BURLADA
Categoría histórica: Lugar.
Categoría administrativa: Municipio.
Partido Judicial: Pamplona (hasta 1989 Aoiz).
Merindad: Sangüesa.
Comarca geográfica: Cuenca de Pamplona.
Población 1986: 14.224 habitantes de hecho, 13.949 de derecho.
Superficie: 2,2 km2
Densidad: 6.468 hab/km2
Altitud en el núcleo de viviendas: 420 m
Distancia a Pamplona: 3 km
Comunicaciones: Situado en la N-135, Pamplona-Francia, por Valcarlos. Gentilicio: Burladés.
Geografía física
Limita al N con Pamplona y Villava, al E con Huarte, al S con Egüés y al O con Pamplona.
Casi toda la superficie, de topografía llana, está cubierta por aluviones cuaternarios depositados por el río Arga; las margas subyacentes (Biarritziense, Eoceno Medio) sobre las que se asienta el territorio afloran únicamente en una estrecha franja entre dos niveles de terrazas.
El clima es de tipo submediterráneo, los datos medios anuales son: 1.000-1.200 mm de precipitaciones recogidas en 100-120 días, 12°-13º C de temperatura, aproximadamente 2 meses de aridez estival y unos 650-700 mm de evapotranspiración potencial. No queda más superficie forestal que unas pocas Ha de chopos y alamedas.
El municipio, colindante con Pamplona, sirve de descongestión de actividad de ésta última: tanto en la industria como en servicios. Constituye también una ciudad residencia, ya que cerca de 1.150 personas (25% de la población) tienen su puesto de trabajo fuera del municipio.
La actividad productiva de Burlada se desarrolla fundamentalmente en el sector servicios y en la industria y la construcción. El sector servicios de Burlada daba en 1984 ocupación a cerca de 1.900 personas distribuidas en 435 centros de trabajo. Las actividades terciarias con mayor nivel de empleo eran las de administración pública, enseñanza y sanidad, con 561 empleados ubicados en 28 centros. De esta cifra, la actividad de enseñanza (EGB, Profesional y Privada) ocupaba a 17 centros y 199 personas. La segunda actividad generadora de puestos de trabajo en el sector servicios era el comercio, con 481 personas ocupadas en 177 establecimientos de venta. De este grupo destacaba el comercio al por menor, con 413 trabajadores ubicados en 156 centros. El comercio al por mayor e intermediarios está orientado al abastecimiento de Pamplona principalmente. Le seguían en importancia las actividades de reparación de vehículos, transportes y comunicaciones, con 351 personas ubicadas en 75 empresas. Los servicios personales y a empresas ocupaban a 293 personas ubicadas en 194 centros.
El sector industrial y la construcción ocupaban a 1.298 trabajadores distribuidos en 111 establecimientos. De ellos 65 eran establecimientos industriales y ocupaban a 824 trabajadores. La actividad manufacturera más importante de Burlada es la industria metálica, que ocupaba el año 1984 a 527 trabajadores ubicados en 25 empresas. Le sigue en importancia la industria alimentaria con 89 trabajadores ocupados en 7 establecimientos y la industria de la madera y el mueble, que ocupaba a 66 personas en 16 establecimientos. La construcción por su parte ocupaba a 471 personas ubicadas en 45 centros de actividad, de los cuales 21 eran empresas de instalación, montaje y acabado de edificios y obras, con 150 trabajadores.
El sector agrario apenas tiene importancia en éste municipio. Ocupa a 41 personas, 12 de las cuales en actividad principal.
En secano se cultiva principalmente la cebada, seguida muy de lejos por el trigo y los forrajes (veza). El regadío (alrededor de 1/3 de las tierras de labor), orientado tradicionalmente al abastecimiento del mercado de Pamplona sigue dedicándose a hortalizas y patata. No hay otros cultivos leñosos que algunos frutales, diseminados en su mayoría, pues las pocas viñas que hubo (2,6 Ha en 1891) han desaparecido.
El terreno comunal ocupa 22 Ha (10,22% del total censado).
Un total de 330 personas buscan su primer empleo (1984).
Población
Burlada perdió sus antiguas características rurales al incorporarse, poco antes de mediados de siglo, al proceso de expansión urbana de Pamplona, que lo ha transformado en un barro, prolongación de la ciudad, de función principalmente residencial. El desarrollo fabril de la capital navarra, sobre todo en la década de 1960 motivó la llegada repentina de fuertes contingentes de inmigrantes a Pamplona y a algunos de los lugares -como Burlada- englobados en el área metropolitana. La rápida construcción de viviendas, la especulación de suelo y la ausencia de un plan de urbanización, originaron un hábitat en general de calidad mediocre (densidades elevadas, bloques altos, calles estrechas). La inmigración, principal factor del crecimiento, explica la evolución seguida por la población: hasta 1930 se registró un ascenso moderado, notable hasta la mitad de siglo, muy fuerte durante el decenio de 1950 e intensísimo de 1960 a 1970, coincidiendo con el período de máxima expansión industrial de Pamplona; desde entonces, se asiste a una progresiva reducción del crecimiento, que prácticamente queda detenido a partir de 1975, como consecuencia de la crisis económica. La población se había multiplicado por algo más de 8 de 1950 a 1981, fecha en la que Burlada ocupaba el tercer lugar entre los municipios navarros atendiendo al volumen de habitantes.
Desempleo registrado (31.3.87): 1.275 personas.
Presupuesto municipal (1987): 390.996.000 Pts.
Heráldica municipal
Trae de azur y el campo sembrado por cinco flores de lis. Bordura de gules con las cadenas de Navarra de oro. Por timbre un yelmo empenachado.
Casa Consistorial
La Casa Consistorial, de aspecto funcional, fue construida ente los años 1971 y 1973. Edificada sobre el solar de la antigua parroquia, su arquitectura es de líneas modernas; utiliza en sus fachadas el ladrillo caravista en un juego de volúmenes, que en su planta baja alterna el arco con dinteles. El Concejo de Burlada, y posteriormente el Ayuntamiento, ocuparon anteriormente tres sedes diferentes: 1968, en la calle Mártires de la Patria, en cuyo edificio se ocasionó un incendio; hasta 1969 en la Casa Parroquial; y desde 1970 hasta 1973 en la entreplanta de un edificio de la calle San Blas.
El Ayuntamiento está regido por alcalde y dieciséis concejales.
Antiguo lugar de señorío eclesiástico, cuyos vecinos debían en 1427 un robo de trigo como pecha anual a favor del arcediano de la tabla del cabildo de la catedral de Pamplona. A mediados del siglo XII existía una cofradía a la que el obispo Bibiano encomendó (1165) el patronato de la iglesia de San Salvador. El topónimo consta ya en el siglo XI con la grafía “Bruslata”.
En 1630, el rey vendió a Sancho Monreal la jurisdicción baja y mediana de Burlada. Desde entonces, fue lugar de señorío hasta los comienzos del XIX. En consecuencia, la jurisdicción criminal la ejerció hasta entonces el alcalde que nombraba el señor, en tanto que la económica corría a cargo del diputado del valle de Egüés*, a que Burlada pertenecía, y un regidor que nombraban los vecinos del pueblo. Tenía entonces un molino harinero sobre el Arga.
En 1850 tenía escuela, cuyo maestro percibía sólo 804 reales. En la década de 1920 contaba con una buena serrería mecánica, se elaboraban aguardientes, cera y gaseosas.
Es patria de Hilarión Eslava*.
Palacio
El antiguo palacio de Burlada aparece como de cabo de armería en una relación, remitida a Madrid en 1723 por la Cámara de Comptos, de todos los solares que poseían dicha calidad. El año 1630 se despachó una Real Cédula, erigiendo un palacio con asiento en cortes la casa que en este lugar poseía Sancho de Monreal. En 1723 pertenecía a don Fermín de San Martín. En 1758 solicitó rebate de cuarteles doña María Ignacia Fernández de Vizarra, como madre y tutora de don Ignacio San Martín, heredero del palacio.
Arte
Proceden de la parroquia de San Juan Bautista de esta localidad, los retablos de San Juan Bautista y de San Blas, custodiados actualmente en la capilla del Museo de Navarra. El primero de ellos es de estilo renacentista y de traza aragonesa, y sus autores fueron Esteban de Obray en lo tocante a escultura (ca. 1529) y Juan del Bosque que pintó las tablas entre 1540 y 1548. Destacan en él el bulto expresivista del titular, las ocho tablas con escenas de la vida del Bautista y otras con parejas de santos y santas realizadas en estilo renacentista con líneas curvas y rostros redondeados. El retablo colateral de San Blas fue pintado en 1556 por Bernat de Flandes junto a otro desaparecido dedicado a Santa Catalina y tiene ocho tablas que aluden a pasajes de la vida del titular y de la Virgen.
El actual retablo mayor que preside el templo es de estilo neoclásico y procede de la catedral de Pamplona, en donde estaba dedicado a San Blas.
Bibliografía
T. Biurrun y Sotil, La escultura religiosa y bellas artes en Navarra durante la época del Renacimiento. (Pamplona, 1935), págs. 26-37, 84-87 y 457. E. Casado Alcalde, La pintura en Navarra en el último tercio del siglo XVI. (Pamplona, 1976), págs. 71-74. J. R. Castro Álava, Cuadernos de arte navarro. Escultura. (Pamplona, 1949). pág. 19.
Toponimia menor
Morca, la, término.