SARRIÉS
Categoría administrativa: Concejo y capital del municipio homónimo.
Partido Judicial: Aoiz.
Merindad: Sangüesa.
Comarca geográfica: Valle de Salazar.
Población (1986): 58 habitantes de hecho, 58 habitantes de derecho.
Altitud en el núcleo de viviendas: 687 m.
Distancia a Pamplona: 76 km.
Comunicaciones: Situado en la carretera comarcal NA-178, Lumbier-Navascués-Escároz.
Geografía
Situado en la orilla del río Salazar. El término confina al N con Esparza, al E con el valle del Roncal, al S con Güesa, y al O con el valle de Urraul Alto.
Los términos comunales ascienden a 208 Ha, de las que 140 son de monte.
Su iglesia pertenecía al monasterio de Igal, documentado a mediados del siglo IX y dado por el rey Sancho Ramírez (1085) a la abadía de Leire. Los vecinos villanos de la Corona entregaban su pecha anual junto con los demás del “bailio” o “almiradío” que formaba el valle, hasta que la princesa Leonor concedió a éste (1469) el privilegio colectivo de hidalguía.
Fue parte administrativa del valle de Salazar mientras subsistió como unidad, que fue hasta las reformas de 1835-1845. Hasta ellas gobernaban por tanto la villa de Sarriés el alcalde del valle, el alcalde de la villa y sus regidores; el segundo de ambos alcaldes era elegido juntamente por los regidores y los vecinos. Con las citadas reformas, Sarriés pasó a formar ayuntamiento separado con Ibilcieta* y se gobernó conforme al régimen municipal común.
En 1849 la provisión del párroco correspondía a los marqueses de Besolla.
Había un molino harinero sobre el Salazar y algunos telares “para telas del país”; “también se hacen ricos quesos” -advierte el corresponsal de Madoz-; se importaba vino, aguardiente “y otros artículos que faltan” y se exportaban lanas, corderos, queso y pieles. A comienzos del siglo XX los telares continuaban en actividad y a la escuela de Sarriés acudían los niños de Ibilceta.
Arte
La parroquia de San Martín es una construcción de hacia 1200, de nave única con ábside semicircular que se cubre con cañón apuntado sobre fajones en la nave y bóveda de horno, también apuntado, en la cabecera. Está dividida en tres tramos. El coro de madera se sitúa a los pies.
La iluminación proviene de tres ventanas de arco de medio punto abocinado. Se penetra en el templo por dos puertas de arco escarzano que se abren en el lado de la epístola. A los pies se yergue la torre, prismática, con tres vanos de medio punto para ventanas. El lado de la epístola queda oculto, al exterior, por construcciones modernas: la capilla bautismal y la sacristía. En el interior de la capilla bautismal hay un crucificado gótico del siglo XIV con anguloso paño de pureza y un retablito romanista del XVII arreglado en el XVIII, que conserva su policromía primitiva.
La ermita de nuestra Señora de Arguiloáin cobija a la Virgen de Arguiloáin, talla románica de transición con las características propias del tipo y policromía posterior que seguramente imita la primitiva. Muy interesante es la arquitectura de la ermita, bien emplazada, con una cubierta curiosa a base de tablillas de madera, talladas en el tejaroz, que se inspira en la tradición popular de la zona, quedando como testigo de la misma.
La arquitectura civil es ecléctica. Tiene un aire cercano a las poblaciones de la montaña atlántica, con tejados a dos aguas poco inclinados, como el de la llamada casa “Sarriés”, situada a la entrada del pueblo, de tres alturas y con amplia fachada en la que se abren una gran puerta central y tres vanos. Otros elementos, como los empedrados de las calles en cuesta y los pasadizos por un arco sobre la calzada parecen más propios de núcleos más meridionales y hay asimismo caseríos de tejados a cuatro aguas de teja, plenamente pirenaicos, si bien, no son los más abundantes.
Esparcimiento
Las fiestas patronales se celebran el primer domingo de la 2ª quincena de agosto.