INSTITUCIÓN PRÍNCIPE DE VIANA
Órgano cultural de la Diputación Foral de Navarra, que ha supuesto en el tiempo la continuidad y perfeccionamiento de los objetivos propuestos por la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra*. Creada en 1940 por iniciativa del entonces vicepresidente de la Diputación Foral, Tomás Domínguez de Arévalo, Conde de Rodezno*, para -en sus propias palabras- “honra de nuestro pasado glorioso, conservación de los monumentos que nos le conmemoran, cultivo de nuestras Bellas Artes y convivencia con todo el tesoro espiritual y sentimental que pueblo como el nuestro ha de conservar y exaltar si quiera enfrentar designios nobles de perpetuidad en sus singulares características”.
Según sus capítulos fundacionales ejercería las siguientes funciones:
Restauración, mantenimiento y custodia de todo el patrimonio artístico del Reino;
Investigaciones, estudio y fomento de su historia, derecho, literatura, costumbres, artesanía;
Vulgarización de la Cultura por medio de publicaciones, bibliotecas, archivos, museos, cursos, conferencias y turismo.
La integran el Pleno de sus miembros, el Consejo Permanente, las secciones especiales y la Secretaría General. Constituían el Pleno el Consejo Permanente y los miembros Correspondientes o Vocales. El Consejo Permanente era el organismo rector, orientador y ejecutivo de las labores de las Secciones y de los fines de la Institución y estaba formado por un presidente (por derecho lo era el vicepresidente de la Diputación Foral), dos diputados, el secretario general, los directores de las secciones, los vocales de las mismas y el director de la revista “Príncipe de Viana”, órgano oficial de la Institución.
Inicialmente se reglamentaron las Secciones de Patrimonio Artístico; Publicaciones y Cultura Popular; y museos, archivos, bibliotecas, artesanía, compuestas por un director y tres vocales.
El secretario general lo era ejecutivo del Consejo Permanente y jefe del personal adscrito. Su vida económica se ha regido por el presupuesto anual de la Diputación Foral, actual Gobierno de Navarra. Su sede oficial ha sido desde su fundación la Cámara de Comptos Reales de Navarra, situada en Pamplona, en la calle de Florencio de Ansoleaga. Al poco de su fundación se asoció al Patronato “José María Quadrado” del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en el que permaneció hasta su disolución en 1977. La Institución mantuvo su configuración de Consejo de Cultura hasta el mandato de Félix Huarte Goñi, último presidente de la misma, en que pasó a ser una Dirección encuadrada primero en la ponencia y a partir de 1984 en la Consejería de Educación y Cultura de la Diputación Foral o Gobierno de Navarra.
Fueron sus presidentes Tomás Domínguez de Arévalo (1940-1948), José María Arellano Igea* (1949-1952), Miguel Gortari Errea (1952-1964) y Félix Huarte Goñi* (desde 1964). El primer cargo de secretario general recayó en José María Lacarra y De Miguel* (1940-1944). Continuó su labor José Esteban Uranga Galdiano* (1944-1973), último secretario y primer director, al tiempo que comisario provincial de Excavaciones Arqueológicas y delegado de Bellas Artes, funciones encomendadas tradicionalmente al director de la Institución. Le sucedió Vicente Galbete Guerendiain (1973-1979) y a éste interinamente José María Yárnoz Orcoyen, hasta que en octubre de 1980 fue nombrado Fernando Redón Huici (1980-1983). A continuación se hizo cargo del puesto de forma provisional el director de Educación Juan José Grau Lasheras (1983-1984). En 1984, ocupó el puesto Javier Itúrbide Díaz, sustituido en 1986 por Jose Mª Romera.
En 1980, bajo la dirección de Fernando Redón, se reestructuró la Institución conformándose con los Servicios de Patrimonio Artístico y Restauración, Publicaciones, Actividades Culturales, Archivos, Museos y Bibliotecas. Se potenció la difusión cultural y las ediciones. Con la llegada del primer Gobierno de Navarra (1984), Archivos y Bibliotecas se fundieron en una sola sección y se creó una dirección general de publicaciones del ente foral.
A las secciones creadas por mandato fundacional se unieron más tarde otras, como la Música, Fomento del Vascuence, Etnología y Folklore y Derecho Navarro*, con secciones de derecho público, privado, histórico, biblioteca especializada y archivo jurídico. En 1943 se adscribió a la Institución el Instituto Médico de la Beneficencia, compuesto por los facultativos de servicio en las dependencias sanitarias y benéfico-asistenciales dependientes de la Diputación Foral. De la fecundísima labor desarrollada por él dan prueba las 59 conferencias y 110 comunicaciones de temas científicos expuestas entre 1943 y 1957. Otro ente formado en su interior fue el Grupo Espeleológico “Príncipe de Viana”. Por todas estas secciones pasaron especialistas de renombre como Rafael Aizpún, Luis Arellano, Tomás Biurrun, José Ramón Castro, Miguel Echeveste, Eusebio García Mina, José María Iribarren, Alfredo Irigaray, Victoriano Juaristi, Onofre Larumbe, Antonio Pérez Goyena, Luis Oroz y Juan San Juan, cuyos nombres son una muestra incompleta del nivel intelectual de que gozaron. A su vez, la Institución tenía sus delegados culturales en las cabezas de merindad.
En 1946, recibió la Medalla de Honor de la Real Academia de San Fernando (Madrid) por su “labor magnífica en pro de las Bellas Artes”. La labor desarrollada desde 1940 ha sido ingente y se reparte entre áreas diferentes, como actividades culturales, archivos, bibliotecas, arqueología, patrimonio artístico-restauración y publicaciones.
Actividades culturales
Hasta 1953 fueron constantes los ciclos de conferencias sobre diversos temas culturales, dadas por renombradas personalidades españolas y extranjeras. A partir de 1954 las conferencias cedieron paso progresivo a los conciertos musicales. A éstos acompañaron subvenciones para entidades musicales y para la enseñanza de la música, con especial atención a la música coral y folklórica. Así el patrocinio al cuadro folklórico “Duguna”, dirigido por José María Iribarren y Javier Bello Portu (a partir de 1951). Esta particular atención a la música ha sido constante a lo largo de los años, con una eclosión en los actos de homenaje a Hilarión Eslava en 1978 y en 1981 con la creación de los Festivales de Olite, luego de Navarra*, propulsados por Fernando Redón como encuentros culturales donde al tiempo se dan cita cursillos, exposiciones, cine, teatro y grandes espectáculos en pleno verano. A las becas para estudios artísticos siguió la primera convocatoria en 1982 del Concurso Internacional de Arte Contemporáneo, que con carácter anual se viene desarrollando en el marco de estos festivales, en la especialidad de pintura.
Otros campos de actividad han sido los montajes de exposiciones artísticas, algunas de singular importancia como las de “Pinturas Murales de Navarra” (1947), de “Arte Antiguo” (1947), Ignacio Zuloaga (1950), Pintores del Bidasoa (1986), J. Basiano, la prehistoria en Navarra (1986), M. Pérez Torres (1988), etc. O exposiciones bibliográficas, como la Tipográfica Navarra (1974), la preparada con motivo del 1.200 Aniversario de la Batalla de Roncesvalles (1978) o la del Libro Navarro (1981).
Su iniciativa cultural se ha demostrado en otros actos relevantes como el Homenaje al Poeta “Orixe” (Leiza, 1957) o los I y IV Symposia de Prehistoria Peninsular (Pamplona 1959 y 1965). Lleva a cabo convenios culturales con entidades, en un afán de colaborar a la expansión de la cultura. Organiza cursos, concede subvenciones y dispone de filmoteca y videoteca con gran número de títulos en curso gratuito.
Archivos
En 1941 se formó un Centro de Investigaciones Históricas con que afrontar la confección del Catálogo Monumental de Navarra, que dispone de biblioteca, ficheros de historia y de arte (bibliográfico, documental y fotográfico). Se consideraron trabajos urgentes las catalogaciones de los fondos de los Archivos catedralicios de Pamplona y Tudela, de Comptos, Notariales y Municipales, en las que colaboraban de forma destacada Juan San Juan, Francisco Fuentes Pascual, José Goñi Gaztambide y, principalmente, los directores del Archivo General de Navarra, José Ramón Castro y Florencio Idoate, al comenzar en 1952 la publicación del Catálogo del citado archivo en sus secciones de Comptos, Documentos, Registros y Guerra. A la catalogación bibliográfica colaboraron por su parte el P. Antonio Pérez Goyena, José Ramón Castro, José María Azcona y Jaime del Burgo. Del Archivo General se desgajaría, por iniciativa de Florencio Idoate, la Sección de Protocolos Notariales, que dispone de nuevos locales para facilitar su ordenación y consulta. La organización del Archivo General de Navarra se completa con las secciones de Guerra y Papeles Sueltos y un archivo general, administrativo y municipal, además de servicios complementarios de microfilmación, reprografía y restauración.
La Institución reforzaría su archivo histórico-artístico, a partir de 1980, con los datos aportados por el Catálogo Monumental de Navarra -emprendido a partir de entonces por un equipo de colaboración entre la Institución Príncipe de Viana. Arzobispado de Pamplona y Universidad de Navarra, dirigido por Concepción García Gaínza, y por el Inventario Histórico-Artístico (finalizado en 1984), dirigido por Javier Irigaray.
Bibliotecas
En 1941 se creó la Red de Bibliotecas de Navarra, así como la Biblioteca General, para cuya dirección fue nombrado Jaime del Burgo Torres, a quien sucedió en el cargo Lorenzo Otazu Ripa. En 1984, el número de Bibliotecas* públicas, locales y comarcales, ascendía a 61. El número total de volúmenes corresponde a la proporción de uno/dos habitantes de Navarra, es decir, unos 270.000 ejemplares, que pueden consultarse en las salas de lectura o en domicilio, mediante servicio de préstamo.
Arqueología
Las primeras tareas arqueológicas fueron encomendadas al Seminario de Arte y Arqueología de la Universidad de Valladolid, dirigido por Cayetano de Mergelina, que editó una cartilla de divulgación arqueológica, para recabar la colaboración pública en la “reconstrucción histórica” de la Prehistoria y Edad Antigua de Navarra. En 1942 se estructuró un Servicio de Excavaciones encomendado a Blas Taracena, director del Museo Arqueológico de Madrid, quien junto con Luis Vázquez de Parga, consiguió hasta su fallecimiento en 1951, el logro de una vigorosa empresa de excavaciones y prospecciones sistemáticas en la Navarra Media y Ribera orientales y en el extremo SOE de la Cuenca de Pamplona, con una importante investigación de poblados de la Edad del Hierro. Le sucedió Luis Vázquez de Parga, con la colaboración de Octavio Gil Farrés, hasta la llegada a la dirección del Servicio de Juan Maluguer de Motes* en 1952. Destacan en esta etapa la inauguración del Museo de Navarra* en 1956, dirigido por María Angeles Mezquíriz, con la proyección pública de sus salas de Prehistoria y, tres años más tarde, la celebración en Pamplona del I Symposium de Prehistoria Peninsular, bajo dirección de J. Maluquer y patrocinio de la Institución. El período de J. Maluquer fue especialmente fecundo. Realizó abundantes reconocimientos y excavaciones en Valtierra, Cortes, Corella, Fitero, Navascués, Bigüezal, Aspuruz, Urbiola y Urdax, en unión ocasional con Sangmeister y Fernández Medrano, recibiendo la ayuda de los espeleólogos acogidos a la Institución, dirigidos, desde 1950, por José María Martínez Peñuela. Se localizaron restos arqueológicos en las sierras de Leire, Andía, Sarbil, Echauri, Urbasa, en la Barranca y Burunda. Los estudios correspondientes se publicaron bajo la denominación de “Excavaciones en Navarra” entre 1942 y 1958. Se dieron entonces los primeros pasos para la confección del catálogo espeleológico de Navarra. Culminó el período la celebración en Pamplona, en 1965, del IV Symposium de Prehistoria Peninsular, dedicado a la Prehistoria y Etnología Vascas, último acto dirigido por Juan Maluquer. En 1974, bajo la dirección de Vicente Galvete, se constituyó la Comisión de Excavaciones y Arqueología, presidida por María Ángeles Mezquíriz -en su calidad de directora del Museo de Navarra- e integrada por 7 componentes. Con la creación del Consejo Navarro de Cultura* (1986), esta comisión pasó a ser un órgano asesor ya que el propio Consejo dispuso de una comisión de Arqueología.
Desde 1975 se incrementaron los planes de excavaciones, dentro del programa de la propia Comisión. Ofrecieron los primeros resultados las campañas de Zatoya (Abaurre Alta)*, Berroberría (Urdax)*, Akelarren-Leze (Zugarramurdi)* y sierra de Urbasa*, por parte de I. Barandiarán; de la cueva de Abauntz (Arraiz)*, a cargo de P. Utrilla, de la Universidad de Zaragoza; las excavaciones de la Edad de Hierro, Bronce y despoblados medievales de A. Castiella, M. A. Beguiristáin y C. Jusué de la Universidad de Navarra; Los hallazgos de megalitos inéditos por el P. Ondarra y la amplia labor arqueológica en el mundo romano que llevó a cabo M.ª A. Mezquíriz -con importantísimas recuperaciones de obras de ingeniería como el Acueducto de Lodosa- Alcanadre* y el complejo hidráulico de Andelos (Mendigorría)*, las excavaciones en el desolado de Rada*, Iturisa*, y numerosas prospecciones son, en conjunto, algunas de las iniciativas arqueológicas de mayor importancia. (Arqueología*).
Patrimonio Artístico y Restauración
Su defensa y conservación fueron tareas prioritarias de la Institución. Para llevarlo a cabo se creó el Servicio correspondiente y se recabó del Gobierno de la nación competencias para la custodia, conservación y restauración de los monumentos histórico-artísticos sitos en Navarra, que fueron concedidas en noviembre de 1940. Este Servicio estuvo dirigido hasta 1966 por José Yárnoz Larrosa*, arquitecto, académico de Bellas Artes de San Fernando, que en 1924, en unión con su hermano Javier, había ganado el concurso internacional convocado para la reconstrucción del Palacio de Olite. A él se debe la puesta en funcionamiento del taller de cantería que en Olite dispuso el Servicio de Patrimonio, para colaborar con los artesanos necesarios al proceso de restauración. Intervino en las restauraciones de las catedrales de Pamplona y Tudela; comienzo de las de los monasterios de Leire, Irache e Iranzu; dirigió las de las iglesias de Eunate, Torres del Río, Puente la Reina, Ujué, Estella, Los Arcos, Viana y Gazólaz. Le sucedió, hasta su jubilación en octubre de 1984, su hijo José María Yárnoz Orcoyen, que dirigió buen número de obras entre las que destacan en Pamplona, el ayuntamiento, la Cámara de Comptos Reales, la sala de armas de la Ciudadela y el claustro de la catedral; en Sangüesa, el edificio del ayuntamiento, el palacio del Marqués de Valle Santoro y la ermita de San Adrián de Vadoluengo; en Estella, la casa Fray Diego y la iglesia del Sepulcro; la ermita de Echano, en Olóriz; la iglesia parroquial de San Martín de Unx; el palacio de los Reyes de Navarra, en Olite; las iglesias de Fitero, Santa María de Olite, Villamayor de Monjardín y Cerco de Artajona. Junto a José Luis de Arres dirigió la restauración del monasterio de la Encarnación de Corella y en colaboración con Francisco Iniguez Almech la del santuario de San Miguel in Excelsis (Aralar). A este último encargó la Institución la restauración del hórreo prerománico de Iracheta. Esta labor de restauraciones consolidación mantenimiento y asesoramiento, ha sido continuada por los arquitectos E. Iriarte, J. Sancho y L. Gil.
Las restauraciones se han centrado también en retablos y pinturas, en este campo destaca la labor de A. Marcos, con quien colaboraron restauradores, como Grau -de la Junta de Museos de Barcelona- González Quesada y Pérez Alférez, del Museo del Prado, Gudiol (a quien se debe el traslado de las pinturas murales hoy expuestas en el Museo de Navarra) o Rodríguez Azcárate.
La institución cuida especialmente el entorno urbanístico de los monumentos que restaura (Monasterio de Leire y Colegiata de Roncesvalles), pero también de los pueblos, villas o ciudades, subvenciones para Ayuda de la Conservación del Patrimonio Histórico-Artístico en la Propiedad Privada, singularmente en el caso de los hórreos navarros, para cuya conservación ha dictado normas especiales.
Publicaciones
La primitiva Sección de Publicaciones y Cultura Popular se transformó en un Servicio asignado al director de la Institución, que constituía, junto a la supervisión de las restauraciones, su primer cometido. Vicente Galbete, a partir de 1973, promovió la colaboración de jóvenes graduados que suman sus firmas a los especialistas atraídos, a las publicaciones de la Institución, por José Esteban Uranga, y se intentó una primera sistematización de las publicaciones. La labor de este período inicial quedó reflejada en el Catálogo recensionado de Publicaciones “Príncipe de Viana” (1940-1976).
A partir de 1981 con la dirección de F.J. Zubiaur, y desde 1984 con Mª Soledad Saracibar como Jefe del negociado de Publicaciones, se inició una potenciación del servicio. Se sistematizaron formatos, mejoraron diseños, se perfeccionó la distribución y el intercambio, se crearon nuevas colecciones como la Breve Ilustrada; uno de sus títulos “Orquídeas de Navarra”, obtuvo un premio dentro de uno de los apartados de “Libros mejor editados de España”. Nuevas son también la Colección Jurídica de la Diputación Foral, que más tarde pasó a formar parte de las publicaciones del Gabinete de Presidencia, el Suplemento de Ciencias de la Revista “Príncipe de Viana”, y la colección “Panorama”.
Desde 1986, el Consejo Navarro de Cultura*, designó una Comisión encargada de valorar los trabajos presentados y la conveniencia o no de su publicación. El catálogo de publicaciones de la Institución cuenta con unos 800 títulos y cerca de 1600 estudios científicos aparecidos en sus revistas periódicas. De ellas “Príncipe de Viana” es la más antigua. Sus directores fueron Eladio Esparza (1940-1955), Manuel Iribarren (1957-1958) y los directores de la Institución hasta 1980; a partir de dicho año se nombró a Julio Caro Baroja como supervisor de publicaciones de la Institución. En 1969, bajo la dirección de José Esteban Uranga y el mandato foral del Diputado Miguel Javier Urmeneta, se crearon las revistas “Fontes Linguae Vasconum, Studia et Documenta” y “Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra”, esta última por recomendación de Julio Caro Baroja y el ofrecimiento de colaboración de José Miguel de Barandiarán y sus discípulos, a través del recién creado Grupo “Etniker“*, formado en torno a la Cátedra de Lengua y Cultura Vasca instituidas en la Universidad de Navarra en 1963. Desde 1985, se publican anejos de la Revista “Príncipe de Viana” en los que quedan incluidos los “Índices” de las tres revistas, un “Homenaje a José Mª Lacarra” (1986), Actas del Congreso de Historia de Navarra de los siglos XVIII, XIX y XX (1987) y Actas del primer Congreso General de Historia de Navarra en 6 volúmenes (1988). Con un enfoque popular se edita en euskera desde 1966 un “Suplemento” de la Revista “Príncipe de Viana” para el fomento del vascuence. En 1979 se creó la publicación anual “Trabajos de Arqueología Navarra”, para dar a conocer la fecunda labor de la Comisión de Excavaciones.
Entre las ediciones de mayor importancia son de obligada reseña los Catálogos del Archivo General y Monumental de Navarra, la Biblioteca de Derecho Foral y su primer número que recoge el Fuero General de Navarra, la serie de Excavaciones en Navarra, la Imprenta en Navarra, el Ensayo de una Bibliografía Navarra, el Diccionario de Antigüedades y el de los Fueros del Reino, la Historia de los Obispos de Pamplona, el Vocabulario Navarro y la Prehistoria de Navarra, así como otros numerosos títulos incluidos en sus series de Historia, Arte, Fuentes para la Historia de Navarra, serie que en 1988 ha abordado la edición del Catálogo del Archivo Diocesano, etc.
Bibliografía
I. Barandiarán, E. Vallespi, Prehistoria de Navarra (Pamplona, 1984), p. 10-23; El Conde de Rodezno, Nuestros propósitos. “Príncipe de Viana” (1940), I, 1, p. 5-8; Revista “Príncipe de Viana”, años 1940-1958 y 1981-1982 (secciones “Los trabajos y los días” y “Noticias culturales”); J. Salcedo Izu, Catálogo recensionado de Publicaciones “Príncipe de Viana” 1940-1976 (Pamplona, 1976). Catálogos anuales de publicaciones del Gobierno de Navarra.