Gran Enciclopedia de Navarra

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CORREO

En Navarra, al igual que en los reinos cristianos medievales, no existe constancia de la existencia pública ni oficial de un sistema de correo organizado para el transporte de correspondencia, que cubriese el servicio del público en general. Solamente se conoce en Cataluña la cofradía Marcus, que se dedicaba a este oficio, y que más tarde fue copiada en Valencia.

El correo era un servicio privado, del que solamente disponían los reyes y grandes señores, ampliándose posteriormente a algunas universidades. El pueblo en general se comunicaba aprovechando viajeros eventuales, que se pasaban las cartas de unos a otros, lo cual no daba al remitente ninguna clase de seguridad, de que las misivas llegasen a su destino, siendo muy normal el enviar las cartas por duplicado, y diferente conducto. Los pudientes pagaban un mandadero propio.

Las primeras noticias del archivo de cuentas del reino de Navarra, en que aparecen citados a mensajeros o mandaderos llevando cartas, son del año 1337, y posteriormente a partir de la segunda mitad del siglo XIV, reinando Carlos II comienzan a ser cada vez más numerosos los pagos. El nombre del primer mandadero de a pie que se cita, es Pedro García Sesma, que el 20 de febrero de 1352, recibe 9 libras y 4 sueldos por sus expensas por un viaje, con cartas secretas para el rey Carlos II que se encontraba en Francia.

Según se desprende de las noticias de archivos en estas épocas, los mandaderos en viajes cortos iban a pie, y los trayectos largos los cubrían a caballo, siendo muy normal el que por las prisas se forzasen las bestias, reventando algún caballo, que era pagado normalmente en este caso por el monarca.

En estas épocas el viaje de Pamplona a Olite costaba normalmente dos días, y de allí a Tudela otros dos. De Pamplona a tierra de vascos, es decir la Navarra francesa actual, se empleaban tres días más, por lo cual Navarra se comunicaba de punta a punta en siete días.

Ya en 1376 y 1380 aparece nombrado el cargo u oficio de mensajero real, en la persona de Lorencet de Pamplona, con un dono vitalicio de 6 cahíces de trigo anuales.

Al poco tiempo de comenzar a reinar Carlos III, es citado un correo particular suyo, y un “cabalgador”, para llevarle las cartas.

Los costos para el transporte de correspondencia, eran carísimos, así por citar algunos ejemplos de finales del siglo XIV, en el año 1391 un cabalgador de Pamplona a Bearne cobró 6 florines de oro, -o lo que era igual 153 sueldos-, el doble de lo que cobraba un mensajero de a pie, que por hacer este mismo recorrido cobró 80 sueldos. Un mandadero de a pie de Pamplona a Tudela 30 sueldos; por ir a Aviñón a llevar cartas al Papa y de allí a París, 50 florines de oro; un mensajero de a pie por ir a Ultrapuertos, 100 sueldos; y por ir de Pamplona a Zaragoza a llevar cartas al rey de Aragón cobró 80 sueldos.

El tema de la inviolabilidad de la correspondencia, ha sido cuidado siempre a lo largo de la historia, en Navarra queda reflejado desde al menos 1391, en que Carlos III dirige dos cartas al recibidor de Sangüesa Pedro Periz de Aoiz, una desde Tudela el 30 de enero, y la segunda de Olite el 7 de marzo, en las que ordena haga llegar a las personas que van dirigidas las cartas que él envía, cerradas y con su sello de placa.

Estas y pocas más son las noticias disponibles sobre el correo en Navarra, a lo largo de la Edad Media. Durante todo el siglo XV son abundantes las citadas en archivos de pagos efectuados a mandaderos por llevar cartas, y en cierto modo de una organización para asuntos oficiales, ya que se cita los nombres de varios mensajeros que los reyes tenían a un mismo tiempo, y lo que cobraban, pero nada existente sobre este servicio para particulares.

El correo después de la unión con Castilla

El servicio fue contratado por Isabel la Católica, para organizarlo en toda la nación, con Francisco de Taxis, quien vino a España con la gran aureola de haberlo organizado ya en Alemania, implantando el mismo sistema en el año 1500, por lo cual en 1506 Felipe el Hermoso y Juana la Loca le nombraron Correo Mayor de Castilla.

Para la comunicación con otras naciones, Francisco de Taxis firmó un contrato con Felipe el Hermoso, según el cual se establecía una comunicación postal desde España con Francia Países Bajos, Alemania, hasta Viena, trayecto que en 1516 se extiende a Bruselas, Verona, Roma y Nápoles. Los Taxis obtenían el monopolio del servicio de correos, comprometiéndose a entregar las cartas en unos plazos más o menos ciertos, y a mantener el secreto epistolar.

El cargo de Correo Mayor fue de padres a hijos, pasando en 1622 por circunstancias especiales al conde de Oñate y su familia. En 1706 Felipe V incorporó el servicio a la Corona, indemnizando a los poseedores con 868.000 maravedises, pero al poco tiempo por no estar bien organizado, tuvo que ser arrendado de nuevo al Marqués de Monte Sacro, y más tarde a Francisco Goyeneche, que lo explotó hasta 1717, fecha en que pasó a ser administrado directamente por la Corona.

Durante estos tiempos existía en Navarra el cargo de Correo Mayor, que se encargaba de la organización interior del correo en el Reino. Existían unos puntos o estafetas, en donde se dejaba la correspondencia para toda la zona, y allí los llamados “Correos”, la recogían y distribuían por los pueblos. El sueldo de esta persona encargada en cada pueblo de ir a recoger la correspondencia y después distribuirla, era pagado por el Ayuntamiento de cada pueblo, no así el de los administradores o estafeteros, como entonces se les llamaba, ni el de los postillones, que lógicamente corrían a cargo de la propia organización del Correo.

Por citar un ejemplo dentro de Navarra, en Cascante en 1684 era Correo Miguel de Falces, quien se encargaba de ir tres veces semanales a Tudela, a llevar y recoger la correspondencia, con un sueldo de siete ducados anuales. Tan miserable se quedó este sueldo, que en 1755 Fermín Ximénez de Fuentes, que ostentaba este cargo dimitió de él, y nadie quiso ocuparlo, teniendo que subirse la asignación a 14 ducados.

Como Correos Mayores en Navarra en estos años se conoce en 1621 a Pedro de Ucarrés, en tiempo del cual la comunicación de Navarra con Madrid se cambió de recorrido, haciéndolo por Ágreda (Soria), y acortándose el tiempo de llegar a la Corte a cinco días y medio, en lugar de los once o doce que duraba antes. En 1634 era Correo Mayor de Navarra Esteban Medrano; en 1693 Antonio de Aperrigui, quien ostenta el cargo hasta que la corona se hizo cargo de la organización del Correo en 1716, año en que es nombrado Pedro Fermín de Goyeneche, administrador de las Estafetas de Navarra.

El correo en Navarra de 1716 a 1850

Al hacerse cargo del correo el Gobierno, España fue dividida en ocho Carreras Principales. Navarra fue incluida en la llamada de la “Mala”. Pedro Fermín de Goyeneche fue quien se encargó de organizar el incipiente nuevo sistema de correo en Navarra. En Pamplona en la entonces llamada calle de San Tirso, se abrió la primera estafeta de correos en el año 1716. A partir de aquel momento a la calle se le empezó a conocer con el nombre de Estafeta. Estaba ubicada en los actuales números 50 y 52. En Tudela se abrió una administración en la calle Carnicerías en la casa conocida como del Priorato.

Había que organizarlo todo, Navarra no estaba bien comunicada con Madrid, y hubo que montar casas de postas, para que desde la capital se pudiese llegar sin problemas a Pamplona. Pedro de Arce vino entre 1717 y 1718 durante 20 días a Navarra, ajustando y contratando casas de Postas para los relevos de Caballos en Cintruénigo, Valtierra, Marcilla, Tafalla, Mendivil y Pamplona.

La primera noticia de la organización postal en Navarra después de 1717, la proporciona el libro Descripción General para escribir a todas las ciudades de España… (Madrid, 1736) de Blas Alonso de Arce, quien dice que la Caja Principal de Navarra fue establecida en Tudela, aunque lo cierto es que muy pronto, debió de ser mudada a Pamplona, donde existe desde antiguo.

En estos primeros años fueron creadas en Navarra las siguientes administraciones: Caparroso, Estella, Pamplona, Tafalla y Tudela. Hacia mitades del siglo XVIII fueron creadas nuevas estafetas en Cascante, Corella, Los Arcos, Olite, Puente la Reina, Sangüesa y Viana. Poco después de terminada la Guerra de la Independencia se crean administraciones en Echarri Aranaz, Elizondo y Santesteban y entre 1849 y 1852 la fronteriza de Varcarlos.

Al término de la primera guerra carlista, en el año 1840, se crean casi todas en el norte de Navarra 15 pequeñas carterías, con el fin de descargar de trabajo a Pamplona, ya que ella sola distribuía la correspondencia, para el 60% de la población navarra. Fueron creadas Alsasua, Aoiz, Barasoain, Betelu, Burguete, Cintruénigo, Erice, Isaba, Lecumberri, Monreal, Ochagavía, Roncal, Urroz y Villanueva Araquil.

El correo en estas épocas circulaba generalmente a portes debidos, las cartas normalmente las pagaban los que las recibían y no como en la actualidad los remitentes. Había casos excepcionales, en que las cartas eran pagadas por el remitente, pero el volumen de correspondencia pagado en origen no alcanzaba ni el 5%. Tenía de diferencia con el sistema actual, el que las cartas pagaban diferencia de portes, lo mismo por el peso, como hoy día, así como también por los kilómetros que recorría. No pagaba lo mismo en Navarra una carta procedente de Zaragoza, que otra del mismo peso, que viniese de Andalucía. Las tarifas para el pago de portes eran complicadas, y en cada estafeta existía un cuadro con lo precios que debía de pagar una carta según peso y demarcación postal de que viniese.

Todas las estafetas y carterías estampaban en el frente de las cartas una impronta con el nombre de la población de donde salía la carta, para que en la estafeta de destino supiesen de donde procedía y poder cobrar los portes correctamente.

Las tarifas variaron repetidas veces, hasta el año 1845, que se unificaron para toda España, estableciendo un precio, que no variase por kilómetros recorridos, sino únicamente por el peso.

El correo en Navarra desde 1850 a 1900

En el año 1850 se establece en España el franqueo voluntario previo, mediante sellos* adhesivos. En el año 1856, el franqueo en origen de la correspondencia mediante sellos se hace obligatorio.

En 1854, Pamplona era administración de 4.ª clase, Elizondo y Estella subalternas de 2.ª clase, Tudela subalterna de 3.ª clase, y Caparroso, Corella, Echarri-Aranaz, Los Arcos, Puente la Reina, Sangüesa, Santesteban, Tafalla, Valcarlos y Viana como subalterna de 6.ª clase.

En 1858 fue creada la estafeta de Aoiz.

Con la inauguración del tramo de ferrocarril de Tudela a Castejón en el año 1860, -con lo que quedaba unida Tudela con Pamplona-, se crea la estafeta de Cintruénigo, y las carterías de Olite, Noáin, Garinoain, Marcilla y Villafranca.

En el año 1861 se conocen en Navarra la existencia de 13 carterías. En 1862 Navarra se une al ferrocarril Norte, empalmando Olazagutía a Miranda de Ebro, y se crean dos nuevas estafetas Alsasua y Olazagutía. En el año 1862 existían en Navarra aparte de las estafetas citadas, 32 carterías: Burguete, Biurrun y las Campanas, Echarri Aranaz, Endériz, Erice, Ezcurra, Garinoain, Güesa, Huarte, Irurzun, Iturmendi, Lacunza, Larrasoaña, Lecumberri, Legarda, Lesaca, Linzoáin, Lumbier, Marcilla, Milagro, Monreal, Noáin, Olagüe, Olite, Peralta, Ribaforada, Sansol, Urbiola, Urroz, Villafranca, Villanueva Araquil y Yanci.

El día 19 de enero de 1864, es inaugurado el tramo de ferrocarril Pamplona-Irurzun y se crea la estafeta de Irurzun. La última administración creada en los años del reino de Isabel II fue Cascante en el año 1865.

En 1866, y como caso diferenciado del resto de España, a las carterías navarras, les fue enviado un sello ovalado para que estampasen en el frente de los sobreescritos con la inscripción de “cartería de /correos/ (el nombre de la población)”, sellos que unas veces aparecen estampados al lado del sello y otras obliterándolo.

El número de carterías navarras en 1867 era de 34 y en 1872 bajó a 29, siendo sustituidas unas por otras y apareciendo como poblaciones nuevas Navascués, Elorz, Caparroso, -que descendió a la categoría de cartería-, Castejón, Zuasti, Huarte Araquil, Ostiz, Mugaire, Irurita y Falces.

En la última década del siglo, o más bien en el año 1889, se envió a todas las carterías españolas, un sello rectangular con las puntas redondeadas, y que se utiliza hasta bien entrado el siglo XX. La leyenda es simple en dos líneas, en la superior el nombre de la cartería. En Navarra a principios de este siglo se conocen 52 carterías, más las administraciones ya nombradas, que empleaban un fechador con tipos móviles.

A lo largo del siglo XX se han ampliado el número de administraciones depósitos y carterías, hasta 1989 en que pasan de 200 los pueblos que tienen la administración de correos, y se acercan a los 800 entre pueblos y caseríos que se sirven de peatones.

Como dato estadístico cabe mencionar que en 1850, fecha de la implantación del sello adhesivo en España, Navarra movía un 5,7% de toda la correspondencia que se escribía en toda España, y que en 1989 se acerca al 8%.

Relacionado con el correo navarro, durante la tercera guerra Carlista el ejército rebelde, dispuso de un correo propio, con sellos diferentes a los del gobierno central. En Navarra se emplearon tres emisiones de sellos con la efigie de Carlos VII en los años 1873, 1874 y 1875, obligados en plazas que dominaban los carlistas, tales como Estella, Elizondo, Santesteban y Valcarlos. Al no estar reconocido mundialmente el gobierno de D. Carlos, las cartas dirigidas al extranjero, no podían circular con sellos carlistas, por lo que eran enviadas en un sobre, a un encargado de la correspondencia carlista en Bayona, quien allí las franqueaba con sellos franceses, haciéndolas circular.

Voces relacionadas

    • PEDRO DE LASAGA
    • CORREO
    • AMBERES, ADRIÁN DE
    • SELLO POSTAL

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    Buzón de correos

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    Oficina central de correos. Pamplona

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    Calle Estafeta, 50-52. Pamplona

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    Marca prefilatélica. Estella (1819-1834)

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    Marca prefilatélica. Pamplona (1827-1831)

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    Marca prefilatélica. Tudela (1819-1840)

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    Marca prefilatélica. Tafalla (1843-1854)

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