ARMAÑANZAS
Categoría histórica: Villa.
Categoría administrativa: Municipio.
Partido Judicial: Estella.
Merindad: Estella.
Comarca geográfica: Somontano de Viana-Los Arcos.
Población (1986): 115 habitantes de hecho, 128 de derecho.
Superficie: 12,9 km2
Densidad: 8,9 h/km2
Altitud en núcleo de viviendas: 497 m
Distancia a Pamplona: 70 km
Comunicaciones: carretera local con enlace a la nacional N-111 Pamplona-Logroño.
Geografía
Limita al N con Espronceda y Desojo, al E con Sansol y Torres y al S y O con Bargota.
Su término se extiende, alargado y estrecho, de N a S. Siguiendo esta dirección se distinguen las siguientes bandas geomorfológicas: al N las arcillas y areniscas y los yesos oligomiocénicos dan origen a la parte más accidentada del municipio que culmina a 649 m; en el centro, la facies principalmente arcillosa del Mioceno, que da las formas topográficas más suaves (alrededor de 500 m); y al S, afloran los yesos oligomiocénicos, modelados por la erosión muy quebradamente y que culminan a 630, en Arbanta.
El clima es fundamentalmente mediterráneo-continental: según la altitud, el promedio anual de la temperatura varía de 10º a 13º C, el de las precipitaciones ronda los 600 mm, que caen en 60-80 días, y el de la evapotranspiración potencial oscila entre 600 y 725 mm. Prueba del carácter mediterráneo es que se cultiva el olivo y que aún quedan restos de los encinares que -con algunos quejigos- cubrirían el territorio antes del poblamiento humano.
El terreno comunal ocupa 606 Ha (50% del total censado) de las cuales 99 son de secano, 74 de pastos y 31 de monte maderable.
Los cultivos leñosos suponen (1984) nada menos que el 22,3% de la superficie cultivada: vid, olivo y dos Ha de almendro (más de 1.600 árboles diseminados); los dos primeros están en retroceso, si bien no es tan acentuado como en otras partes de la Merindad de Estella. De entre los cultivos herbáceos destacan la cebada y el trigo.
Las leguminosas, la patata, el tabaco, la veza forrajera y la alfalfa y diversas hortalizas tienen menos importancia. La tierra de labor de secano se incrementó hasta la década de 1950 y luego disminuyó -por abandono de las parcelas con excesiva pendiente-. El ganado de labor, que contaba en 1939 con 8 cabezas de ganado caballar, 58 de mular y 12 de asnal, había quedado reducido en 1982 a 7 cabezas de mular y 5 de asnal. El ganado de granjería se reducía a cabezas de lanar de raza rasa aragonesa, cerdos landrace y 16.000 pollos para carne. Hubo una Cooperativa Trilladora, fundada el 1 de octubre de 1959.
La actividad productiva de este municipio se caracteriza por la mayor importancia del sector agrario.
El empleo existente en el municipio se cifra (1984) en 32 puestos de trabajo a plena ocupación, más los 17 puestos a tiempo parcial en el sector agrícola desempeñado por personas con actividad principal en otros sectores. De los cuarenta y nueve puestos de trabajo, 31 corresponden a la agricultura, con catorce empleos de plena dedicación y 17 a tiempo parcial. La principal industria existente es la bodega cooperativa vinícola. El sector servicios, únicamente da ocupación a 6 personas con 5 establecimientos.
La población activa se eleva (1984) a 41 personas, de las cuales 8 tienen su puesto de trabajo en otros municipios.
Tasa de desempleo (31.3.87): 8.
Presupuesto municipal (1987): 4.497.000 ptas.
Heráldica municipal
Trae de gules y una estrella de seis puntas de oro, cortado de gules y cinco bezantes de oro, puestos en sotuer. En punta un creciente de plata y sobre él, una flor de lis de oro. Estas armas son propias del palacio de la localidad.
Casa Consistorial
Es de construcción sencilla, integrada en la arquitectura doméstica que la circunda. Consta de planta baja y una elevada, construida en piedra. Una de las fachadas laterales cierra la plaza y sirve de frontal. Fue reparada en 1980. Su Ayuntamiento está regido por alcalde y cuatro concejales. Tiene secretaría compartida con Lazagurría y Torres del Río.
A sus pobladores, sin duda villanos de señorío realengo, se les ofreció la posibilidad de obtener las ventajas otorgadas por Sancho VI el Sabio en el fuero de Los Arcos (1176). Si se instalaban en este lugar, sus heredades patrimoniales quedaban equiparadas jurídicamente a las que allí hubieran adquirido. El concejo local, (concilium) aparece testificando en una donación a Irache de 1219. En 1280 consta con la grafía, quizá ocasional, de “Hermananzas”. Entonces contribuía sin duda junto con Los Arcos a las arcas regias por los conceptos de “fossadera” y de la “novena” de las heredades directas de la Corona; se hace constar expresamente la renta de los bienes confiscados al “banido” Sancho Garcés de Los Arcos, 2 robos y medio de trigo y 2 robos de cebada. El monasterio de Iranzu poseía heredades en el término que hacia el siglo XIII devengaban unos censos anuales de un morabetino de oro, 50 sueldos, 16 cahíces 1 robo de trigo, 3 robos de cebada y otros 4 de avena.
Su historia se confunde en buena medida con la de Los Arcos*, a cuyo distrito perteneció. Como tal, e igual que todo el partido de Los Arcos, Armañanzas fue castellana entre 1463 y 1753. Al reincorporarse a Navarra lo hizo como villa; era regida por un alcalde, que nombraba el virrey a propuesta de la propia villa. En 1849 tenía escuela, cuyo maestro tenía que desempeñar a la vez las funciones de sacristán y secretario del ayuntamiento. Se cultivaban entonces 4.900 robadas, entre ellas 600 peonadas de viña y 20 de olivar; había además 1.000 de dehesas y 4 plantadas de álamos blancos. De las cultivadas, las trabajadas por sus propietarios eran 1.500 y las arrendadas 3.000. Había un molino harinero y otro de aceite y muchos vecinos se dedicaban a amasar pan, que vendían en Viana, Los Arcos y otros puntos.
Bibliografía
M. R. Lamela Nobajas, Armañanzas (Pamplona, S.A., “Temas de Cultura popular”, 298).
La Parroquia de Santa María es un edificio de origen medieval, época a la que pertenecen sus muros fundamentales y los pilares con triples columnas de influencia cisterciense adosados a ellos. Su aspecto gótico-renacentista, obedece a la profunda transformación que en la segunda mitad del siglo XVI llevó a cabo Juan de Landerráin, cantero que también intervino en las obras renacentistas de la cercana villa de Los Arcos. Fruto de las distintas etapas constructivas es una iglesia de una única nave con dos tramos cuadrados que marcan los pilares medievales, aunque sus capiteles de bolas corresponden a la reforma del siglo XVI, lo mismo que las bóvedas estrelladas con nervios rectos que reciben ambos tramos. Sigue una cabecera más estrecha y baja de planta cuadrada y cubierta por bóveda de terceletes, abriéndose al testero de la nave a través de un arco de medio punto. Todas las bóvedas llevan claves decoradas de escudos, bustos de la Virgen y de los santos y símbolos de Cristo. En 1675 Ventura Ciarra amplió el templo con las capillas laterales de la Dolorosa y del Santo Cristo, construcciones barrocas de planta rectangular y bóvedas de aristas, que forman una especie de crucero, añadiendo también un coro bajo al tramo de los piés, en este caso con bóveda de medio cañón con lunetos. El mismo maestro erigió detrás de la capilla del lado de la Epístola una sacristía de plan rectangular y rematada en cúpula elíptica. Al exterior, muestra muros de sillería reforzados por contrafuertes en diagonal, típicos del siglo XVI. Hay que destacar una torre medieval, emplazada en el lado de la Epístola, cuyas estructuras se aprovecharon para hacer la capilla del Santo Cristo; conserva dos arcos de medio punto, en parte cegados, y una línea de matacanes bajo ellos. De época medieval es igualmente el cuerpo curvo sito a los pies de este mismo lado, dentro del cual queda una antigua escalera de caracol, aunque se remata en un campanario del siglo XVI, de disposición cúbica y provisto de arcadas de medio punto. Entre ambas torres se localiza un pórtico barroco del siglo XVII, labrado al tiempo que las capillas laterales y la sacristía, con tres arcos sobre pilares, desde el que se accede a un vestíbulo con bóveda de aristas, también barroco, que protege la portada del siglo XVI. La reforma barroca del templo incluyó asimismo la reforma de sus exteriores con una lonja, cercada por un muro bajo y decorada en sus dos ingresos con los relieves de la Virgen con el Niño, San Juan, San Pedro y San Pablo, estos últimos fechados en 1681.
Preside el interior de la parroquia un retablo mayor renacentista de hacia 1560, que se atribuye al círculo de Andrés de Araoz por sus puntos comunes con el retablo de Genevilla. Su traza, propia del Plateresco tardío, tiene banco, dos cuerpos de tres calles y ático con columnas compuestas de fustes decorados en su tercio inferior, a juego con los demás ornatos “a candelieri” que enriquecen la mazonería. Esta sirve de marco a relieves de la Infancia y Pasión de Cristo, más otras escenas del ciclo de la Virgen y el grupo de la Asunción. Esta escultura acusa la típica expresividad del segundo tercio del siglo XVI, en relación con los talleres riojanos de la época, exaltándose el drama en las historias del Descendimiento y del Santo Entierro, mientras que los temas marianos se caracterizan por una belleza clasicista e italianizante, tal como sucede en otros retablos de este mismo grupo, entre los que figuran el citado de Genevilla o los de Lapoblación y el Busto. En los muros frontales de la nave se localizan los retablos manieristas de la Virgen del Rosario y San Roque, de la primera mitad del siglo XVII, ambos de cuerpo único de tres calles y ático articulados por columnas estriadas.
Su estructura, propia de un romanismo tardío con pliegues en ángulos característicos del siglo XVII, puede adscribirse al círculo de los Jiménez de Viana. Las capillas laterales, por su parte, cobijan los retablos retocó del Santo Cristo y la Dolorosa, labrados por Miguel López de Porras en 1765 y Antonio Izaguirre en 1776, respectivamente. Aquel posee un Crucificado barroco de la segunda mitad del siglo XVII, encuadrado por las tallas rococó de la Virgen y San Juan, de paños muy ampulosos. Entre las imágenes que se guardan en esta parroquia, merecen especial mención una talla de la Virgen con el Niño, románica del siglo XII y un Crucificado del siglo XVI, del mismo estilo que las esculturas del retablo mayor. También son dignas de reseñarse algunas piezas de orfebrería, como el relicario del Lignum Crucis de plata, obra rococó de 1769 realizada por el platero logroñés Manuel Llorente; igualmente un ostensorio de plata con apliques dorados, en este caso confeccionado en 1784 por el artista, también de Logroño, Tomás Eustaquio de Burgos.
Fuera del casco urbano se encuentra la ermita de San Juan, construcción de época Reyes Católicos con alargada nave cubierta a dos aguas sobre vigas, aunque la cabecera se cubre con una bóveda estrellada. Tiene en su interior un pequeño retablo barroco de hacia 1660-70, en el que se veneraba una talla del titular del siglo XV, trasladada al retablo mayor de la parroquia. Otra ermita, dedicada a San Martín, ha desaparecido.
Arquitectura civil
De esta villa sobresale un palacio, enclavado en las proximidades de la parroquia. Es una construcción en sillería del siglo XVII, compuesta de dos cuerpos y ático, el piso noble tiene balcones y ventanas rematados con frontones rectos, así como dos escudos, uno barroco de finales del siglo XVII y otro rococó de la segunda mitad del XVIII.
Bibliografía
M.C. García Gainza, M.C. Heredia Moreno, J. Rivas Carmona, y M. Orbe Sivatte, Catálogo Monumental de Navarra II. Merindad de Estella. Vol. 1 (Pamplona, 1982).
Cultura
Las fiestas patronales en honor de San Isidro se celebran el 15 de mayo. El 24 de junio hay una romería a la ermita de San Juan.
Toponimia menor
Arbanta, alto; Balsero o Atalaya, la, barranco; Barduzosa, barranco; Cabezuelo, el, término; Camaral, término; Casa Vieja, la, término; Chaveras, las, término; Escubillos, paridera; Majas Altas, paridera; Mariñanas o Paúles, barranco; Torzo, el, paridera; Valdetora, término; Vallespesa, término y barranco.