MONTAÑA
La más septentrional de las tres grandes divisiones zonales en que se reparte el espacio navarro. Su límite meridional corresponde con el de las sierras prepirenaicas de Urbasa-Andía, Sarvil, Perdón, Alaiz, Izco y Leire.
Geología
Abarca dos grandes unidades geológico-estructurales, los Pirineos occidentales y la zona Vasco-cantábrica.
En el sector Norte afloran los materiales paleozoicos que configuran los macizos de Cinco Villas*, Quinto Real* y Oroz-Betelu*. Dichos macizos están formados por cuarcitas, esquistos, areniscas, dolomías y calizas, incluyendo incluso el granito en el pequeño batolito de Peñas de Aya. Estos materiales fueron deformados por la orogénesis hercínica, en la era primaria o paleozoica, y más tarde, en el Terciario, por los movimientos del ciclo alpino que volvieron a elevar la cordillera.
El resto de la Montaña se caracteriza por estar constituida por depósitos de origen marino, esencialmente, pertenecientes a la era secundaria o mesozoica y al comienzo del período terciario. Dicha zona está integrada por cinco grupos de litofacies diferentes:
arcillas y yesos, con “ofitas”, generalmente relacionadas con fenómenos de diapirismo;
conglomeraciones y areniscas rojo-vinosas, que forman la aureola que bordea los macizos paleozóicos;
calizas y dolomías, que constituyen el armazón de las principales sierras (Larra*, Abodi*, Aralar*, Leire*, Alaiz*, Urbasa*, Andía* y Lóquiz*);
las margas, sobre las que la erosión ha modelado amplios valles y cuencas (La Barranca*, Las Améscoas*, Ulzama*, Belagua* y las cuencas de Pamplona* y Lumbier*);
las facies flysch, que se extiende por los valles pirenaicos (Erro*, Arce*, Aézcoa*, Salazar*, Roncal*).
Estos materiales se encuentran intensamente plegados y, en ocasiones, fallados y cabalgados como consecuencia de la orogénesis alpina, cuya fase principal tuvo lugar al final del Oligoceno.
Geografía
Es la Navarra extramediterránea como lo demuestra la coincidencia entre su límite S y el N del área del olivo. Reúne un total de 119 municipios distribuidos en tres comarcas: Navarra Húmeda del NO (49 municipios), Valles Pirenaicos (34) y Cuencas Prepirenáicas (36).
La Navarra Húmeda del NO comprende los valles que vierten al Cantábrico y los situados al S de la divisoria cuyas aguas vierten al río Araquil y margen izquierda del Arga. Disfrutan de un clima atlántico y subatlántico muy lluvioso, y de reducida insolación y oscilación térmica. Extensos bosques ocupan la mayor parte del espacio: robledales en las cotas bajas y hayedos en las laderas, además de landas de brezos y helechos. Sus abundantes prados son testimonio de una economía ganadera dedicada a la cría de ovejas lachas y vacuno, complementada con el aprovechamiento forestal y el disfrute de importantes bienes comunales. Domina la propiedad privada pequeña y los campos cercados. En los valles que vierten al Cantábrico el hábitat presenta una gran dispersión (abundantes caseríos de planta cuadrangular y cubierta a dos aguas), mientras que en los meridionales se agrupa en pequeñas aldeas. Su población ha disminuido de forma constante, salvo en aquellos municipios cuya economía se complementa con cierta actividad industrial (Alsasua, Lesaca, Vera, Irurzun, etc). La densidad de población varía entre los 10-30 habitantes, según zonas.
Los valles Pirenaicos agrupan a los situados en la vertiente meridional del Pirineo, al E del río Arga. Dispuestos de N a S, han sido modelados de forma transversal por la erosión de los ríos sobre el flysch y margas eocénicas, dando lugar a tramos de valle más amplios que contrastan con las foces creadas cuando cortan las potentes barras calcáreas intercaladas. Las precipitaciones disminuyen tanto más cuanto de los orientales se trate, al igual que la temperatura debido a la altitud, la innivación es importante y la oscilación térmica acusada al predominar unas condiciones submediterráneas montañas en la mayor parte de ellos. Los abetos y hayas se reducen a las exposiciones de umbría, mientras que el pino silvestre se enseñorea del paisaje. Los puntos más elevados culminan con un piso aubalpino de pino negro. Las tierras de cultivo siempre han sido escasas y se destinan a prados y al cultivo de la patata. La ganadería bovina y lanar (esta última más importante hacia el este y trashumante) completan su economía, junto con el aprovechamiento forestal y de sus extensos comunales. El hábitat está concentrado en pequeñas aldeas, con casas de tejado a cuatro aguas del que sobresalen pequeños aleros. Es el área comarcal más deprimida, con densidades inferiores a los 10 hab/km2.
Las cuencas prepirenáicas de Lumbier-Aoiz y Pamplona constituyen amplias depresiones intramontañosas estructurales labradas por los ríos Irati, Arga y afluentes al erosionar las margas eocénicas sobre las que se asientan. Su clima es submediterráneo, marcando la transición entre el de tipo atlántico, al N, y el mediterráneo continental de la Depresión del Ebro. Sin embargo, la de Pamplona es ligeramente más húmeda, como lo demuestra la mayor presencia de robledales frente a un predominio del pino silvestre en la otra. Es una comarca eminentemente cerealista (con algunos viñedos en la de Lumbier-Aoiz) cuyo terrazgo se sitúa en torno de pequeñas aldeas de 50-100 habitantes agrupadas en valles y cendeas. La presencia de Pamplona justifica el declive humano de estos asentamientos, atraídos por su actividad industrial. Salvo Pamplona y su entorno, el resto de la Cuenca presenta densidades de unos 20 hab/km2, incluso menores en la de Lumbier-Aoiz.