedoras), las otras clases tienen poca importancia: 1.458 ovejas de raza rasa aragonesa, 197 cabras y 46 reses de vacuno en 1982. Del ganado de labor, que contó en 1935 con 20 cabezas de bovino, 81 de caballar, 74 de mular y 21 de asnal, no quedaban en 1982 más que 4 cabezas de caballar, otras tantas de mular y 5 de asnal. El 30 de mayo de 1939 se fundó una Cooperativa Agrícola-Caja Rural y el 3 de marzo de 1940 la Bodega Cooperativa San Isidro. La concentración parcelaria se llevó a cabo en 1974 y afectó a 1.634 Ha y 274 propietarios; las 3.249 parcelas existentes quedaron reducidas a 458. La propiedad comunal asciende a 3.222 Ha (60,9% de la superficie censada sin facerías), abarcando el total de prados y pastos, 382 Ha de monte maderable y 299 Ha de cultivo.
La población activa de Lumbier asciende a 590 personas, de las cuales 90 se hallan en desempleo y 36 buscan su primer trabajo.
Desempleo registrado (31.3.1987): 123 personas.
Presupuesto municipal (1987): 70.276.000 pts.
Heráldica municipal
Trae de azur y un castillo de tres torres de plata almenadas de tres almenas. La torre central más alta que las laterales. El castillo flanqueado de una estrella de ocho puntas en el flanco siniestro y de un creciente ranversado de plata en el diestro. El sello antiguo de la villa, que además de los elementos descritos tenía un creciente y una estrella a ambos lados de la torre central, aparece en la Carta de Unión que todas las villas navarras firmaron en Puente la Reina en 1328.
Casa Consistorial
Tiene Casa Consistorial construida a fines del siglo XV, hecha con mezcla de materiales de ladrillo, mampostería y sillería. Fue levantada tras un incendio producido hacia 1870. Se sitúa en la calle Mayor, cerca de la plaza. Consta de dos plantas, con porche de ladrillo en planta baja, conformado por tres arcos y paramentos enfoscados. Recientemente se han realizado obras de mejora con un presupuesto de 12,9 millones financiados con ayuda del Gobierno de Navarra. El Ayuntamiento está regido por alcalde y ocho concejales.
En su término se recogió un útil del Paleolítico Inferior en la Venta de Judas*. Existe también un yacimiento al aire libre del Eneolítico-Bronce, y se han hallado once útiles pulimentados sueltos de la Edad de Bronce. La implantación romana en el actual núcleo de población está acreditada por diversos hallazgos de mosaicos y monedas de la época.
Sus orígenes se remontan a la época romana. En el siglo I d.C. Plinio* dejó constancia de que los iluberitani estaban encuadrados en el convento jurídico* de Zaragoza y eran estipendiarios*. Hasta el 924 no hay nuevas noticias: Abd al-Rahman III* tomó la población en una de las etapas de la “campaña de Pamplona”. En la segunda mitad del siglo X fue gobernada por la reina Endregoto*, retirada allí tras la anulación de su matrimonio con García Sánchez I*. Quizás desde entonces y con toda seguridad a partir del siglo XI fue sede de una tenencia*. En sus enfrentamientos con García Ramírez el Restaurador*, el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona llegó a acampar quince días en ella en 1142. Desde entonces pasó a un segundo plano durante más de un siglo. En la segunda mitad del siglo XIII reaparece en la documentación como una villa dotada de fueros, inserta entre los núcleos urbanos del reino y partícipe de sus empresas políticas. Desde 1298 se le menciona en la hermandad* de buenas villas* del reino y desde 1319 está presente en las reuniones de las Cortes*. Por entonces el concejo entregó al obispo de Pamplona el derecho de patronato y las rentas de la iglesia parroquial (1299-1300). Quizás a resultas de la crisis general de la segunda mitad del siglo XIV, conoció momentos difíciles que condujeron a enfrentamientos entre hidalgos y francos o ruanos, los dos grupos que integraban su población. Para atajarlos, Carlos III* otorgó el privilegio de hidalguía universal a todos los vecinos (1396). Así mismo inició una restauración de las murallas (1412), que se prolongó por lo menos durante quince años y tras la cual pasó a ser una de las plazas fuertes más importantes del reino. En los siglos bajomedievales el territorio municipal fue ensanchándose merced a incorporaciones de varias aldeas despobladas, como Biescas* (siglo XIII), Cabañas* (1381), Basolaz* (1497), Necuesa* (segunda mitad del siglo XV), Miranda* (1514), etc. A lo largo de la guerra civil fue plaza beamontesa, estando en manos de Alonso de Artieda. Hasta 1512 siguió adscrita al bando beamontés, aunque esto no le impidió obtener gracias reales aprovechando momentos excepcionales de concordia. Tal es el caso de la concesión de dos ferias anuales por la princesa Leonor* (1467) o la exención de cuarteles por 24 años (1473), luego prorrogada hasta principios del siglo XVI. Al producirse la invasión castellana de 1512, los reyes navarros se retiraron desde Pamplona a Lumbier y desde allí se encaminaron a Francia. La villa, de acuerdo con su tradición beamontesa, capituló el 16 de agosto y logró del duque de Alba* el reconocimiento de todos sus fueros y privilegios.
Conforme a ello Fernando el Católico en 1513, Carlos V en 1528, Felipe IV (VI de Navarra) en 1630 y Carlos III (VI) en 1774 confirmaron a Lumbier su estatuto jurídico. Felipe IV (VI), además, la convirtió en villa de jurisdicción separada, con un alcalde nombrado por el virrey a propuesta de la villa -alcalde que ejercería la jurisdicción civil y criminal- y regidores para la administración económica, quienes en cambio se designarían por el procedimiento de Insaculación*.
Por estas nuevas concesiones, Lumbier dio al erario real 9.000 ducados.
En el orden eclesiástico, a la parroquia de la Asunción se sumó en 1576 la comunidad de monjas benitas que hasta entonces había residido en Lisabe*. En principio se habían establecido en Leire, pero las relaciones con la comunidad masculina no fueron buenas y ya en 1450 se habían trasladado al lugar citado, de donde salieron en 1576 por lo inhóspito e insano.
Lumbier mantuvo su carácter de buena villa con asiento y voto en las Cortes de Navarra hasta la desaparición de éstas en el primer tercio del siglo XIX. Durante la primera guerra carlista, en 1834, Lumbier acogió la gran junta carlista que estudió la aceptación o rechazo de las proposiciones del general Quesada a Zumalacárregui.
Mediado el siglo contaba con una escuela de niños frecuentada por 120 y dotada con 4.000 reales, y otra de niñas con igual número de alumnas y una dotación de 2.000 reales.
Las gentes se dedicaban a la agricultura principalmente, comercializaba sobre todo el trigo y vino y compraban géneros de lana, hilo y algodón. Funcionaban un molino harinero y veinticuatro alfarerías. Acababa de perder su posición fronteriza, al pasar Navarra de reino a provincia, y de ser por ello lugar de cuidado para la represión del contrabando*.
Durante la última Guerra Carlista* (1872-1876), el término de Lumbier volvió a ser lugar de acciones militares, especialmente en torno a la posición de la Trinidad.
En los años veinte de nuestro siglo tenía una fábrica de chocolate, dos de harinas, diez alfarerías, tejería y hornos de cal y yeso. Seguía en vigor una fundación para dotar doncellas y costear estudios que había instituido en 1651 el beneficiado don Pedro Adansa aparte de otra para sostener la instrucción pública.
En cuanto a la atención sanitaria, es difícil establecer con certeza al número de hospitales que hubo. Existió uno que acogía a leprosos y estaba situado en la antigua Ermita de la Magdalena.
Hay documentos que precisan únicamente la existencia de un hospital en el siglo XVII. Comenzado el siglo XIX varios vecinos decidieron ocupar un local para la atención de los enfermos, y destinaron dinero de donaciones para la fundación de un hospital, efectuada posiblemente hacia 1845. Gracias a las aportaciones de la familia Urizburu se pudieron superar las sucesivas crisis económicas por las que pasó el hospital.
En 1864 se comenzaron las obras del hospital definitivo, compuesto de planta baja y un piso. En 1881 la Comunidad de Hijas de San Vicente de Paúl se hizo cargo tanto del cuidado de los enfermos como de una escuela de niñas y otra de párvulos, por lo que fue necesario construir un segundo piso.
Arte
La iglesia parroquial de la Asunción es un templo edificado en el siglo XV, de planta de cruz latina, con nave de cinco tramos y cabecera poligonal. Las bóvedas son de crucería. El retablo mayor, de grandes proporciones, alberga en su mazonería barroca las esculturas y relieves realizados en el siglo XVI por Pedro de Moret y Fray Juan de Beauves y pintados por Juan de Landa. Toda la escultura es de calidad, pero hay que destacar la talla de la Asunción, en la calle central.
En los muros del testero del crucero hay dos retablos romanistas que se atribuyen a Juan de la Hera, escultor de Lumbier. Tienen arquitectura muy semejante, con banco, dos cuerpos en tres calles y ático. El de la epístola está dedicado a San Miguel y San Andrés. El del evangelio no tiene el titular original. En los muros laterales del crucero hay sendos retablos barrocos. En la nave frente a la puerta de ingreso, ha sido colocado un crucifijo gótico del siglo XIV, procedente de la ermita de San Andrés. En el muro de la epístola se halla un pequeño retablo del siglo XVI, cercano al estilo de Pedro de Moret; la talla de Santa Catalina, lo único policromado, fue pintada al parecer por Juan de Landa.
La iglesia del Monasterio de las Benedictinas, dedicada a Santa María Magdalena, data del siglo XVII. Tiene planta de cruz latina, de seis tramos en la nave, lleva cúpula sobre el centro del crucero y bóveda de cañón con lunetos en el resto. Al exterior, la portada antigua tiene columnas que sustentan un frontón con la hornacina que acoge la imagen de la titular. En el interior, el retablo mayor ocupa la cabecera plana de la iglesia. Es barroco, de 1746, obra de Francisco de Ariño arquitecto Miguel Puyal, escultor. Otros retablos barrocos ocupan el crucero. En la nave se halla el lienzo de la Inmaculada, firmado en 1666 por Juan Antonio Escalante.
Bibliografía
T. Biurrun. La Escultura religiosa del Renacimiento en Navarra. (Pamplona, 1935). 109-110. 387-388, M. C. García Gaínza, La escultura romanista en Navarra. (Pamplona, 1969). 114. 221-222.
Toponimia menor
Alto Borda, término; Arangüite, alto; Bastanco, corral; Bayacha, término; Biezcas, término; Bijués, término; Borda Blanca, término; Busíbar, Burisibar, término; el Carasol, término; la Costera, término y barranco; Cubillar, término y barranco; Fayar y Castellar, término; Grande, barranco; Guindanesa, alto; Harinas, fábrica; Ibarra, término y barranco; Javierico, casa; Judas, ventas; Junto al Monte, término; Lardín, término; Lumbier, foz; la Oquia, término; Peña Roya, término; Romastaca, término; San Adrián, ermita; San Babil, término; San Bartolomé, ermita; San Gregorio (de Miranda), ermita; San Jaime, corral; Santa María Magdalena, ermita; Sario, término; el Saso Grande, término; Saso Miranda, término; Sastre, borda; Severo, casa; Sielva, término; los Surios, término; la Trinidad, ermita y alto; la Val, término; Valdelaco, barranco.