VILLATUERTA
Categoría histórica: Villa.
Categoría administrativa: Municipio.
Partido Judicial: Estella.
Merindad: Estella.
Comarca geográfica: La Solana.
Población (1986): 746 habitantes de hecho, 791 de derecho.
Superficie: 23 km2.
Densidad: 32,4 h/km2.
Altitud en el núcleo de viviendas: 439 m.
Distancia a Pamplona: 40 km.
Comunicaciones: Muy próximo (menos de 1 km) a la carretera general N-III, Pamplona-Logroño.
Geografía
Limita al N con Yerri, al E con Cirauqui y Mendigorría, al S con Oteiza y al O con Aberin y Estella. El municipio se extiende desde el Ega, en las cercanías de Estella, en dirección NO-SE. Topográficamente es un territorio más o menos llano, excepto en su extremo N (585 m) y en el centro, donde hay una serie de colinas como Alto de las Canteras (567 m), Musquilda (565 m), Mansién (675 m) y Monte Eskinza (730 m). En él afloran rocas detríticas: conglomerados, areniscas y arcillas del Oligo-Mioceno en el NNO, y por el resto, masivamente, areniscas y arcillas con paleocanales del Mioceno, plegados en sinclinal. En las cercanías del Ega y su afluente el Iranzu (que pasa por la villa) los aluviones cuaternarios tapizan los materiales antes citados.
El clima es fundamentalmente mediterráneo-continental; el N escapa un poco de estas características, y se torna submediterráneo. Los valores medios anuales más representativos son: 12º-13º C de temperatura, 500-600 mm de precipitaciones, caídas en 80-100 días y 700-725 mm de evapotranspiración potencial. La cubierta vegetal arbórea está muy degradada.
Villatuerta es un municipio que atraviesa por una gran transformación desde la década de 1960. La proximidad de Estella le ha hecho incorporarse a la industria moderna y en 1967 constituyó, con los Ayuntamientos de Estella y Ayegui la “Mancomunidad de Tierra Estella”, acogiéndose al programa de Promoción Industrial Navarro; una parte del polígono industrial (cuya superficie es de 200.000 m2) está en este ayuntamiento. Esto, unido a la vinculación con Estella que obliga a continuos movimientos pendulares, ha permitido que la población crezca, que la actividad principal sea secundaria, y que se practique la agricultura a tiempo parcial.
El sector secundario ocupa (1984) a 944 trabajadores empleados en 22 empresas. Destacan las industrias metálicas y de material eléctrico (220 trabajadores en 4 establecimientos), artes gráficas (537 operarios en dos plantas, de ellos 536 en Gráficas Estella), industria alimentaria (35 trabajadores en 4 plantas).
Actividades con un establecimiento son: fabricación de materiales de construcción con hormigón, productos químicos, fabricación de alfombras, industria del mueble y fabricación de productos del caucho. La distribución de energía y agua cuenta con dos centros de trabajo, que ocupan a 5 personas y las empresas de la construcción suman 4 establecimientos que ocupan a 24 personas.
Las actividades agropecuarias cuentan con 223 personas, de las cuales solamente 33 las desempeñan como actividad principal.
La mayor parte de las tierras cultivadas son de secano. El regadío ocupó sólo 24 Ha en 1983, dedicadas a la producción de hortalizas, tabaco y patata. El secano es, siempre lo fue, más herbáceo que leñoso, y en especial a partir de 1973 en que se hizo la concentración parcelaria, que afectó a 1.081 Ha y 299 propietarios, y redujo las 1.464 parcelas existentes a 462. El viñedo cubría 190 Ha y la viña-olivar 126,5 Ha en 1891 (poco antes de la filoxera); no llegó a recuperarse, pero en 1961, se les dedicaban aún 109,5 y 44 Ha, y en 1983, 8 y 3 Ha respectivamente. El olivar, que llegó a tener 66,5 Ha en 1906, descendió a 8 Ha, de almendro. De entre los cultivos herbáceos la cebada ocupa el primer lugar seguido del trigo y muy lejos de la avena y el maíz. De las leguminosas destaca el haba seca, de las forrajeras la veza y de las hortalizas las 8 Ha de espárrago. El girasol irrumpió con fuerza en 1984. El ganado de labor, que contaba en 1935 con 20 cabezas de bovino, 43 de caballar, 82 de mular y 41 de asnal, casi ha desaparecido. El resto de la ganadería tampoco tiene importancia. El 21 de septiembre de 1907 se fundó la Cooperativa agrícola-Caja rural y el 16 de abril de 1948 la bodega cooperativa “San Veremundo”. El terreno comunal cubre el 27% de la superficie geográfica del municipio, abarcando la totalidad del terreno forestal, el 30% de pastizal y casi un 20% de las tierras de cultivo.
El sector servicios ocupaba (1984) a 59 personas en 29 centros de trabajo, que corresponden a las actividades de: comercio (19 empleados); restaurantes y venta de bebidas (10), reparaciones (5), administración local y orden público (5), así como enseñanza, sanidad, servicios religiosos y domésticos y servicios financieros.
La población activa de Villatuerta ascendía en 1984 a 290 personas, de las cuales 50 se hallaban en paro y de éstas 5 buscan su primer empleo.
En Villatuerta tienen su puesto de trabajo cerca de 800 personas no residentes en el municipio.
Desempleo registrado (31.3.1987): 50 personas.
Presupuesto municipal (1987): 50.191.000 ptas.
Heráldica municipal
Trae de azur y una mitra abacial de oro sobre un báculo y una alabarda del mismo metal cruzados en sotuer. Todo ello sobre una triple arcada de medio punto de oro. Bajo el arco central un cazador empuñando una lanza, secundado en los laterales por sendos ciervos afrontados. Simboliza la parte superior de los atributos abaciales de San Veremundo, al que los de Villatuerta señalan su villa como lugar de nacimiento, y la inferior una piedra labrada de época romana que hoy se conserva en el Museo de Navarra.
Casa Consistorial
Construida en 1925 para uso de ayuntamiento y de escuelas. Es de mampostería y su arquitectura es similar a la de las edificaciones del lugar. Tuvo otra anterior en un solar contiguo que actualmente se encuentra en estado de semirruina.
Su ayuntamiento está regido por alcalde y seis concejales.
En su término se hallaron dos inscripciones funerarias romanas, una de ellas en el lugar denominado Epelva, cerca del camino de Mendigorría, dedicada a “Octavia, hija de Pudente, de treinta años”.
Antiguo lugar de señorío realengo que, sin embargo, albergaba en 1079 al menos cinco familias de estirpe nobiliaria (“seniores”). El rey Teobaldo I confirmó a sus vecinos los derechos de “costería” por 7 cahíces de trigo y 3 de cebada al año. En 1280 debían en concepto de pecha anual 200 sueldos, más 80 cahíces de trigo y otros tantos de cebada y avena. Beneficiado luego con las rentas señoriales, el linaje de los Medrano las enajenó a la Corona (1342) y, como el concejo había aportado a esta transacción la suma de 6.000 sueldos, la villa fue vinculada con carácter perpetuo al patrimonio de la Corona. Con todo, Carlos III la dio (1418) a Ferrán Pérez de Ayala. Su “monasterio” de San Miguel lo había transferido por donación (1061) Sancho Garcés IV el de Peñalén a la abadía de Leire, la cual era titular además de un término que en 1079 habían invadido y roturado los vecinos de las cercanas villas de Oteiza y Echávarri. El mismo cenobio incrementó sus posesiones entre finales del siglo XI y comienzos del XII mediante donaciones o permutas e incluso la compra de un “palacio” (1098); y, alegando un falso diploma atribuido al obispo pamplonés Juan, consiguió que se le reconocieran (1150) los derechos de la “cena” episcopal sobre la parroquia. Pero ésta había sido usurpada (1197), probablemente por Sancho VII el Fuerte, y el patronato de la misma finalmente a la mitra por renuncia (1320) de Felipe II (V) el largo. Este mismo monarca eximió (1319) a Leire de la “cena” que podía corresponderle por razón de sus heredades. Entre el término de la villa y el de Lorca existió (1175) un hospital de peregrinos.
En 1545 el aún príncipe heredero Felipe, a la sazón gobernador del Reino de Navarra, dio mandamiento para que los vecinos de Villatuerta pagasen cuatrocientos robos de trigo y doscientos de avena de la pecha que debían al rey y que no habían satisfecho “desde que habían finado los cincuenta años en que los reyes Juan y Catalina les redujeron dicha pecha a la mitad”. En 1630, la pecha que pagaban al rey ascendía sin embargo a sólo doscientas fanegas de trigo, 120 de avena y 75 tarjas en dinero; acababan de pedir a la corona que se les cambiara el nombre de pecha por el de censo perpetuo, y el monarca lo concedió a cambio de un donativo de 60.000 reales de plata doble que el pueblo dio al erario. El mismo año, compró al propio rey la jurisdicción civil, baja y mediana, por ochocientos ducados. La villa formó parte del valle de la Solana* hasta que éste desapareció como unidad administrativa en 1845. Desde entonces, Villatuerta quedó como ayuntamiento separado, si bien su situación administrativa apenas cambió, porque ya funcionaba como tal, tras la compra de la jurisdicción civil en 1630.
Al mediar el siglo XIX contaba con escuela, dotada con 2.000 reales al año; servían la iglesia un vicario y un beneficiado; proveían el primero el rey y el pueblo “en concurso”; el segundo el rey mismo y el obispo. Los caminos eran locales pero en buen estado y funcionaba un molino harinero.
Hacia 1920 las escuelas eran ya dos, acababa de constituirse una Caja rural; funcionaba una fábrica de harinas y diversos talleres.
Arte
El edificio más importante es la parroquia de la Asunción que tiene su origen en una fábrica medieval de hacia 1200 que debió ser destruida en 1378 cuando los castellanos incendiaron la villa, suceso tras el cual se reconstruyó en estilo gótico a finales del siglo XIV. En los siglos XVI y XVIII se hicieron diversas obras. Responde al tipo de iglesia de nave única de tres tramos con capillas-hornacinas entre los contrafuertes y cabecera pentagonal. Tiene coro a los pies sobre un arco rebajado. La torre es un resto de la iglesia románica y del mismo estilo es la portada del muro de la Epístola que procede de la ermita de San Román. En su interior los pilares adosados poligonales con sus capiteles historiados y de hojarasca naturalista y de las cubiertas de crucería en la nave y gallonada en la cabecera responden al estilo gótico. A este mismo estilo pertenece la decoración de las claves que llevan figuras y escudos. Las ventanas son apuntadas con abocinamiento y algunos ventanales son geminados y trilobulados. La portada principal, abierta en el lado del Evangelio, es gótica y se abocina mediante seis arquivoltas baquetonadas que apoyan en otros tantos baquetones de capiteles cónicos y basas poligonales. Cubre la portada un pórtico del siglo XVIII realizado por Juan Martín de Oteiza, el mismo maestro que realizó la sacristía. En el muro del lado del Evangelio se conservan restos de pinturas murales góticas que representan dos figuras y partes de otras. En su interior destaca el conjunto de retablos formado por el mayor y los colaterales. El mayor se fecha a mediados del siglo XVII y fue realizado por Pedro Izquierdo y el escultor Juan Imberto III. El dorado del mismo es obra de Miguel de Ibiricu y Juan Ibáñez y fue trazado por Juan de las Heras, pintor de Asiáin. Su traza en artesa se compone de banco, dos cuerpos divididos en tres calles y formados por columnas de fuste estriado y entorchado. Se remata con un ático recto coronado por frontón curvo partido terminado en volutas con pirámides en los extremos. El banco tiene escenas de la Pasión de Cristo. En el primer cuerpo hay relieves con escenas de la vida de San Veremundo y en el segundo la Anunciación y la Visitación centran la talla de la Asunción, obra que realizó en 1793 el escultor de Sesma, Ramón de Villodas.
Los retablos colaterales de Santa Catalina y San Miguel son de traza idéntica, obras de Pedro de Troas realizadas en 1596 y policromadas por Miguel de Salazar entre 1599 y 1605. El estilo de los relieves y figuras es romanista. La parroquia guarda diversos cálices, crismeras y otros objetos de plata.
Algo alejada del pueblo se halla la ermita de San Miguel, antiguo monasterio que fue donado en 1062 a Leire por el rey Sancho el de Peñalén. Muy problemática es la fecha de la iglesia, datable para unos autores en el siglo X y para otros en el siglo XI según se estimen prerrománicos o románicos los relieves que albergaba o se interprete su polémica inscripción.
La planta de la iglesia, convertida hoy en ermita, forma un rectángulo irregular de cabecera plana, aunque existen restos de una cabecera semicircular. Su exterior presenta sillares irregulares aunque se halla muy reconstruido. Quedan restos en el interior de columnas cilíndricas sobre las que apoyaban los fajones. Tenía unos relieves que se hallaban empotrados en el muro y hoy se guardan en el Museo de Navarra. Son de estilo popular y tosco que representan a un obispo a caballo, un Cristo Crucificado, un San Miguel y dos personajes; uno revestido y otro portando una cruz. Todo ello se ha interpretado como la celebración de la misa o la ceremonia del Bautismo.
En el casco urbano se localiza la ermita de San Román dividiendo los dos barrios del pueblo, de estilo románico y cabecera semicircular que hoy se halla abandonada.
Arquitectura civil
El rasgo que da carácter al pueblo es el río que lo atraviesa, dividiéndolo en dos barrios. Un puente románico de fuerte pendiente permite cruzar el río. Abundan las casas del siglo XVI, XVII y XVIII, destacando en este último siglo la que tiene un blasón con las armas de los Izcue.
Bibliografía
M. C. García Gaínza, M. C. Heredia Moreno, J. Rivas Carmona y M. Orbe Sivatte, Catálogo Monumental de Navarra II* Merindad de Estella (Pamplona, 1983), p. 643-657.
Esparcimiento
Las fiestas patronales en honor de la Virgen se celebran el 15 de agosto.