PAMPLONA, CASTILLO DE
PAMPLONA, Castillo de
Las guerras de los años 1512-1521 habían demostrado la importancia estratégica de Pamplona en la defensa de la frontera pirenaica con Francia y en el control del reino de Navarra. Esta convicción, y el cálculo de que era más rentable concentrar la defensa en un solo punto que dispersar las fuerzas, llevó a Fernando el Católico* y a Felipe II* a decidir la construcción, primero de un castillo y luego de una ciudadela* en la capital del reino navarro.
Poco después de la conquista, Fernando el Católico ordenó la construcción de un nuevo castillo, que sustituyese al viejo baluarte adosado al barrio de la Navarrería. Según los planos del ingeniero Pedro de Malpaso, se levantó una fortaleza de planta cuadrada, torres redondas en los ángulos, gruesos muros y profundo foso, en la parte oriental de la muralla, entre los portales de Tejería y de San Nicolás (aproximadamente sobre el solar que ocupa hoy el palacio de la Diputación Foral).
En 1521 -no se habían concluido las obras todavía- sufrió un breve cerco (Pamplona, asedios de*) tras el que a guarnición castellana, entre la que se contaba a Ignacio de Loyola, hubo de capitular ante el ejército franco-navarro que mandaba el señor de Asparros (Noain, batalla de*). Durante el reinado de Carlos I* se concluyeron las obras y se mejoró la construcción. Pero el castillo se había levantado de acuerdo con un modelo medieval que pronto resultó anticuado ante el perfeccionamiento de la artillería, por lo que fue preciso sustituirlo por una ciudadela de características más modernas.
Bibliografía
F. Idoate, Esfuerzo bélico de Navarra en el siglo XVI (Pamplona, 1981); J.J. Martinena, Documentos referentes a las fortificaciones de Pamplona en el Servicio Histórico Militar de Madrid (1521-1814), “Príncipe de Viana” (1976), p. 443-506.