ALJAMAS
ALJAMAS
Barrios destinados a acoger miembros de las minorías étnico-religiosas de judíos y moros, habida cuenta que la ley les vedaba entremezclarse con la población cristiana. Con todo, el escaso número de sus familias hacía inevitable, en ocasiones, la convivencia de individuos de las diferentes confesiones. Contaban aquellos núcleos con una organización propia, a modo de concejo, regentadas por un bedín*, en las juderías, o por un zalmedina* en las morerías. Como todos dependían del rey, este se hallaba representado por un funcionario cristiano; el baile*. Sus propios tribunales juzgaban sobre los delitos cometidos contra las leyes propias, mosaica o islámica, sin embargo, las faltas cometidas contra las leyes generales del reino se ventilaban ante la jurisdicción ordinaria.
A efectos fiscales la población judía de Navarra constituía cinco aljamas: Tudela, Estella, Viana, Val de Funes y Pamplona-Monreal. Había, sin embargo, judíos en otras localidades, como: Sangüesa, Laguardia, Larraga, Tafalla, Falces, Lerín, Peralta, etc. Las exacciones recaudadas por el baile, eran, en términos relativos, mas elevadas que las cristianas. Cada judería contaba con una sinagoga regida por un rabino y todas ellas estaban supervisadas por el Rabino Mayor que velaba por los intereses de los judíos del reino.
La población mora se hallaba concentrada en la ribera tudelana y era Tudela la cabeza de todas las morerías y sede del alcadí, principal representante de los musulmanes. Su lugarteniente en las demás morerías era el alfaqui*. La aljama mora de Tudela fue mandada fortificar por Carlos II* (1365) frente a posibles ataques castellano-aragoneses. En su recinto se alzaban dos mezquitas y el trazado urbano seguía el modelo característico de estos barrios.
Había otras aljamas en Cortes, Ribaforada, Ablitas, Cascante, Arguedas, Fontellas, Cintruénigo, Monteagudo, Barillas, Murillo, Murchante y Valtierra. En Pédriz toda la población era mora (seis familias en 1366).