SANSOL
Categoría histórica: Villa.
Categoría administrativa: Municipio.
Partido Judicial: Estella.
Merindad: Estella.
Comarca geográfica: Somontano de Viana-Los Arcos.
Población (1986): 144 habitantes de hecho, 173 de derecho.
Superficie: 13,7 km2.
Densidad: 10,5 hab/km2.
Altitud en el núcleo de viviendas: 513 m.
Distancia a Pamplona: 69 km.
Comunicaciones: Situado en la carretera- general N-111, Pamplona-Logroño.
Gentilicio: Sansolano.
Geografía
Limita al N con Desojo, al E con Los Arcos y El Busto, al S con Lazagurría y al O con Torres del Río y Armañanzas.
Desde el punto de vista geomorfológico se pueden distinguir en este municipio dos partes: el N se incluye en la cubeta sinclinal de Los Arcos, que es la continuación occidental del pliegue sinclinal y halocinético de Miranda de Arga; en él afloran las arcillas con niveles de caliza (Facies de Tudela) del Mioceno; el S forma parte de la terminación occidental del anticlinal de Falces, formado por yesos con arcillas (Formación de Lerín) del Oligoceno-Mioceno. Aquí se encuentra la mayor altitud, en Socuenca (571 m). El término, alargado de N a S, es avenado hacia el Ebro por la red Linares-Odrón.
El clima es de tipo mediterráneo continental subárido. Los principales valores meteorológicos anuales son: alrededor de 12° C de temperatura, 500-800 mm de precipitaciones, caídas en 60-100 días, y 700-725 mm de evapotranspiración potencial. Nada o casi nada queda -y además muy alterada- de la cubierta vegetal originaria, que estaría formada sobre todo por entinares; Hay 11 Ha de repoblación con pino de Alepo o carrasco.
Realizan labores agropecuarias 41 personas, lo que supone el 82% de la población activa del municipio. De ellas 12 realizan dichas labores como ocupación principal y exclusiva. El regadío es escaso. En el secano los cereales ocupan la mayor parte, seguidos de la vid. El más importante de aquéllos es la cebada. Los cultivos forrajeros siguen en importancia entre los herbáceos, luego las leguminosas-grano (alholva, veza) y las hortalizas. De las plantas leñosas de secano la vid acapara 115 Ha, más que antes de la filoxera 68 Ha en 1891), pero menos que en 161 (151 Ha). El olivo ocupa 13 Ha (19 en 1935) y la combinación vid-olivo 8 (26 Ha en 1950). Hay Ha de almendro en plantación regular y unos 1.500 árboles diseminaos. El 15 de noviembre de 1959 se fundó la Bodega Cooperativa Nuestra Señora de Nieva. La mecanización ha sustituido en los trabajos rurales al ganado de labor: en 1935 había 17 cabezas de ganado caballar, 35 de mular 32 de asnal, y en 1982, sólo 1, 3 y 2, respectivamente. Del resto de la ganadería, la ovina se mantenía (862 reses de raza rasa aragonesa en 1982) al nivel de finales del siglo XIX, la caprina ha desaparecido (hubo 84 cabras en 1920), la porcina y las aves de corral se reducen a explotaciones de autoconsumo y la bovina es inexistente.
El terreno comunal ocupa 567 Ha (44% de la superficie tensada del municipio) y comprende la totalidad de los pastizales y un 15% de la tierra de cultivo.
El sector secundario está representado por una bodega cooperativa vinícola, con una producción media anual de 350.000 litros de mosto, y dos empresas del ramo de la construcción.
El sector servicios emplea a 14 personas en 10 establecimientos, están representadas las siguientes actividades: comercio (3 empleados), sanidad (2), servicios religiosos (2), servicios personales y domésticos (2), administración local (1), reparación de vehículos (1) y comunicaciones (1).
La población activa en 1984 era de 50 personas, de las cuales 7 se hallaban en paro y 13 tenían su puesto de trabajo en otros municipios.
Desempleo registrado (31.3.87): 16 personas.
Presupuesto municipal (1987): 5.234.000 ptas.
Heráldica municipal
Trae de gules y una cruz patada en oro.
Casa Consistorial
La actual se construyó hacia 1960, sobre un solar situado en la parte baja del pueblo, cercano a la carretera. Está construida en ladrillo. La sede anterior estuvo en la parte alta de la Villa, junto a la iglesia, construida en piedra y adobe.
El Ayuntamiento está regido por alcalde y cuatro concejales.
Sus vecinos fueron autorizados por el rey Sancho VI el Sabio a instalarse y adquirir heredades en el término de Los Arcos (1176) en las mismas condiciones que los pobladores de esta villa. Como aldea de la misma formó parte de Castilla entre 1463 y 1753.
Hasta las reformas municipales de la primera mitad del siglo XIX la gobernó un alcalde que nombraba el virrey de Navarra a propuesta de la villa. Desde tales reformas, la elección se sometió al régimen común. En 1847 tenía escuela, dotada con sesenta robos de trigo; servían la parroquia un cura y tres beneficiados. En los años veinte de nuestro siglo contaba con puesto de la guardia civil, dos fábricas de chocolate y una de embutidos. (La Monjía*).
Arte
En un extremo de la población se localiza la parroquia de San Zoilo, edificio de la primera mitad del siglo XVIII que vino a sustituir una iglesia anterior del XVI, en la que trabajaron Sebastián y Juan de Orbara, concretamente en la sacristía y la torre. Probablemente, por el estado ruinoso de este viejo templo se decidió construir la actual fábrica, cuyas obras se documentan entre 1701 y 1746, interviniendo en ellas los canteros José de Zumeta, Francisco de Sarasúa y Francisco Iturbe. Condicionada por las estructuras del siglo XVI, se edificó una iglesia de planta de cruz latina, compuesta de nave con tres tramos, crucero de brazos poco profundos y cabecera recta. Sus alzados presentan un entramado de pilastras y cornisa moldurada. Sobre ella se alzan bóvedas de aristas, tanto en la nave como en la cabecera, y medios cañones, en los brazos de crucero, mientras que el tramo central de éste recibe una cúpula sobre pechinas, cuyas superficies se decoran con unas pinturas, fechables en torno a 1800, que fingen una gloria, todavía de composición barroca, con la Asunción, Cristo y la Trinidad, elevada sobre las figuras de los Evangelistas. Estas pinturas constituyen el único ornato de una arquitectura de severidad herreriana. El exterior aún resulta más desnudo: muros de sillería con contrafuertes diagonales en algunas de sus esquinas. Tan sólo se amortigua esta sobriedad en el lado de la Epístola, donde aparece un portal recto con baquetón mixtilíneo y pilastras, que recuerda las portadas del cantero Ibarra existentes en la vecina población de Los Arcos. Así se configura un bloque de perfiles y bien definidos. De él emerge, en la parte de los pies, una esbelta torre de alto fuste cuadrado y cuerpo único de campanas con medios puntos entre pilastras, rematado en pequeña cúpula con linterna y abundantes bolas, modelo que en versión simplificada responde a una tipología ampliamente difundida por la zona durante el siglo XVIII.
El interior de la iglesia se decoró en torno a 1800, no sólo con las referidas pinturas sino también con una serie de retablos neoclásicos, policromados a imitación de mármoles, destacando el mayor, por su monumentalidad y complejidad arquitectónica. Por la documentación se sabe que procede de Logroño y que en 1802 fue reconocido por Francisco Sabando, artista de esa ciudad. Su traza está formada por seis columnas compuestas, dobles y dispuestas a distintos planos a ambos lados de la calle principal, cabalgando sobre ellas una potente cornisa recta y un frontón triangular que se adelanta para situarse encima de las columnas internas. Bajo él queda la talla de San Zoilo, estimable lo mismo que las imágenes de San francisco Javier y San Antón de las calles laterales. Culmina el conjunto un ático con pilastrones y frontón curvo que alberga un Calvario del siglo XVII. Con el retablo mayor forman conjunto los colaterales de Nuestra Señora de Nieva y San José. La imagen de vestir de la Virgen parece que aprovecha una antigua talla del siglo XIV. Los retablos de la Inmaculada y la Piedad se reducen a unos sencillos marcos con frontones curvos, equivalentes al ático del mayor, y ambos lucen grandes lienzos de sus titulares, pinturas de paleta fría y luces blanquecinas, en relación con los modelos cortesanos de la segunda mitad del siglo XVIII y de estilo parecido al de las pinturas murales que cubren la cúpula. Desaparecida la ermita de San Pedro, la talla de este santo se encuentra actualmente depositada en el templo parroquial. Es una magnífica obra gótica del siglo XIV, de tamaño monumental, que representa al apóstol sentado en un trono con figuras de leones en sus laterales.
El núcleo urbano de esta villa se enriquece con espléndidos palacios barrocos, de monumentales fachadas, emplazados especialmente en una plaza vecina de la parroquia o en sus inmediaciones. En el frente principal de dicha plaza se encuentra el más importante de estos inmuebles. Está fechado en 1702 y por sus rasgos clasicistas, así como por algunos de sus elementos arquitectónicos puede relacionarse con las construcciones de los Raón en la vecina Viana. Su fachada, de marcada horizontalidad, obedece a un noble proyecto en el que privan la simetría y una excelente ordenación de vanos. Se compone de dos cuerpos y ático de sillería, articulados por pilastras con acanaladuras y cajeadas, enmarcando estas últimas la calle principal, donde se abre el amplio portal de ingreso. Tanto los ventanales del primer cuerpo como los balcones del segundo tienen esquema recto y se guarnecen con baquetones que forman orejetas en las esquinas; todos ellos conservan su rica forja original. Completan el ornato tres escudos barrocos, aunque de diferente cronología. Arquitectura semejante ofrece el palacio marcado con el n.° 2 de la calle Real, aunque carece de la grandiosidad del anterior.
Bibliografía
M. C. García Gainza, M. C. Heredia Moreno, J. Rivas Carmona, y M. Orbe Sivatte, Catálogo Monumental de Navarra II. Merindad de Estella. Vol. II. (Pamplona. 1983). J. E. Uranga Galdeano, e F. Iñiguez Almech, Arte medieval navarro. Vol V. (Pamplona, 1973). T. López Selles, Contribución a un catálogo de ermitas de Navarra. Merindad de Estella. “” 1973.
Toponimia menor
El Arco, barranco; las Balsillas, término y paridera; Larrengo, término; Pelovero, término; el Raposo, barranco; Socuenca, paridera alto; Valdelengua, parideras y arranco; Vallorquín, barranco.