HUARTE
Categoría histórica: Villa.
Categoría administrativa: Municipio.
Partido Judicial: Aoiz.
Merindad: Sangüesa.
Comarca geográfica: Cuenca de Pamplona.
Población (1986): 2.777 habitantes de hecho, 2.782 de derecho.
Superficie: 3,8 km2
Densidad: 7.308 h/km2
Altitud en el núcleo de viviendas: 441 m
Distancia a Pamplona: 5,6 km
Comunicaciones: Situado en la confluencia de un tramo de carretera local de la nacional N-135, Pamplona-Francia por Valcarlos y de la comarcal NA-150, Pamplona Aoiz-Lumbier.
Gentilicio: Huartarra.
Geografía
Limita al N con Ezcabarte y Esteríbar, al E y S con Egués y al O con Burlada y Villava.
Las margas de Pamplona (Biarritziense, Eoceno Medio), rocas fácilmente erosionables que ocupan la mayoría del territorio, se corresponden con relieves sumamente ondulados; en buena parte están recubiertas por los aluviones cuaternarios de las terrazas del río Arga, que dan lugar a superficies llanas. Al N, una estrecha banda de areniscas (Biarritziense) más resistente a la erosión, ha sido modelada en forma de cresta (Miravalles 597 m).
El clima es de tipo submediterráneo, como reflejan los siguientes datos medios anuales: 1.000-1.200 mm de precipitación en 100-120 días, 12º-13º de temperatura, alrededor de 2 meses de aridez estival y unos 650-700 mm de evapotranspiración potencial.
La superficie forestal está formada por robles submediterráneos y Pinos de repoblación (11,7 Ha de laricio de Austria) sobre la cresta de Miravalles, así como por unas cuantas Ha de chopos, también de repoblación, en los sotos del Arga.
El número de puestos de trabajo existentes en el municipio es de 1.488. La población activa total de Huarte es de 1093 personas, de las cuales 220 se hallan en situación de paro. Tienen su empleo en Huarte cerca de 550 personas con residencia en otros municipios.
El sector industrial ocupa a 1.048 personas (70% del total) distribuidas en 49 establecimientos productivos. Las actividades industriales que generan mayor empleo son: las de productos alimenticios, (248 trabajadores en 6 establecimientos), la fabricación de productos metálicos (229 trabajadores en 6 establecimientos), y papel y artes gráficas, (225 trabajadores en 6 establecimientos).
El subsector de la construcción ocupa a 86 personas en 7 establecimientos, 3 de los cuales son de instalación y montaje de edificios y obras.
El sector de servicios emplea 411 personas distribuidas en 120 centros de trabajo. La actividad con mayor número de personas ocupadas es el comercio y la intermediación comercial, que ocupan a 118 trabajadores en 41 establecimientos.
Les sigue a continuación la enseñanza, que emplea a 73 personas en 5 centros docentes, cuatro de Educación General Básica y uno de Formación Profesional.
La reparación de vehículos ocupa a 51 personas en 14 talleres. Los transportes y comunicaciones proporcionan trabajo a 42 personas en 16 centros, en su mayoría de transporte de mercancías por carretera.
La hostelería y venta de bebidas ocupan a 33 personas, distribuidas en 16 establecimientos. Administración local y orden público ocupan a 32 personas en 4 centros.
El resto de las actividades terciarias son menos importantes.
El sector agropecuario ocupa a 29 personas, trabajan en 170 explotaciones cerealistas y unas 40 hortícolas, casi todas ejercen la agricultura a tiempo parcial.
El secano se dedica principalmente a los cereales (cebada, trigo) y muy secundariamente a los forrajes (veza sobre todo) y leguminosas-grano (judía seca). En el regadío, que equivale a poco menos de 1/3 del ager y tradicionalmente se ha orientado al abastecimiento del Mercado de Pamplona, los cultivos más extendidos son patata y hortalizas, seguidos muy de lejos por leguminosas-grano (judía seca) y forraje alfalfa. Unas pocas Ha de frutales (manzano, peral, ciruelo) constituyen la única representación de los cultivos leñosos, ya que las numerosas viñas que hubo (73 Ha en 1891 y aún 22,18 en 1950) han desaparecido. La maquinaria ha sustituido al ganado de labor, que en 1920 sumaba 43 cabezas de caballar, 24 de mular, 24 de asnal y 4 de vacuno. Criados en granjas industriales había, en 1982, 2.714 cabezas de porcino y 12.750 gallinas; también, 14 vacas de ordeño. Los comunales ocupan 76 Ha (20,6% del total).
El principal recurso económico fue, hasta la década de 1930, la horticultura, si bien disponía de algunas industrias; pero a raíz de su incorporación al desarrollo industrial y urbano de Pamplona ha adquirido los caracteres específicos de un núcleo urbano que combina los rasgos propios de su pasado rural con los nuevos elementos urbanos: bloques de viviendas de escasa altura, polígono industrial, edificios dispersos destinados a fábricas o servicios. Desde el punto de vista funcional, son las actividades urbanas (secundarias sobre todo, y terciarias) las que lo caracterizan mejor, mientras que las agrarias -sin desaparecer- han quedado relegadas a un segundo plano: la mayoría de los agricultores se han convertido en obreros o empleados y, en todo caso, continúan trabajando sus huertas en el tiempo libre.
Debido en gran parte a su localización, su crecimiento, aunque notable, ha sido moderado en comparación con el de otros núcleos más accesibles de la periferia urbana. La población, con pequeñas oscilaciones, se mantuvo estable hasta 1920, ascendió notablemente hasta 1960 y muy intensamente hasta 1970, coincidiendo con el período de mayor expansión industrial; desde entonces se registró una progresiva disminución del crecimiento, como consecuencia de la crisis económica.
Desempleo registrado (31.3.87): 282 personas.
Presupuesto municipal (1987): 209.601.000 pts.
Heráldica municipal
Trae plata y un grifo rampante de gules. Bordura de losanges de plata y azur. Por timbre una corona abierta.
Casa Consistorial
La Casa Consistorial está situada en la plaza de San Juan, junto a la iglesia parroquial y al frontón. Es un edificio funcional diseñado en chaflán, en cuya fachada destaca el escudo de armas de la localidad. Se eleva en cinco plantas y fue construida en 1978.
El Ayuntamiento está regido por alcalde y diez concejales.
Fue en el siglo XI centro de uno de los distritos o “tenencias” del reino. El monarca García Ramírez dio la villa y su castillo a la catedral de Pamplona (1135), pero el obispo Remiro los devolvió a Sancho VII el Fuerte (1223). En el siglo XV todos los vecinos eran ya hidalgos y no estaban sujetos, por tanto, a ninguna carga señorial. El antiguo “monasterio” de San Esteban perteneció desde comienzos del siglo XI a la abadía de Leire, por donación del rey Sancho el Mayor. La iglesia de San Juan perteneció siempre a la mitra pamplonesa, la cual recibió además por donación privada (1100) la iglesia de Santa Eugenia. El conde Sancho Sánchez dio una heredad en el lugar a la abadía de Santa Fe de Conques (1101-1104). También Santa María de Roncesvalles poseyó bienes en el término desde finales del siglo XIII.
Tras la incorporación de Navarra a la corona de Castilla continuó como lugar de realengo, para llegar a convertirse en 1665 en buena villa, con asiento en Cortes, a cambio de 16.000 reales que dio al rey para la guerra. En 1771 la Cofradía del Santo Rosario poseía una casa para dar cobijo a viudas pobres. A comienzos del siglo XIX la gobernaba un alcalde, nombrado por el virrey a propuesta de la villa, en tanto que los regidores se designaban por Insaculación*. El alcalde tenía la jurisdicción civil y criminal.
Mediado el siglo tenía dos escuelas, la de niños frecuentada por 80 y la de niñas frecuentada por 40, y ambas dotadas con fondos públicos y de una fundación pía. Acudían también a estas escuelas los niños de Olaz y Gorraiz, que contribuían 12 y 7 robos de trigo. Contaba con canteras de piedra, caminos a Aoiz y a Francia y tres molinos harineros.
La ermita de San Miguel, que había en la cima del monte llamado por eso de San Miguel de Miravalles, sirvió de fuerte durante la guerra de Independencia (1808-1813) y quedó derruida. A comienzos del siglo XX, la apertura del ferrocarril del Irati*, con estación en Huarte, dotó a la villa de un importante y nuevo medio de transporte. Había para entonces fábricas de harinas, con molino moderno de cilindros, calzado y chocolates, todo lo cual se exportaba a Pamplona; un hospital sostenido por el ayuntamiento, una fundación piadosa instituida por José María Lejalde, con capital de 5000 pesetas, en beneficio de la instrucción pública.
Castillo
Fue cedido por el rey García Ramírez junto con la villa al obispo Sancho y al cabildo de Pamplona por 412 morabetinos; cesión confirmada en 1150 por Sancho el Sabio. El año 1175 se refugió entre sus muros el obispo Pedro de París con sus gentes, en la guerra contra Castilla, tras la toma del castillo de Leguín y su fallido intento de socorro. Más tarde, en 1223, el obispo Remigio puso pueblo y castillo a merced de Sancho el Fuerte, por los muchos servicios hechos por el rey a la iglesia de Pamplona, quedando incorporados al patrimonio real.
Arte
La villa se reparte a ambas orillas de un meandro que describe el río Arga. Su urbanismo, antiguo, se ordena en dos calles principales convergentes con un casco integra do principalmente por casonas blasonadas de los siglos XVII y XVIII y algunos restos de construcciones góticas. Cuenta con cuatro puentes entre los que destacan sobre el Arga los de Ugarraldea, El Calvario y Dorraburu, y en su jurisdicción se encontraban las ermitas de San Miguel de Miravalles y la Escuela de Cristo.
Desaparecida la iglesia de San Esteban, su titulación se fundió con la de San Juan Evangelista, cuando esta parroquia del Gótico vascongado se amplió y reformó en el último tercio del siglo XVIII. El templo resultante es un edificio barroco con el característico juego de volúmenes en el exterior y un interior espacioso y unitario, con planta de cruz latina, capilla mayor recta y capillas laterales. Sobre un entablamento clasicista con triglifos y metopas se alzan las cubiertas que son de lunetos en la nave y las capillas mayor y colaterales, y por medio de cúpula sobre pechinas en el crucero y en una capilla del Lado del Evangelio. El campanario de amplia base y linterna octogonal moderna y un pórtico en forma de U y con cerco de ladrillo en los arcos completan el conjunto parroquial.
El retablo mayor, muy alterado en su segundo cuerpo, privado de tablas originales y mixtificado con tallas procedentes del antiguo retablo de San Esteban, mantiene aún su traza protorrenacentista, un banco con hornacinas de concha donde se alojan los Evangelistas, el segundo cuerpo con las tablas pintadas de la Anunciación, Nacimiento, Adoración de los Magos y la Presentación en el templo, el ático con un Crucificado, centrado por las tablas de la Caída de Cristo y Descendimiento y las imágenes de la Virgen y San Juan y el guardapolvos, plagado como el banco de una plástica decoración plateresca a base de grutescos.
Fue su autor Juan de Bustamante, pintor de Estella aunque avecindado en Pamplona, quien hacia 1535 se comprometió a hacer un retablo de pintura y escultura que, una vez entregado, fue tasado en algo más de 800 ducados, de los que 511 correspondieron, según estimación de Miguel de Baquedano y Miguel Tomás de Carcastillo, a la labor de pincel. En sus escenas demuestra, al igual que en las de Cizur Mayor de 1538, la utilización de grabados nórdicos e italianos, como en la del Descendimiento, que reproduce una estampa de Marcantonio Raimondi según modelos de Rafael, aunque más simplificada, en tono patético y con un fuerte colorido.
Adornan las capillas de esta iglesia parroquial varios retablos barrocos del siglo XVIII con columnas salomónicas y profusa ornamentación vegetal como el del Cristo crucificado, que se aloja en un enmarque trebolado en el Lado de la Epístola, y los del Corazón de Jesús y la Sagrada Familia, éste último de tipo escenario, en el Lado del Evangelio, junto a otros dos más modernos que sirven de colaterales.
No obstante, la verdadera joya de Huarte es una imagen de Santa María la Blanca que se encuentra sobre una peana en el Lado de la Epístola del presbiterio. Se trata de una pequeña escultura en mármol blanco con la Virgen erguida que fue hecha en talleres parisinos y donada a la parroquia en 1349 por el mercader de Pamplona, natural de la villa, Martín de Huarte, según lo acredita una inscripción de la peana. Es una imagen gótica de silueta alabeada que lleva velo, corona, ropaje de finos pliegues y restos de policromía, y vara florida a modo de cetro, en tanto que el Niño sostiene el globo del mundo.
Bibliografía
A. Pérez Goyena, Apuntes históricos de la villa de Huarte (Pamplona, 1952). C. Pellejero, Un notable pintor estellés del siglo XVI: Juan de Bustamante, “Príncipe de Viana”, 4 (1943), p. 315-326.
Esparcimiento
Las fiestas patronales se celebran el primer domingo de septiembre.
Toponimia menor
Areta, término; Chuchate, término; Ezcataray, barranco; Miravalles, término; Olaz-Chipi, reformatorio; Urbicáin, término; Xusarri, término; Zumardia, término.