ARADO
ARADO
Su uso en la Navarra medieval, como en otras partes del Occidente europeo, apenas tuvo arraigo. Mientras en extensas zonas de España existe un mismo tipo de arado o golde, dentro de Navarra se dan infinidad de variantes, no sólo entre los usados en la Montaña y la Ribera, sino incluso dentro de una misma comarca o valle. Modelo muy arcaico, utilizado hasta nuestros días, es el de una sola pieza de madera, normalmente haya, con reja o cuchillo incrustado en la parte inferior del timón o mancera, la cuchilla fue adelantando su posición hasta el extremo posterior de la vara para mayor solidez. De aquel modelo primitivo nacieron formas más complejas.
Son más conocidos el “arado castellano”, de cama o vara curva y reja lanceolada, en uso en la Navarra meridional y extendido por la Cuenca de Pamplona a finales del XVIII; y el “romano”, angular o radial, con reja metálica enchufada al dental, predominante en la Navarra central y meridional. Formaba una pieza con la mancera, de la que arracaba el timón. Su altura era regulada por un hierro, denominado “ezpata” en localidades comprendidas desde la Cuenca pamplonesa hasta Artajona. Muchos ejemplares fueron suplementados con “orejeras” o “carrilleras”, de palo o metal, colocadas en la parte posterior de la reja, con el fin de dar más anchura al surco.
El “cutre” navarro, citado en el “Fuero General” como “cuytre” (bueyes “acuytrados”), era uña variante del arado. La reja, de forma cordial, formaba una pieza con el vástago de hierro e iba fijo a una vara para tracción.
Derivación del arado fueron las “vertederas”, de las que se conocen diversos modelos. Uno de ellos consistió en añadir a la reja una pieza giratoria, llamada “teja” por su forma, y a la que se daba vuelta manualmente al llegar al extremo del surco. Aperos agrícolas*.