BAYONA, DIÓCESIS DE
BAYONA, diócesis de
Un gran vacío de información oscurece totalmente los presuntos orígenes tardo-romanos de la sede episcopal bayonesa; y tal vez durante varios siglos el territorio organizado por el oppidum de Lapurdum, Labourd, dependió eclesiásticamente de Dax. Prescindiendo de piezas documentales más o menos falseadas, relativamente al obispo Arsio y los límites diocesanos hacia finales del siglo X, lo cierto es que mediados de la siguiente centuria existía ya una demarcación de rango episcopal cuyo espacio coincidía con el del vizcondado de Labourd. En ella estaban enmarcadas gran parte de las tierras actualmente navarras de la vertiente atlántica del Pirineo, es decir, los valles de Baztán y Santesteban de Lerín y los términos de Cinco Villas, así como Valcarlos y los posteriores dominios de Ultrapuertos, a excepción en este caso de Mixa y Ustabares que dependían de la diócesis de Dax. También formaba parte del obispado bayonés el valle guipuzcoano de Oyarzun con Fuenterrabía, pero no San Sebastián y su contorno, cuyas rentas parece que solo disfrutó el prelado labortino durante pocos años -hacia 1188-1193- por cesión graciosa de su colega pamplonés Pedro París.
En los siglos XIV y XV el obispo de Bayona tuvo asiento por derecho propio en el brazo eclesiástico de las Cortes de Navarra. Con la incorporación de este reino a la Corona de Castilla se hizo cada vez más difícil la continuidad de aquella inadecuación secular entre las fronteras políticas y las eclesiásticas. A instancias de Carlos V, el papa León X creó sin éxito (hacia 1517-1520) con aquella zona, ajena a la soberanía francesa, una vicaría nullius que debía regir un abad español. Tampoco se hizo realidad una bula de Clemente VII (1524) ya que contemplaba su incorporación a la mitra pamplonesa. Las guerras de religión francesas y, en particular, la extensión del calvinismo por Gascuña contribuyeron a un replanteamiento urgente del problema. Ante las reclamaciones de Felipe II el papa Pío V arbitró una solución teóricamente transitoria (30.4.1566): en tanto subsistiera el peligro de contagio herético, se nombraría un vicario español para las comarcas controvertidas. No se conformó, sin embargo, el monarca español y, al año siguiente (15.7.1567), ordenó taxativamente al obispo de Pamplona que se hiciera cargo de la jurisdicción sobre el arciprestazgo de Fuenterrabía, el arcedianato de Baztán (integrado por los arciprestazgos de Baztán, Cinco Villas y Santesteban) y, por otra parte, la parroquia de Valcarlos. Quedó luego sin ningún efecto un breve del papa Gregorio XIII (1582) exigiendo el cumplimiento de la solución acordada por su predecesor Pío V. Aún se procedió en 1961 a un último retoque: la sede pamplonesa transfirió a la de Bayona y a su parroquia de Arneguy el barrio de Ondarola situado en Francia, pero perteneciente todavía a la parroquia de Valcarlos; y recibió a su vez, las casas de Paris, emplazadas en territorio español y vinculadas hasta entonces a la parroquia bayonesa de Lasa.
Bibliografía
L. J. Fortún, Organización eclesiástica. “Gran Atlas de Navarra” II, Historia (Pamplona. 1986), p 138-1-13.