BAYONA
Ciudad de la región francesa de Gascuña, en el actual departamento de los Pirineos Atlánticos. Fue desde el siglo XI el principal núcleo de población del vizcondado de Labourd (Lapurdum) y centro de la diócesis de su nombre. A mediados de la siguiente centuria pasó con toda Aquitania al señorío de los reyes de Inglaterra, que la retuvieron durante tres siglos.
La había asediado por motivos poco conocidos el monarca Alfonso I el Batallador (1131). Sin embargo, sesenta años más tarde (1191-1192), Sancho el Fuerte, todavía heredero del trono, y aliado de Ricardo I de Inglaterra, su cuñado, acudió en defensa de la ciudad ante el asedio de tropas francesas. En 1204 el concejo ofreció su puerto para la salida de mercancías navarras, dificultada por la pérdida de los dominios guipuzcoanos (1200), y en 1253 otorgó salvoconducto a Teobaldo I de Champaña y su madre Margarita de camino hacia su reino navarro.
Las buenas relaciones así mantenidas permitieron a Teobaldo II, aliado de Luis IX de Francia, obtener el apoyo de una fracción bayonesa en sus pretensiones sobre territorios gascones, señorío natural del rey de Inglaterra (1266); el tratado que puso fin a las hostilidades contemplaba la posibilidad de perdón para los colaboradores del monarca navarro.
Asegurado nuevamente el dominio inglés, Carlos 11 (1349-1387), utilizó en repetidas ocasiones los muelles de la ciudad para embarcar tropas hacia sus dominios normandos, amenazados por la corona francesa.
En esta ciudad se estableció un convenio entre Felipe IV de Francia (I de Navarra) y Sancho IV de Castilla (9.4.1290); el primero renunció a sus reivindicaciones territoriales sobre Castilla y retiró el apoyo al pretendiente Alfonso de Cerda; en contrapartida, el castellano debía restituir sus posesiones al linaje de la Cerda y concederle el dominio de Murcia; igualmente, prestaría al monarca franco-navarro ayuda económica contra Alfonso III de Aragón.
Igualmente se ratificó (9 de mayo de 1462) el tratado de Olite* del 12 de abril anterior entre Gastón de Foix y Juan II. Representado por Fernando de Baquedano y Pierres de Peralta*, el monarca navarroaragonés cedía a Luis XI de Francia los derechos soberanos sobre Rosellón y Cerdaña hasta completar el pago de los 300.000 escudos en que se estimaba la ayuda militar que iba a prestarle en Cataluña.
También aquí pronunció Luis XI de Francia su sentencia arbitral de 23 de abril de 1463 en el conflicto que enfrentaba a Enrique IV de Castilla* y Juan II de Aragón y Navarra*. Se acordó la devolución mutua de las plazas conquistadas; pero a cambio de su renuncia a Cataluña el monarca castellano debía recibir la plaza y la Merindad de Estella. La reina Juana Enríquez* y su hija Juana se entregarían como rehenes en Larraga. El soberano navarro-aragonés perdonaría a los beaumonteses y les devolvería sus bienes, cancelando además la deuda contraída por Castilla en el acuerdo de Ágreda. La aparente insumisión de Pierres de Peralta en Estella impidió la entrega efectiva de la merindad estellesa y obligó a reanudar las negociaciones (acuerdos de Corella* y de Pamplona*). Navarra no recuperó Laguardia y sus aldeas, pero rescató Viana, aunque Los Arcos quedó en poder castellano a condición de que se respetaran sus privilegios y régimen tradicional.