RIBERA, LA
Geología
Constituye una extensa zona al Sur de Navarra modelada por el Ebro y los cursos bajos de sus afluentes Ega, Arga y Aragón, en la que dominan netamente los terrenos con altitudes inferiores a 400 m. En un sentido más amplio forma parte de la denominada depresión del Ebro*.
Desde el punto de vista geológico está integrada básicamente por sedimentos del Terciario continental (Oligoceno-Mioceno), entre los que se encuentran los yesos y las arcillas calcáreas con intercalaciones, más o menos frecuentes, de capas de areniscas y de calizas lacustres. Los yesos, que forman una amplia banda paralela al río Ebro desde Mendavia a Arguedas, son los responsables de los pliegues de tipo diapírico creados por movimientos de origen halocinético. En el área más meridional, por el contrario, los sedimentos se hallan prácticamente horizontales, lo que da lugar a relieves tabulares muy característicos a los que se denominan con los nombres de “muelas” y “planas”. Dichos relieves adquieren su mejor expresión en la Bardena Negra.
Sobre estos materiales terciarios se pueden reconocer los depósitos cuaternarios; éstos son los glacis y terrazas fluviales*. Los glacis son depósitos de superficie de erosión situados al pie de las planas y colinas, mientras que las terrazas se disponen de una forma escalonada en ambas márgenes de los ríos y están caracterizadas por la presencia masiva de gravas de tamaño muy diverso.
Geografía
Zona meridional de Navarra, lindante con La Rioja y Zaragoza y recorrida por los cursos inferiores del Ega, Arga y Aragón que en ella tributan al Ebro. Ribera no quiere decir, como en otras regiones españolas, franja de tierras, generalmente irrigadas, aledañas a un río, sino parte llana, principalmente dedicada al cultivo agrario (hace dos mil años sería, como sugirió Caro Baroja, el ager vasconum) en este sentido las Bardenas Reales forman parte de la Ribera, es uno de sus más extensos secanos.
El límite N de la zona, señalado principalmente por la importancia superficial que adquieren los regadíos y los afloramientos de yesos, arranca en el Ebro (entre Viana y Mendavia), pasa por el N de Sesma y Lerín, remonta el Arga hasta Mendigorría, desciende al valle del Aragón en Caparroso y continúa -incluyendo los municipios de la orilla derecha de este río- hasta Murillo el Fruto y Carcastillo. Lo mismo que en la zona media, también se puede distinguir una ribera occidental o estellesa y otra oriental que, por girar en torno a Tudela, hemos dado en llamar ribera tudelana. Las dos tienen una serie de rasgos geográficos comunes. Ambas pertenecen a la cuenca sedimentaria del Ebro, pero mientras en la occidental y en la parte N de la oriental hay una serie de pliegues de tipo halocinético que siguen el rumbo NO-SE, y han sido modelados por la erosión selectiva en un conjunto de pequeñas crestas de yeso separadas por valles o vales margo-yesíferos, en la parte meridional de la Ribera tudelana, al S de la depresión erosiva de la Bardena Blanca y en el área de los Montes de Cierzo, lato sensu, la estructura es tabular, formada por estratos de areniscas y arcillas o de calizas lacustres y margas alternantes que la erosión ha modelado en forma de llanuras estructurales escalonadas, que aquí se llaman planas, y de cabezos o cerros testigos. Naturalmente, como suele ocurrir en todas las riberas, acompañan al curso de los ríos varios niveles de terrazas escalonadas, y en el área de los Montes de Cierzo, que es un somontano del Sistema Ibérico, hay también varios niveles de glacis de erosión.
En toda la Ribera el clima es mediterráneo-continental, de inviernos fríos, veranos calurosos, precipitaciones escasas (350-500 mm anuales) e irregulares, cierzo frecuente, intenso y evaporante y aridez estival muy acusada. De ahí que la vegetación natural, allí donde el hombre no la ha sustituido por la cultivada, se encuentre en un estadio de degradación tal que permite hablar de estepa; abundan mucho más los matorrales mediterráneos termófilos, los yermos xerofíticos y los espartales, sisallares y tamarizales que los bosques, reducidos a unos pocos rodales de carrascales y pinares (P. halepensis) acompañados de coscoja, o a las cintas alargadas de las choperas.
La ribera de Navarra es tierra de extensos secanos cerealistas, cultivados por imperativo climático y ganadero en sistema de año y vez, de viñedos y olivares, y de dilatados regadíos; en definitiva, es una tierra agrológicamente mediterránea. Los cereales (cebada, trigo) dominan en las Bardenas y municipios circundantes, la vid en las terrazas del Ega, Arga, Ebro, Alhama y Queiles y el olivo en la ribera de este río. En las últimas décadas se ha difundido el cultivo del espárrago en los secanos areno-limosos. Los regadíos más extensos corresponden al Ebro, y se prolongan, remontándolos, por los cursos del Ega, Arga y Aragón; menores y más aleatorios y extensivos son los regadíos del Alhama y Queiles. Maíz, alfalfa, hortalizas diversas (tomate, pimiento, alcachofa) patata y frutales son los cultivos que en la actualidad tienen más importancia. La agricultura de regadío ha dado origen a numerosas industrias de conservas vegetales. Pocas industrias más, fuera de las alimentarias, hay en la Ribera, si se exceptúan Tudela, Peralta, Corella, Cintruénigo, y algunos núcleos más. Son los únicos demográficamente pujantes de esta zona rural que también ha padecido una considerable sangría poblacional desde los años 50.
Historia
División administrativa del reino de Navarra que se configuró a mediados del siglo XIII y cuya capital era Tudela. Su ámbito se fue reduciendo con el paso del tiempo. Inicialmente abarcaba la Ribera Tudelana, las Bardenas Reales y las cuencas bajas de los más importantes ríos navarros: Ebro (desde Lodosa), Ega (desde Lerín y Sesma), Arga (desde Miranda de Arga) y la orilla izquierda del Aragón (desde Carcastillo); también dependían del mismo merino Tafalla y Artajona. Entre 1280 y 1289 pasaron a la merindad de Estella diversas localidades de las cuencas de los ríos Ebro, Ega y Arga. De esta forma quedó reducida la Ribera a las poblaciones situadas en la orilla izquierda del Aragón, más Marcilla, Tafalla y Artajona, ubicadas al norte de este límite. La creación de la merindad de Olite (1407) supuso la pérdida de Marcilla, Caparroso, Tafalla y Artajona. La destrucción de Rada en 1455 y el afincamiento del titular del señorío en Traibuenas situaron insensiblemente el término de Rada bajo la dependencia de la merindad de Olite, a pesar de estar al sur del río Aragón y haber sido asignado a la ribera en 1407. La autoridad del merino, figura administrativa progresivamente fosilizada, experimentó una nueva reducción cuando Corella (1630) y Cascante (1633) lograron eximirse de ella al adquirir la condición de ciudad. La Ley Paccionada de 1841 determinó la desaparición del merino, como de otras muchas instituciones, pero mantuvo las merindades como distrito electoral para la elección de la Diputación. A Tudela (nombre que comenzó a recibir la merindad en el siglo XI) se le asignó un diputado, pero entre 1979 y 1984 se añadió un segundo diputado al haber superado en población a la merindad de Estella.