PIRENAICA, RAZA VACUNA
La denominación española -en Francia se conocía como Blonde des Pyrenées- partió en Guipúzcoa, cuando su Diputación creó para la misma el Libro Genealógico. Hasta la fecha se le conocía con los nombres de la nuestra, raza vasca, o raza del país.
Origen
De difícil precisión; tendría como ancestros al Bos taurus brachyceros y al Bos primigenius, los mismos que la raza gelbvieh (ganado amarillo) de Austria y R. F. A. y de otras razas rubias.
Para algunos es oriunda de la Navarra española, desde donde habría sido conducida a las posesiones francesas.
Situación actual, censo y distribución geográfica
En tiempos pasados su área de dispersión no estuvo circunscrita a las Provincias Vascongadas y Navarra sino que llegaba a los valles pirenaicos de Huesca y Lérida. A principios del siglo XX, en las Vascongadas y Navarra, de un censo total de 270.000 cabezas, 140.000 eran de la raza indígena: 77.000 vacas, 44.000 animales de recría y 19.000 bueyes y toros. Sin embargo, en 1975, la desaparición era una realidad en Vizcaya y Álava; en Guipúzcoa quedaban un centenar de animales y en Navarra se mantenía un censo de 2.500 cabezas.
Ante el peligro de extinción, detectado hacia 1965, se inició la búsqueda de animales que encajaran en el estándar de la raza, centrada en los Valles de Aézcoa y Salazar, localidad de Valcarlos, y Valles de Ollo, Goñi, Guesálaz, Yerri y Améscoa, se llegó así, en 1983, a disponer de una reserva de 9.276 animales: 491 machos y 1.070 hembras de 1 a 2 años, y de 6.134 hembras de edad superior a los 2 años. Este resurgir puede ampliarse a Vizcaya y Guipúzcoa, aunque con menor intensidad.
Resulta significativo que el Valle de Aézcoa haya mantenido como reserva esta raza y actuado como difusor de la misma en las dos direcciones: el Pirineo Aragonés y Catalán por un lado y las Provincias Vascas por otro. Este Valle ha constituido el reducto de la Pirenaica por un cúmulo de condicionamientos, pues a los derivados de su geografía se han unido otros de tipo sociológico.
Estandar racial
Sus rasgos exteriores son inconfundibles:
Cabeza pequeña de perfil fronto-nasal subcóncavo, con encornaduras hacia adelante, en lira y espiral; tronco largo y línea dorso-lumbar musculada y recta, muslos y nalgas desarrollados y descendidos y vientre proporcionado.
Esqueleto fino, compacto, sin bastedad; miembros de longitud media con aplomos correctos; pezuñas bien desarrolladas, duras y resistentes al roce con los suelos calizos y graníticos.
Capa trigueña -“gorri” o “zuri” -, con aureola alrededor de los ojos (“ojo de perdiz”), axilas, bragadas y hocico; sin pelos de otro color; mucosas de color carne, sonrosadas; cuernos de color blanco-nacarado con las puntas de color amarillo y pezuñas de color claro “con visos de color amarillento”.
En las hembras, ubres bien formadas, de correcta inserción y separación de cuarterones; pezones bien desarrollados e implantados; de color rosáceo y, desde luego, sin los pelos largos de lobo de la primitiva vaca vasca.
Esta raza, aunque agrupada en el tronco de las razas rubias europeas, presenta caracteres diferenciales evidentes que la singularizan como raza independiente.
En conjunto es un animal de tendencia longilínea, con buen tronco apoyado en extremidades de longitud media, con tercio posterior bien musculado. Ágil en sus movimientos, con la cabeza siempre por encima de la cruz y vivaz en sus reflejos.
Razones que justifican su conservación
Además de las inherentes a toda raza autóctona, autarquía en la reposición de machos y hembras y adaptación a la base ecológica, la raza Pirenaica se destaca por:
Elevado rendimiento de la canal en partes nobles.
Coloración de la carne, que se diferencia netamente, junto con la Rubia Gallega, del resto de las razas.
En pruebas analíticas realizadas se encontraron estos resultados:
Peso en vivo de 450 Kg en 53 novillos (añojos) a la edad de 335 días.
Rendimiento vivo/canal (caliente) del 58,49 por ciento, con valores extremos del 54,9 y 64,3 por ciento.
Valor medio de 57,82 cm2 de la superficie (área) de sección del músculo longissimus dorsi (lomo), a nivel de la 8ª costilla, qué da el contenido de carne magra.
Alimentación
Utiliza en cierta época del año los pastos de terrenos comunales y los llamados “pastos faceros”, no sólo entre pueblos navarros sino de facerías* internacionales franco-españolas.
Todos estos terrenos mantenían regularmente (1987) en la época estival los siguientes censos:
de procedencia española:
7.500 ovinos, 780 vacunos y 380 caballares.
de procedencia francesa:
14.00 ovinos; 1.100 vacunos y 50 caballares.
Reproducción y estado sanitario
Consecuencia del manejo más racional que este ganado recibe es la edad anticipada de su primer parto (2;5-3,5 años). Su actividad reproductora se mantiene con la regularidad de un ternero por año, en contraste con las vacas de la década de 1930-1940 en las que el primer parto tenía lugar a los 5 años y el intervalo entre partos era de dos años.
La incidencia de los procesos genitales es baja (7,64%); inferior a la presentada en las de raza frisona (15,58%). En esta última el 49,7 por ciento de las causas de deshecho se atribuyen a esterilidad, abortos, mamitis y baja producción lechera, mientras que en la Pirenaica este grupo de causas solamente representa el 10,8%. Así, no extraña que la longevidad sea una constante de esta raza.
Fomento de la raza Pirenaica
La Diputación Foral de Navarra concedió desde los primeros momentos de declive ayudas económicas especiales para el mantenimiento y desarrollo de la raza.
El 12.3.1985 se constituyó la Asociación de Criadores de Ganado Vacuno de Raza Pirenaica de Navarra (ASPINA), cuya finalidad no es otra que velar por la pureza y mejora de este ganado, favorecer su difusión, canalizar las ventas, prodigarle como raza paternal, etc.