CAMINO
CAMINO
Vía de tránsito terrestre tradicional. En Navarra como en la mayoría de las regiones europeas, durante la Edad Media y Moderna no se realizaron obras destacables en sus carreteras, ni de servicios para los viajeros, con excepción del Camino de Santiago*. Siguieron utilizándose las antiguas calzadas romanas. Existía una espesa red de caminos que ponía en comunicación los diversos lugares, villas y ciudades, pero la mayoría eran de herradura y los viajes y transportes debían realizarse a lomos de mula o a pie. Pocos eran los tramos de camino carretil que permitían el tránsito de vehículos rodados, incluso en el caso de los Caminos Reales.
En la segunda mitad del siglo XVIII se inicia en Navarra la proyección y construcción de una nueva red de carreteras. Hay que citar en este punto al virrey Conde de Gages*, personalidad que, en los escasos años de su gobierno, se preocupó sobremanera por la rehabilitación de la infraestructura vial navarra, lo que reportó por otro lado, importantes roces con la Diputación del reino. Esta fricción político-institucional motivada por las competencias y responsabilidades relativas a los caminos, se solucionó en 1783, cuando la dirección y manejo de los caminos le fue concedida, por Real Cédula, a la Diputación del reino.
Tradicionalmente los caminos debían ser mantenidos por los pueblos y los señores territoriales, en sus respectivas jurisdicciones y en las nuevas construcciones compartían responsabilidades la Real Hacienda y las autoridades locales. Las Cortes de 1757 aprobaron un impuesto sobre la cebada consumida en las posadas y mesones a fin de que hubiera fondos permanentes para el mantenimiento de la red vial. Sin embargo, este tributo se manifestó insuficiente para las necesidades. Al pasar a ser la dirección de Caminos competencia de la Diputación, ésta aportó los fondos de su vínculo y, ya a finales de este siglo, se aprobaron otros impuestos sobre determinadas mercancías. Hay que añadir a todo esto la existencia de una serie de peajes y cadenas*, aprobados por las Cortes desde mediados de siglo para sufragar con mayor comodidad los crecientes gastos de caminos.
A partir del gobierno del Conde de Gages y hasta mediados del siglo XIX se diseñó y construyó la moderna red de carreteras con la misma estructura que la actual. Los caminos navarros iban a tener una estructura radial teniendo como núcleo Pamplona y dirigiéndose a las regiones y provincias circundantes. El primero fue el camino de la Ribera con dos ramales, uno hacia Castilla y la Corte y otro hacia Aragón; a continuación la carretera de Guipúzcoa y después las de Logroño y Sangüesa. El proyecto de camino a Francia, siempre planificado a través de Navarra, cedió finalmente ante el itinerario por Álava y la frontera de Irún.
Los itinerarios que se señalaron a estas nuevas carreteras han permanecido hasta nuestros días con contadas variaciones. La carretera de Pamplona a Vitoria se planificó y construyó bien entrado el siglo XIX.
Las técnicas de construcción eran similares a las de otros países. Existen informes de los sucesivos directores de caminos de la Diputación en los que se expone cómo se realizaban las obras o cómo debían realizarse. Con todo, los caminos no han experimentado una revolución esencial hasta el siglo XX y la generalización del automóvil. (Vías romanas*, Camino de Santiago*, Carreteras*).