APERO AGRÍCOLA
APERO AGRÍCOLA
La complejidad de cultivos y de labores realizadas en el campo forzó la creación de una gran variedad de herramientas y accesorios. Elementales durante la prehistoria, fueron aumentando durante el transcurso del tiempo, respondiendo a las necesidades concretas de cada pueblo y comunidad. La mecanización industrial los ha marginado y convertido en objetos de museo.
Ciertos nombres vascos de herramientas, como el hacha (“aitzkora”) y la azada (“aitzur”), llevan como elemento la palabra “(h)aitz” = piedra, lo que parece remontar sus orígenes a épocas anteriores al uso de los metales. Instrumentos tan arcaicos como el arado y las layas han estado en uso hasta el siglo XX.
Los inventarios de bienes muebles redactados durante los siglos XVI y XVII demuestran la escasez de aperos en las casas medias de labranza. Los más utilizados en los trabajos relacionados con la recolección de cereal, leguminosas y forrajes, fueron la Laya*, la Azada* y azadón, el Arado* y la vertedera, las Areas*, Narrias*, gradas u “olak”, relacionados más directamente con la siembra; las azadillas y Escardillos para trabajos de huerta y escarda; la Hoz* y su zoqueta y la Guadaña* para la siega; el Carro y la jalera como transporte, y el Trillo , los avientos y un cúmulo de accesorios precisos para la trilla en las eras. (Agricultura*).