RIBAFORADA
Categoría histórica; Villa.
Categoría administrativa: Municipio.
Partido Judicial: Tudela.
Merindad: Tudela.
Comarca geográfica: Ribera del Ebro.
Población (1986): 3.054 habitantes de hecho, 3.087 de derecho.
Superficie: 28,9 km2
Densidad: 105,7 hab/km2
Altitud en el núcleo de viviendas: 266 m.
Distancia a Pamplona: 107 km.
Comunicaciones: Carretera local que se une con la general N-232, Alfaro-Tudela-Zaragoza.
Geografía
Limita al N con Cabanillas, al E con Fustiñana y Buñuel, al S con Ablitas y al O con este municipio y el de Fontellas. Su término linda con el Ebro y se halla atravesado por los canales Imperial y de Lodosa.
El municipio se extiende desde el Ebro, que sólo parcialmente forma muga con Cabanillas y Fustiñana y que aquí corre a unos 255 m, hasta Malpisa, Carasol y Monterrey (320-340 m). Casi todo él se halla ocupado por los aluviones del Cuaternario, escalonados en terrazas a partir de la baja llanura aluvial de inundación; únicamente al S aflora el Mioceno arcilloso-limoso y rojizo con intercalaciones de areniscas y estructura tabular.
Llueve poco e irregularmente, el verano es seco, el cierzo frecuente e intenso y los contrastes térmicos acusados. Los caracteres son del clima mediterráneo-continental de la Depresión del Ebro. Los valores anuales medios más destacados son: 14°-16°C de temperatura, 350-400 mm de precipitaciones, caídas en unos 55 días, y entre 750 y 800 mm de evapotranspiración potencial.
El sector primario ocupa a 550 personas, cerca del 50% de la población activa del municipio, de ellas 420 tienen una dedicación completa, lo que supone el 50% de la población ocupada en el municipio.
Es un pueblo de regadío (97% de lo cultivado), el antiguo derivado del canal Imperial y el moderno del de Lodosa. En 1984 los cultivos más importantes fueron, por la extensión que ocuparon: maíz (el más destacado con diferencia), trigo, espárrago, tomate, pimiento y alfalfa. El secano cerealista, que llegó a ocupar 1.869 Ha en 1935, hoy ha quedado reducido a unas pocas hectáreas. El viñedo, que ascendía a 213 Ha entre regadío y secano en 1891, antes de la filoxera (más 20 Ha de viña-olivar), ha desaparecido, así como el olivar, que siempre fue de regadío y tuvo poca importancia (16 Ha en 1906).
El ganado de labor contaba en 1935 con 110 cabezas de caballar, 142 de mular y 49 de asnal y había quedado prácticamente eliminado (8,10 y 2 respectivamente) en 1982. Del ganado de granjería destacaba el lanar (2.860 en 1982) y cabrío (202), el bovino de leche y carne (290 reses) y el porcino (476) más las aves de granja (32.000 gallinas, 550 pavos, patos y faisanes) y las conejas reproductoras (1.500). El 6 de julio de 1964 se aprobó la constitución de la Cooperativa Agrícola-Caja Rural San Blas, en mayo de 1947 se había fundado otra Cooperativa del Campo, disuelta el 16 de enero de 1971.
No tiene terreno comunal, pero sí 80 Ha de bienes de propios.
El sector servicios es el segundo en mano de obra ocupada en Ribaforada, con 223 personas empleadas en 79 centros de trabajo.
Las actividades terciarias más importantes son: hostelería y establecimientos de bebidas (55 empleados); comercio (53); reparación de vehículos (24); transporte (23); enseñanza (18); administración local y orden público (13) y banca y ahorro (9).
El sector secundario cuenta únicamente con 181 trabajadores, repartidos en 24 establecimientos.
Las actividades que configuran este sector son: la industria alimentaria (con 67 trabajadores en 9 establecimientos); con cárnicas, conservas vegetales y piensos para animales como más importantes, fabricación de productos químicos, fabricación de materiales de construcción (terrazos, yesos), confección textil, industrias de la madera, distribución de energía y agua y empresas del ramo de la construcción.
La población activa de Ribaforada se elevaba en 1984 a 1.102 personas, de las cuales 210 se hallaban en desempleo y 68 tenían su puesto de trabajo fuera del municipio.
Desempleo registrado (31.3.87): 318 personas. Presupuesto municipal (1987): 110.442.000 pts.
Heráldica municipal
Trae de oro un puente de un arco sobre ondas de plata y azur y sobre él, en campo de gules, en el primer cuartel, una cruz de San Juan de Jerusalén de oro atravesada de una espada de plata con la empuñadura de oro. En el segundo, una luna creciente ranversada de plata, sumada de una corona real de oro. En bordura las cadenas de Navarra. El puente puede simbolizar el que atraviesa el canal imperial o el que existió entre los dos poblados primitivos de Ribaforada y Esteruel, mientras que la Cruz del hospital de Jerusalén, que su señorío perteneció a dicha orden. En el que figura en las vidrieras de la Diputación faltan las cadenas en bordura.
Casa Consistorial
Se sitúa en la plaza de San Francisco Javier. Sus características constructivas son las habituales en la zona. En 1985 se redactó un proyecto para construir una nueva Casa Consistorial en otro lugar de la población, cerca de la estación de ferrocarril.
El ayuntamiento está regido por alcalde y diez concejales.
Reconquistado el lugar a los musulmanes junto con Tudela (1119), a mediados del propio siglo XII fue dado en señorío a los Templarios, que lo hicieron sede de una encomienda. Disuelta esta Orden Militar (1309) y confiscados sus bienes muebles, la villa fue entregada por el rey Luis I el Hutín (1313) a los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, aunque reservando la Corona la “cena” y algunas heredades.
Carlos III dio a su hijo natural Godofre estas rentas del patrimonio regio (1413). Coetáneamente el deán de Tudela, Sancho Sánchez de Oteiza, llegó a un acuerdo con los Hospitalarios sobre los diezmos del lugar, que ya a finales del siglo XII habían sido objeto de fricciones entre los Templarios y, por otro lado, el obispo de Tarazona y el cabildo de Santa María de Tudela. Los moros de la localidad, cuyas prestaciones señoriales fueron objeto de dos reglamentaciones, sumaban unas 35 familias hacia 1300, 31 en 1353, 20 en 1366 y 35 en 1402.
La expulsión de los moriscos, que poblaban y cultivaban sus tierras, sumada a la crisis demográfica, supuso una reducción drástica de su población, situación que se prolongó hasta el siglo XIX, en que tuvo por el contrario uno de los más espectaculares desarrollos, continuado en el siglo XX. Durante la Guerra de Sucesión muchas casas fueron abandonadas, causando su ruina.
Las condiciones económicas aún debieron empeorar con la rotura de la presa del Bocal, de donde se tomaba el agua para el riego, en 1722. En 1726 Ribaforada tenía sesenta almas. A finales de siglo -desde 1784- la apertura del Canal Imperial* haría que comenzasen a mejorar las cosas al recuperarse y ampliarse el área de regadío.
Sin duda, esto se halló en la base del despegue demográfico. En 1792, en un memorial de la villa al gran prior de la religión de San Juan, se le expuso la necesidad que advertían de aumentar su población, pues por falta de casas, aun los mismos hijos de sus habitantes se veían expatriados, viéndose en la precisión de acogerse a otros lugares con perjuicio de su lugar natal, en el que por falta de trabajadores no podían cultivarse muchas tierras feraces. Pedían licencia para construir veinte casas más.
Esto último se debía a que la villa seguía siendo señorío de la orden de San Juan de Jerusalén, y así continuó hasta la desaparición de todas las jurisdicciones señoriales en la primera mitad del siglo XIX. En consecuencia, era hasta entonces el gran prior quien nombraba el alcalde del pueblo, así como el párroco, con título de vicario perpetuo.
Ribaforada sufrió, sobre todo económicamente, las guerras del siglo XIX por los subsidios que exigían los contendientes. En 1847 contaba con tres sotos arbolados junto al Ebro, que sin embargo empezaron a ser también objeto del hambre de tierras.
En 1859 se repartieron en lotes los terrenos del soto de La Isla entre quienes habían trabajado en la desecación de sus carrizales y de las zonas pantanosas insalubres que allí existían. Los repartos se reanudaron en 1868 (con la revolución) y en 1912 la totalidad del monte se parceló y sorteó entre los vecinos. Para entonces ya se había planteado con virulencia el problema de las corralizas*, que afectó a tantos pueblos de la Navarra meridional.
Ribaforada estuvo transitoriamente, (1822-1823), en la provincia de Zaragoza, segregada de Navarra (Límites Provinciales*).
Arte
La antigua parroquia de San Blas es una fundación templaria del siglo XII, época en la que debió construirse un edificio de una sola nave con ábside semicircular y torre prismática. En el curso del siglo XVI la iglesia fue reconstruida, convirtiéndose en una fábrica gótico-renacentista, aunque en ella se respetaron parte de las estructuras y la disposición de la vieja obra medieval, salvo en la cabecera, que se hizo plana. Tanto esta zona como los dos tramos de la nave se cubrieron con bóvedas estrelladas de nervios mixtilíneos y claves decoradas a base de rosetas. El templo sufrió una nueva reforma en la segunda mitad del siglo XVII, sustituyéndose la cubierta del primer tramo de la nave por una bóveda de aristas, al tiempo que se revistió el arco triunfal con unos pilastrones cajeados. De estas mismas fechas es la capilla de San Bartolomé, dependencia de planta cuadrada y bóveda de aristas unida al centro de la iglesia por el lado del Evangelio. En la presente centuria se llevó a cabo otra ampliación del edificio, disponiéndose una larga nave frente a la capilla de San Bartolomé, que quedó como cabecera, mientras que la nave original se convirtió en los brazos del crucero de la actual iglesia. En el exterior destaca el del siglo XVI, elevado sobre un alto pedestal de sillería con limpios muros de ladrillo, rematados por una cornisa de pinjantes geométricos, típica de esta centuria. Sus esquinas están reforzadas por contrafuertes de disposición diagonal. Entre la antigua cabecera y la capilla de San Bartolomé se alza una torre de planta cuadrada, cuyo basamento presenta grandes bloques de sillería antigua. Encima de él monta un alto cuerpo de ladrillo, perteneciente al siglo XVI, desarrollándose en sus frentes unas hermosas labores de rombos y arquillos ciegos de tradición mudéjar. Dentro de la iglesia sólo se conserva el retablo de la capilla de San Bartolomé, obra barroca de finales del siglo XVII compuesta de banco y cuerpo único de columnas salomónicas, entre las que se hallan instaladas pinturas de San Blas y San Antón de estilo tenebrista. La poca capacidad de este templo obligó a construir el nuevo edificio de la parroquia de San Blas, inaugurado en 1956. A él se trasladaron imágenes de la antigua, algunas de ellas dignas de mención. Entre ellas sobresalen una Virgen sedente con el Niño, talla gótica del siglo XIV, un Crucificado de hacia 1600 cuyos rasgos estilísticos están próximos a Juan de Biniés y la talla barroca de San Bartolomé del siglo XVIII, de movida composición.
Bibliografía
M. C. García Gainza, M. C. Heredia Moreno, J. Rivas Carmona, M. Orbe Sivatte, Catálogo Monumental de Navarra I. Merindad de Tudela. (Pamplona, 1980), J. E. Uranga, 100 imágenes navarras de la Virgen. (Pamplona, 1972).
Folklore
El Paloteado o Dance fue un baile típico. Intervenían ocho danzantes, el mayoral, el rabadán, el ángel y el diablo. (Paloteado*)
Toponimia menor
Blanquizares, término; Los Cabezos, término; La Cascajera, camino; La Degollada de la Dehesa, término; La Dehesa, corral, caserío y balsa; Enmedio, camino; Ginestal, camino; El Ginestar, término; Hijuela de las Paradas, acequia; Lodosa, canal; Monte, acequia; Montecillo, término y acequia; Las Paradas, término; Las Paradas, camino y acequias; El Paso Muerto, camino; El Pedraña, término; El Pedreal, camino; El Pedreña, camino; Las Perallesas, acequias.