LERÍN, CONDADO DE
Circunscripción histórica de la Merindad de Estella. Según el Diccionario de la Academia de la Historia, estaba formado por Lerín, Carcar, Sesma, Mendavia, Andosilla, Dicastillo y Allo. Desde el punto de vista geográfico los dos últimos forman parte del piedemonte S de Montejurra y el resto de la Ribera estellesa; por lo tanto esta demarcación se extendía desde los picos de Montejurra hasta el Ebro y comprendía, principalmente, las siguientes unidades de relieve: 1°, la cobertera detrítica plegada del olivo-mioceno; 2°, las estructuras de tipo holocinético en las que sobresalen los escarpes de yesos; y 3º, las terrazas aluviales escalonadas a ambos lados del Ega o en la orilla izquierda del Ebro. El clima y vegetación es de tipo mediterráneo continental. Los inviernos son fríos y los veranos calurosos, las lluvias escasas e irregulares; la deforestación ha sido muy intensa y sólo queda algún pequeño bosque de encinas y algún otro de pinos de repoblación.
Domina la superficie cerealista de secano, aunque en el N es aún característico el policultivo mediterráneo: vid, olivo, cereales, todo entremezclado, mientras que en el S destacan los regadíos, cada vez más importante y continuos. En las últimas décadas las esparragueras están proliferando, cada vez más, en los secanos. La mecanización de la agricultura es grande y la ganadería tiende a ser estabulada e industrial.
La población, a pesar de la existencia de una cierta actividad industrial (conservera, papelera, etc), sufre en las últimas décadas, en general, un declive demográfico: 11.666 habitantes en 1860, 1.638 en 1900, 15.290 en 1950, 13.854 en 1970 y 12.774 en 1981.
Historia
Condado erigido por Carlos III de Navarra para su hija doña Juana, con ocasión del matrimonio que contrajo con Luis de Beaumont en 1424.
Las circunstancias favorables hicieron crecer el poder de los primitivos condes de Lerín, que vieron premiados sus servicios a la causa castellana. Carlos V confirmó en 1520 el privilegio del príncipe de Viana y el entronque con la Casa de Alba agregó nuevo poder y nobleza a los sucesores de los antiguos Condestables navarros, que en 1775 ostentaban los títulos Conde de Lerín, Condestable y Chanciller Mayor del Reino de Navarra; Señor de las villas de Larraga, Dicastillo, Allo, Arróniz, Mendavia, Sesma, Cárcar, Cirauqui, Arruazu, Sada, Eslava, Ochovi, Villamayor, Goldáraz, Castillo de Monjardín y Valle de Santesteban: señor de diferentes palacios y pechas del Reino.
Para el gobierno de sus vasallos y el ejercicio de la jurisdicción, los Condestables tenían una serie de oficiales, a la cabeza de los cuales estaba el Alcalde Mayor del Condado. Su actuación había de provocar frecuentes conflictos y choques con sus vasallos, que individual o colectivamente, procuraban defenderse de sus abusos por los medios a su alcance, los tribunales navarros (la Corte y el Consejo Real). Son testimonio la serie de pleitos existentes en el Archivo General de Navarra, a partir de 1500. (Condestable*, Lerín*).