LANA
Categoría administrativa: Municipio compuesto por los lugares de Galbarra (capital), Gastiáin, Narcué, Ulíbarri y Viloria.
Partido judicial: Estella.
Merindad: Estella.
Comarca geográfica: Valle de Lana.
Población (1986): 234 habitantes de hecho, 252 de derecho.
Superficie: 52,6 km2
Densidad: 4,4 hab/km2
Altitud en el núcleo de viviendas: 615 m (Galbarra).
Distancia a Pamplona: 71,6 km
Comunicaciones: Cruzado por una red local que empalma, a la altura de Acedo, con la comarcal NA-132, Estella-Tafalla-Sangüesa.
Geografía
Limita al N y al E con la sierra de Santiago de Lóquiz, al S con Mendaza y al O con Zúñiga y el Valle de Arana (Álava). Tiene 52,6 km2, de los que 39,4 son comunales. Es congozante de la facería de Santiago de Lóquiz*.
Desde el punto de vista fisiográfico se distinguen en el territorio municipal de N a S: un escarpe montañoso (Gastiáin, 1.065 m, Arnaba, 1.224 m, Monte Santo, 1.256 m, Irasabela, 1.081 m), una cubeta ovalada, a modo de ojal y otro escarpe montañoso (845, 84l m) que desciende suavemente hacia el Ega y que está atravesado, en garganta, por el arroyo Galbarra. Se trata del anticlinal de Gastiáin; la red hidrográfica ha erosionado parte de su charnela dando lugar a la cubeta margosa, recubierta por bloques desprendidos por gelivación y aluviones, y rodeada por el crestón calcáreo de los flancos de dicho anticlinal.
El clima y la vegetación son de tipo atlántico al N, submediterráneo en el centro y mediterráneo en el S. Los principales valores climáticos medios anuales son: 600-1.600 mm de precipitaciones, caídas en 80-140 días, entre 6º y 11ºC de temperatura y de 600-700 mm de evapotranspiración potencial. La encina, sola o mezclada con quejigos y robles marcescentes, es el árbol más representativo. Las hayas y los robles, más exigentes de humedad, se encuentran en los puntos altos de las montañas y en las umbrías.
El sector agrario ocupa más del 70% de la población activa que trabaja en el municipio.
Siempre han tenido importancia las actividades forestal y ganadera. La ganadería, siempre numerosa, está sufriendo hoy cambios y modernización. El ganado lanar (206 cabezas en 1982), el bovino (119) de raza pirenaica y frisona, el porcino (1.940) y el caballar (119) han sido y son, junto con el caprino, las especies ganaderas más importantes. Se trata de animales que pastan en el monte una parte del año, aunque también hay -y cada vez más- granjas de conejos, de gallinas y de cerdos.
La agricultura siempre ha sido principalmente cerealista. Trigo, avena y cebada son los principales cultivos herbáceos; les siguen en importancia, la patata tardía, la veza para forraje, la alholva, la alfalfa, judía seca y algunas hortalizas. Los cultivos leñosos se reducen a unos pocos frutales diseminados. Nunca hubo olivo y la vid apenas ocupó una hectárea antes y después de la filoxera. El ganado de labor, que llegó a contar en 1920, con 149 cabezas de bovino, 111 de mular, 9 de caballar, y 52 vacas y 102 yeguas de cría y labor, había quedado reducido en 1982 a 5 cabezas de mular. La concentración parcelaria se realizó en 1969, y afectó a 813 Ha y 137 propietarios, quedando las 3.882 parcelas reducidas a 388.
Las explotaciones de madera oscilan entre los 700 y 1.100 metros cúbicos anuales superando las extracciones de madera de haya a las de encina. El terreno comunal ocupa 3.940 Ha (76,7% de la superficie censada, sin facerías), abarcando la mayor parte del terreno forestal, y del erial a pastos y el 18% de la tierra de cultivo. Es congozante de la facería de Santiago de Lóquiz.
El sector industrial está representado por dos establecimientos: uno de distribución de agua y otro del ramo de la construcción.
Los servicios cuentan (1984) con 16 trabajadores ocupados en 12 centros de actividad dedicados al: comercio (3 empleados), reparación de vehículos (1), transporte y comunicaciones (4), administración local (2), enseñanza (2) y servicios religiosos y personales (4).
La población activa del municipio se eleva a 96 personas, de las cuales 9 están en desempleo y 26 tienen su puesto de trabajo en otros municipios.
Desempleo registrado (31.3.1987): 11 personas.
Presupuesto municipal (1987): 1.985.000 ptas.
Heráldica municipal
Trae de azur y cuatro fajas doradas y encima de ellas tres arcos también de oro. En las fajas la inscripción: MINICIA AVNIA SE CONTIT. AN III H.S.E. En punta un creciente ranversado de plata y a ambos lados dos flores. En el certificado que de este blasón dio el rey de armas, Juan de Salaverría y Navarra, en 1719, equivocadamente dice que son bandas de oro en vez de fajas. En 1675, Felipe IV concedió a todos los habitantes del valle el poder usar este escudo en sus casas con sólo demostrar el haber nacido o ser originarios de él. La inscripción que figura en este blasón procede de una lápida romana y se eligió para demostrar la antigüedad del valle.
Casa Consistorial
Construida en 1982, consta de una sola planta. Tiene un pequeño porche y en sus muros exteriores alterna la piedra y el revoco.
La sede anterior estuvo situada junto a la iglesia. El ayuntamiento está regido por alcalde y seis concejales.
A comienzos del siglo XII Vela Vélaz legó al monasterio de Irache todos sus mezquinos del valle. Con todo, sus lugares eran de señorío realengo y formaban una “cofradía” con alcalde, merino y jurados, cuyos fueros renovó en 1281 el gobernador Gerin de Amplepuis, en nombre de la reina Juana I, fijando la pecha anual en un sueldo por cada casa. Hasta el año anterior habían abonado la suma global de 89 sueldos en concepto de pecha y 230 por “fossadera”. La documentación coetánea alude a la “tenencia” o castillo con la denominación de “Cuevas de Lana”. Los monarcas Felipe III (1331) y Juana II (1462), confirmaron dichos fueros, y Catalina y Juan III reajustaron las pechas cifrándolas en 20 cornados anuales por cada uno de los 85 hogares del valle (1511).
En 1630 redimió la “fossadera” de diez maravedises por casa que pagaba al rey, a cambio de 253 ducados que pagó de una sola vez para el sostenimiento de la guerra de Italia. En 1665 aún lograron que el alcalde de la Corte de Navarra y subdelegado real para conceder gracias, Isidro Camargo, diera a todos los hombres originarios de Lana el privilegio de ser admitidos como hijosdalgo en el estamento de nobles, en cualquier pueblo donde fueran a residir, usando las armas del propio Lana; el valle pagó por esto 3.000 reales. En 1774, para defender mejor ese status frente a gentes advenedizas, el valle todavía abrió expediente para probar qué linajes lo poseían. El virrey y los alcaldes de la Corte Real de Navarra lo ratificaron en 1785.
A fines del siglo XVIII todos los lugares tenían un alcalde pedáneo que se elegía por los comisionados de los lugares, y cada uno tenía su justicia ordinaria por turno entre las casas. En el término había dos molinos.
El valle de Lana quedó como ayuntamiento tras las reformas municipales de 1835-1845. En 1847 sólo contaba con caminos de herradura, a los valles limítrofes, a Álava y Castilla; el carboneo constituía una actividad destacada.
Castillo
En la relación de castillos navarros de los siglos XIII y XIV, pertenecientes al patrimonio real, aparecen citadas las cuevas de Lana. De esta curiosa modalidad de fortificación se dice que “Eran unas habitaciones abiertas artificialmente en las cortaduras de los montes y cerros inmediatos a los pueblos y en parajes de difícil acceso, y solían servir de asilo en casos de guerra, para guardar en ellas lo que los habitantes querían sustraer de los saqueos de la gente armada”.
Las cuevas de Lana tenían carácter fronterizo, por su proximidad a la muga con Álava, integrada en la corona de Castilla. En 1277 era gobernador de este enclave defensivo el caballero García Sánchez de Los Arcos, que prestó homenaje dicho año a la reina doña Juana, en la persona del gobernador Eustaquio de Beaumarché. Por entonces, la retenencia correspondiente a dichas cuevas era de 6 libras y 30 cahíces de trigo. Poco después, en 1280, se gastaron 20 libras en hacer una casa y en rehacer una pared del recinto.
Era alcaide a la sazón Pedro Garceiz de Yániz. En 1291 se reparó la entrada a las cuevas, que se había caído. Entre los años 1305 y 1321 tuvo a su cargo la guarda un tal Juan de Botarroa, y hacia 1335, Martín Sánchez de Villanueva.
En 1351 ordenó Carlos II a Pedro Ortiz que guardase en su poder las llaves de las cuevas, con obligación expresa de visitarlas mensualmente, señalándole por ello una asignación de 20 sueldos en dinero y 5 cahíces de trigo al año. A partir de esta época, no vuelven a aparecer referencias a esta fortaleza.
Toponimia menor
Abajo, balsa; Arnaba, cota; Corrales de Viloria, camino; Galbarra, población (cp.), arroyo y alto; Gastiáin, puerto, población y alto; Irasabela, alto; Maestu, corral; los Medianos, término; Narcue, población; Puerto de Gastiáin, camino; Puerto de Narcue, camino; Raso de Viloria, término; San Antón, ermita; San Cristóbal, ermita; San Miguel, ermita; San Sebastián, ermita; Sansoros, barranco; Santa Lucía, ermita; Santa María, ermita; Ulibarri, población, lavadero y balsa.