URBASA Y ANDÍA
Antiguos montes del Estado, anteriormente pertenecientes al Patrimonio de la Corona de Navarra, cuya gestión técnica y administrativa transmitió aquél a la Diputación Foral por Real Orden de 30 de junio de 1930. La titularidad fue transferida a la Comunidad Foral por R. D. de 27 de febrero de 1987.
Limitan al N con el corredor del Araquil, al E con los valles de Ollo y Goñi, al S con los de Guesálaz y Yerri, y el monte Limitaciones de las Améscoas y al O con la provincia de Álava. Urbasa tiene 1199 Ha de superficie y Andía 4.710. Durante siglos en las Cortes se hablaba siempre de Andía, Urbasa y Encía; este último nombre designaba a la porción más occidental de Urbasa. El monte de la Planilla (294 Ha) formaba parte de Andía, aunque se hallen separados ambos por una distancia de 4.700 m, y estaba (y está) sujeto, en lo que a su aprovechamiento se refiere, a las mismas normas. No se consideró como monte independiente hasta la aprobación del deslinde de Andía por Real Orden de 25 de marzo de 1918, añadiéndose al Catálogo de Montes de Utilidad Pública con el número 7 bis; linda al N con el monte de Lezaun, al E con el facero de Azcona y Lezaun, el monte de Azcona y el antiguo señorío de Erendazu, al S con el monte de Iruñuela y al O con el de Ibiricu. Urbasa está separado de Andía por un estrecho valle transversal N-S parcialmente recorrido por la carretera de Estella al túnel de Lizarraga.
Urbasa es una meseta de unos 1.000 m de altitud media, un sinclinal colgado delimitado por crestas -verdaderas sierras- que dan abrupta y escarpadamente sobre los corredores de Araquil, al N, y de las Améscoas, al S, y que culminan a 1.181 la primera y 1.014 m la segunda. Andía es un accidente estructural más complejo, pues además del sinclinal principal, continuación del de Urbasa al E de la falla de Zumbelz, hay sendos pliegues acompañantes al N (anticlinal desventrado de Ergoyena y sinclinal enhiesto de San Donato, que culmina a 1.494 m en Beriáin) y, al S, el anticlinal de Dulanz-Sarbil, y se halla afectado por un haz de fallas dispuestas en forma de abanico desplegado cuyo vértice radica en las proximidades del diapiro de Estella. Urbasa y Andía están intensamente karstificados: corredores y valles secos, depresiones cerradas (dolinas, uvalas, poljés), simas, cañones, exsurgencias, etc.
Bioclimáticamente son dos montañas medias que se alzan y hacen de frontera entre la provincia atlántica y la submediterránea de la región eurosiberiana o medio-europea, y aún entre ésta y la región medpiterranea de los encinares. Llueve mucho -más en Urbasa que en Andía-, hay abundancia de nieblas, los inviernos son fríos, con nevadas copiosas y frecuentes, y los veranos frescos. No hay seguía estival, de modo que crece la hierba en todos los sitios deforestados por el hombre. Primitivamente hubo en las sierras hayedos por encima de 600 ó 700 m y robledales en niveles más bajos, y hoy, sin haberse destruido totalmente aquéllos, pues suman 9.023 Ha en Urbasa, hay grandes extensiones desarboladas, como los rasos de Bioitza, y sobre todo del Palacio, en Urbasa, y como casi todo Andía. La dirección O-E de las sierras, perpendicular a la que siguen los vientos más frecuentes del Cantábrico y la orientación solana de la vertiente S y umbría de la N hacen que aquélla sea más cálida y seca (quejigos, encinas) que ésta (robles). No hay ríos en las sierras, sino algunos arroyos o barrancos, como los de Iranzu, Riezu, Guembe y Elordia, que discurren encajonados en Andía, o el de los Yesos de Urbasa, que desaparece en una sima (un ponor que hace de sumidero de aguas). Éstas se embalsan en un importante acuífero subterráneo que rebosa por una serie de manantiales o exsurgencias kársticas, como el Nacedero del Urederra, en Urbasa, y los de Arteta, Riezu, Ibero y Echauri, en Andía.
Desde el punto de vista humano ambas sierras fueron montes de Patrimonio de la Corona de Navarra, como otros muchos. Su originalidad radica en que son montes a cuyo aprovechamiento (hierba y pastos, aguas, fustas, tabla, leña, madera, helecho, hoja, hojarasca, estiércol, nieve y posibilidad de hacer chabolas y bordas) tienen derecho “desde siempre” todos los navarros, con tal de que no comercien con ellos. Este derecho han sabido defenderlo tenazmente frente al poderoso e influyente linaje comarcal de los Baquedano, que obtuvieron entre otras mercedes reales el título de marqueses de Andía (1695), llegaron a ejercer la jurisdicción civil y criminal sobre el territorio y controlaron el cargo de Sustituto Patrimonial y el Patronato de la Abadía de los montes de Andía y Urbasa; frente a los valles de Améscoa Alta y Améscoa Baja, que llegaron a “limitar” en su beneficio particular y a adquirir la propiedad del monte Limitaciones; frente a los pueblos circundantes, que para hacer más extensos sus términos jurisdiccionales, corrían las mugas hacia el interior de ambos montes, antes de que éstos se deslindaran y amojonaran convenientemente; frente a ciertos Patrimoniales, que ponían trabas y hasta querían prender a los navarros que extraían leña, carbón, tablas, fustas, olivos y otros materiales para sus casas, que impedían a los naturales del Reino coger nieve en las simas de Urbasa y Andía y que intentaban poner impuestos a quienes entraran con sus ganados en dichos momentos o pretendían arrendar los pastos a ganaderos extranjeros, generalmente guipuzcoanos, etc.; y, sobre todo, frente al Estado y sus funcionarios del Distrito Forestal de Navarra, que intentaban una y otra vez cercenar o redimir lo que ellos llamaban servidumbre (especialmente la de pasto, madera y leña), los derechos de aprovechamiento, con el pretexto de ordenar la explotación y repoblar forestalmente Urbasa y Andía. Argumento decisivo para esta defensa de los derechos navarros fue el artículo 14 de la Ley Paccionada (1841), que dice textualmente: “No se hará novedad alguna en el goce y disfrute de montes y pastos de Andía, Urbasa, Bardenas ni otros comunes, con arreglo a lo establecido en las Leyes de Navarra y privilegios de los pueblos”.
Pastos y trashumancia
Los derechos de aprovechamiento de todos los navarros han sido también extensivos al disfrute de las hierbas. La buena condición de éstas en las etapas veraniegas han permitido su disfrute por las ganaderías de la Ribera Occidental y de las comarcas estellesas. Dos cañadas y otras tantas pasadas conducen al ganado hasta las sierras: la de Tauste a Urbasa-Andía, la de la Valdorba-Andía y las P-48 y P-49 de Estella y Mendaza-Lana. Al igual que el resto de aprovechamientos, se han suscitado diferentes conflictos, en todo caso regulados finalmente por la Diputación Foral en 1948. Los aspirantes al aprovechamiento deben comunicar con la debida antelación el número de cabezas y las fechas de utilización de los pastos, se recomienda la custodia por pastores; se establece un canon al ganadero. También se estableció una junta de pastores, con catorce vocales. El derecho de pasturaje quedó limitado a las zonas desarboladas y no acotadas para repoblación forestal.
Toponimia menor
Agadía, término; Aldabidía, fuente y camino; Andasarri, barranco; Anduera, corral; Arguiñano o Arriba, bordas; Arriba o Arguiñano, bordas; Azteitia, camino; Bagallo-Raso de Bioiza, camino; Bordas de Arguiñano, camino; Calera, camino; Cañada de Bardoizar, camino; el Cargadero, término; Charco Ramos, camino; Cura, senda; Dorrocoteca, término; Echarri-Aranaz, calzada; Enebral o Reajo de los Vesos, barranco; Ermita, ermita; Escalaborro, término; Frailes, casa; Fuente Itandurrieta, término; Guarda, casa; Ibiso* Cargadero, camino; Icomar, término; Itandurrieta, término; Juangorri, fuente; Legumbre, término y alto; Lordia u Ondian, barranco; Manonsaboya, camino; Oldáriz, camino; Oldáriz-Aldabidia, camino; Ondian o Lordia, barranco; Oroz, término; Osaportillo, manantial; Pamplona, sima; Peña Blanca, término; Peones Camineros, casa; Puerto de Elordia, término; Puerto de Irañeta, término; Puerto Esaide, término; Raso de Bioiza, término; Raso de Bioiza-Bagaye, camino; Raso de Urbasa, término; el Raso, senda; Regajo de los Yesos o Enebral, barranco; Sagarra, término; San Donato, sierra; Sangüein, alto; Santa María, ermita y camino; Santa Quiteria, ruinas; Sarasa, balsa y alto; Sustaya, camino; la Trinidad, alto; Ulanz, alto; Urbasa, venta y senda; Urzirarzu, fuente; Zumbel, venta.