RONCAL, BATALLA DE
RONCAL, batalla de
(1516). A principios de 1516 coincidieron una serie de circunstancias favorables para que Juan de Albret* intentara de nuevo recuperar Navarra. Había muerto Fernando el Católico* (23 de enero) y su heredero Carlos de Habsburgo (Carlos I*), que todavía no había tomado posesión del trono, no estaba en situación de ofrecer mucha resistencia. La nobleza castellana, dividida en facciones, se enfrentaba con el regente Cisneros y, en Navarra, los agramonteses preparaban abiertamente un levantamiento que algunos beamonteses no miraban con malos ojos. El nuevo rey de Francia, Francisco I, era amigo personal de Juan de Albret y había participado personalmente en el primer intento de reconquista de Navarra en otoño de 1512 (cerca de Pamplona*).
El navarro reunió precipitadamente un pequeño ejército de bearneses, gascones y navarros exiliados y, sin esperar la colaboración de Francia, en el mes de marzo, tomó el camino de Roncesvalles. Su sola presencia bastó para levantar a su favor la Tierra de Ultrapuertos, nunca sometida por completo, esperando que ocurriera lo mismo en el resto del reino (Frontera*). Pero menospreciaba la resistencia que le ofrecerían las guarniciones castellanas, mandadas por el coronel Villalba*. Para forzar la rendición de San Juan de Pie de Puerto y abrir el paso de Roncesvalles envió una pequeña columna para que, penetrando por el valle de Roncal, atacara por la retaguardia a las tropas que bloqueaban el paso de Ibañeta. Confió su mando a Pedro de Navarra*, mariscal del reino.
La expedición del mariscal, entre el 13 y el 17 de abril, con tropas bisoñas y poco numerosas, resultó un gran fracaso. Sólo los valles de Roncal, Salazar y Aézcoa saludaron y apoyaron al ejército liberador, pero no hubo tiempo para fomentar el levantamiento general en favor de Juan de Albret. Para cuando don Pedro llegó a Roncesvalles, el coronel Villalba se le había adelantado tomando posiciones dominantes, lo que obligó al mariscal a retroceder de nuevo hacia Roncal, donde fue derrotado estrepitosamente (21 de abril). Aunque fueron pocos los muertos, entre los prisioneros se contaban las principales cabezas del bando agramontés, lo que privaría al rey navarro de sus valedores más fieles.
Bibliografía
P. Boissonnade, Histoire de la réunion de la Navarre a la Castille. Essai sur les relations des princes de Foix-Albret avec la France et l´Espagne (1479-1321) (París, 1893); F. Galbete, Vida y andanzas del Coronel Don Cristóbal de Villalba; “Príncipe de Viana”; 7 (1946) 695-734.