FUENTERRABÍA
Villa de la provincia de Guipúzcoa, inscrita en la monarquía navarra hasta su ocupación por Alfonso VIII de Castilla (1199-1200), el cual le otorgó poco después (1203) el fuero de San Sebastián. Aunque el soberano castellano se propuso en un ocasional testamento (1204) devolver la villa a Navarra, la entrega no tuvo efecto, como tampoco las previsiones que en el mismo sentido contenían los acuerdos establecidos sucesivamente por Alfonso X el Sabio con los reyes navarros Teobaldo I (1234) y Teobaldo II (1256). Perteneció a la diócesis de Bayona hasta su inclusión (1567) en la de Pamplona, «dentro de la cual formó el arciprestazgo de Fuenterrabía o «menor de Guipúzcoa».
Fuenterrabía volvió a ser navarra en 1805, cuando, por decreto, Carlos IV (VII de Navarra) la incorporó a este reino, seguramente a fin de darle una salida al mar. Pero las reformas napoleónicas de los años 1808-1814 trastocaron por completo los límites* entre Guipúzcoa y Navarra, al incluir casi todo este reino en el llamado departamento del Bidasoa; de manera que en 1814, cuando Fernando VII (III) derogó toda la legislación bonapartista y gaditana, devolvió también a Navarra sus perfiles, pero no los de 1808 (que incluían Fuenterrabía) sino los anteriores a 1805. (Fronteras*).
Cuando Navarra volvió a convertirse en provincia, años después, en las Cortes españolas de 1822, se planteó la conveniencia de que Fuenterrabía fuera navarra. Pero la proposición fue rechazada.