PIRINEOS
Cadena montañosa que separa España de Francia, a lo largo de más de 425 km, entre el Cantábrico y el Mediterráneo. El conjunto pirenaico navarro abarca una franja fronteriza de 163 km, entre Vera de Bidasoa y la Mesa de los Tres Reyes. Las cumbres más importantes son la Mesa de los Tres Reyes (2.428 m), máxima cota de Navarra, Arlás (2.044 m), Lákora (1.877 m), etc, dentro del macizo de Larra o de la Piedra de San Martín. Otra cima destacada es el Orhi (2.021 m), situada en la prolongación occidental de este macizo. Más al Oeste de esta zona y hasta el Cantábrico los relieves son de menor importancia y es en este sector donde el Pirineo empieza a perder las características de altitud y forma de modelado propias de la alta montaña.
Geología
Desde el punto de vista estructural, el paso del Pirineo navarro a la zona cantábrica se efectúa bruscamente a través de un importante accidente transversal de zócalo, jalonado por diapiros, que va de Estella a Elizondo.
Las dos grandes unidades geológicas en que se subdivide la cadena son la Zona Axial y la Zona Sur-Pirenaica o Prepirineo.
La Zona Axial, que forma el eje o núcleo de la cordillera, se hunde bajo la cobertera mesozoico-terciaria, sin llegar a Navarra. No obstante, aquí vuelve a emerger en forma discontinua, formando tres unidades que son los macizos de Cinco Villas*, Quinto Real-Alduides* y Oroz-Betelu*.
Los materiales que la constituyen son rocas paleozoicas (cuarcitas, areniscas, esquistos, dolomías y calizas), afectadas por metamorfismo y que incluye algunos plutones graníticos. Estos materiales fueron deformados por la orogénesis hercínica y más tarde por los movimientos del ciclo alpino que volvieron a elevar la cordillera.
La Zona Sur-Pirenaica o Prepirineo se caracteriza por una laguna total (sedimentaria o tectónica) del Jurásico y Cretácico inferior e incluso del Keuper y por el desarrollo de potentes formaciones calcáreas y detríticas (flysch y margas) del Cretácico Superior, Paleoceno y Eoceno.
En la zona de transición entre la zona pirenaica y la cantábrica, limitada por el macizo de Quinto Real al Norte y la cuenca de Izaga-Pamplona al Sur, cabe destacar la presencia de Keuper y de Jurásico Inferior (dolomías con anhidrita). En el Jurásico Superior y Cretácico Inferior, no hay depósitos hasta el Aptiense-Albiense (conglomerados y areniscas). En el resto de la zona las series cretácicas, paleocenas y eocenas son semejantes a las de la zona pirenaica propiamente dicha.
El conjunto forma una unidad alóctona con estructuras ESE-ONO de vergencia Sur, muchas de las cuales se prolongan en Aragón. El deslizamiento de la unidad hacia el Sur ha producido pliegues volcados y pliegues asimétricos (anticlinales de Belabarce y Ezcaurre) y cabalgamientos (Isaba, Urzainqui, San Miguel, Idocorri, Illón y Leyre). En la zona de transición también se han originado importantes cabalgamientos en el área septentrional (Múzquiz-Olagüe y Arizu-Guelbenzu, prolongación hacia el Oeste del cabalgamiento Eugui-Roncesvalles), así como apretados pliegues en el sector central (Aoiz), y un amplio sinclinorio al Sur (Izaga-Aranguren). En el área más meridional se tiene el anticlinal cabalgante de Alaiz, que forma el frente de la unidad. El desplazamiento de la unidad alóctona sobre la autóctona ha sido de unos 15 km.
Las estructuras pueden observarse fácilmente en las zonas en que la erosión ha alcanzado los niveles duros tanto de los olistostromas eocenos (sierra de San Miguel) como de las calizas del Eoceno y Paleoceno (Leyre, Idocorri, Illón, Ezcaurre, Abodi) o del Cretácico (Larra), ya que en el flysch y en las margas son difíciles de ver. Predominan los valles perpendiculares a las estructuras pirenaicas, en las que los ríos han excavado profundos tajos en los niveles calizos.
La zona cantábrica comprende la parte noroccidental de Navarra, quedando limitada por el Este por el accidente Estella-Elizondo que, por otro lado, es el límite occidental de la zona pirenaica. Por el Sur comprende las sierras de Dos Hermanas y Cantabria y, por el Norte, queda limitada por el macizo de Cinco Villas-Haya. Pertenece tectónicamente a la zona Vasco-Cantábrica, estando presente en ella las distintas unidades del Arco Vasco. La vergencia pasa de ser hacia el Sur en la parte próxima a la depresión del Ebro, a ser hacia el Norte entre la Barranca y el citado macizo.
La estratigrafía es más compleja y completa que en la zona pirenaica. La disposición de las cuencas de sedimentación cambia a partir del Jurásico Superior, evolucionando continuamente. Se encuentran representados terrenos desde el Triásico hasta el Eoceno, en facies esencialmente calcáreas y margosas.
Se pueden distinguir una serie de unidades estructurales de N a S:
Depresión de Oiz-Beasáin
Sinclinorio Araiz-Ulzama
Anticlinal cabalgante de Aralar
Pliegues de Urbasa-Andía y Lóquiz
Cabalgamiento de Dos Hermanas, Codés y Cantabria.
Aunque ha habido varias etapas de deformación en la orogénesis alpina, la fase principal en esta zona tuvo lugar al final del Oligoceno, aunque durante el Mioceno se produjo una importante reactivación. Dicha fase es la que originó el plegamiento y la emersión de la cordillera pirenaica, y el desplazamiento hacia el Sur de una serie de escamas alóctonas. Recibe el nombre de “pirenaica” por ser la que levantó definitivamente dicha cadena. Está relacionada con el movimiento de la placa ibérica hacia el Norte.
Valles pirenaicos
Desde el Arga hasta el Esca presentan unas características geológicas muy similares, si se excluye el sector correspondiente al macizo paleozoico-triásico de Oroz-Betelu, que afecta principalmente a los valles del Irati y del Urrobi.
Los materiales que afloran se pueden agrupar en cuatro grupos de litofacies, (de más antiguos a más modernos):
Areniscas ferruginosas rojizas y conglomerados del Cretácico Inferior, que afloran en un corte a lo largo del río Urrobi; dolomías, calizas y calizas con glauconita del Cretácico Superior, con buenos afloramientos al Sur de Arive, al Este de Espinal y en la carretera de Erro a Esnoz, respectivamente; margas y calcoesquistos, con un importante desarrollo en los valles medios y altos del Erro, Urrobi e Irati, y en los núcleos anticlinales de Abodi y Peña Ezcaurre, así como en los barrancos de Belagua, Mace, Belabarce y Minchate. Al Sur de la estructura de Oroz-Betelu, encima de estas margas, se encuentran unas calizas arenosas que presentan una pátina de color crema que permite una fácil identificación. La última serie descrita pertenece al Cretácico Superior (Maastrichtiense).
Calizas de aspecto “marmóreo” del Paleoceno con calizas arcillosas y margas en la parte alta. En la base es frecuente que aparezcan dolomías grises. Los afloramientos se localizan en la sierra de Abodi, en la Peña Ezcaurre, en el núcleo del anticlinal situado al Norte de Aoiz, excavado por los ríos Urrobi e Irati, así como jalonando el Cretácico que bordea la estructura de Oroz-Betelu, excepto en la zona Oeste, en el valle del Erro. En el valle del Arga este nivel pasa a un tramo complejo constituido por calizas en banco alternando con margocalizas.
Por encima de las calizas se sitúan los depósitos conocidos comúnmente como de facies flysch, formados por una alternancia de areniscas calcáreas, margas y calizas. Hay que advertir que cualquiera de los tres términos puede estar muy reducido o faltar por completo. El espesor individual de cada secuencia puede variar desde los 10 cm hasta varios metros. En esta serie se intercalan unos niveles de naturaleza calcárea (olistostromas) de gran extensión (algunos, como el de Güesa-sierra de San Miguel, pueden llegar a los 100 km), y cuyo espesor en algunos puntos puede alcanzar los 50 m. En general, presentan una granulometría decreciente, estando constituidos en la base por bloques y cantos, que pasan hacia arriba a acumulaciones de Nummulites que actúan de granos, hasta que finalmente se pasa a granos calcáreos más finos y amargas.
El flysch aflora en la mayor parte de la zona, especialmente en los valles de los ríos Esca y Salazar. Hacia el Oeste, en el valle del Arga, va pasando a margocalizas y margas. La sedimentación flysch se inició en el Paleoceno terminal y continuó durante el Eoceno.
Encima del Flysch se encuentra una formación de margas gris azuladas también del Eoceno, denominada “margas de Pamplona”, en la que se intercalan niveles esporádicos de areniscas. Tiene una gran extensión y espesor, y aflora en las cuencas de Pamplona y Lumbier.
En estos valles se observan perfectamente las alineaciones estructurales pirenaicas con una dirección aproximada Este-Oeste. En general se conforman una serie de pliegues asimétricos e inclinados, a veces cabalgantes, todos vergentes al Sur. Los niveles calcáreos más competentes marcan las estructuras y dan pliegues más amplios.
La morfología de toda esta zona viene condicionada por la litología y la estructura. En efecto, la alternancia de niveles duros resistentes con otros más fácilmente erosionables, origina una serie de elevaciones y depresiones de dirección Este-Oeste, cortados más o menos perpendicularmente por los ríos mencionados, con formación de foces o cañones en los puntos de intersección con las calizas.