ALBERO, SEBASTIÁN DE
ALBERO, Sebastián de
(Roncal, 1722-Madrid, 1756). Reconocido como uno de los músicos más importantes del siglo XVIII español. En plena juventud (1746) fue nombrado organista de la Corte de Fernando VI. Esto ha suscitado la cuestión de cuál había sido su formación musical previa y dónde la había recibido.
Algunos autores consideran poco probable que Albero se sometiera sin más al estilo scarlattiano al llegar a la corte y lo creen discípulo de “un sólido contrapuntista español de añejas tradiciones radicado en Navarra, tal vez en Pamplona”, aunque abierto también a influencias francesas. Otros opinan que hay que añadir una visión del músico desde Navarra, teniendo en cuenta el trasiego de organeros franceses por la zona del Roncal natal de Albero, el ambiente musical de la catedral pamplonesa y las actividades musicales que en la época desarrollaba la nobleza local.
Fue durante casi cinco años (1734-1739), infante y mozo de coro en la catedral de Pamplona. Desde la fecha en que fue admitido hasta marzo de 1738, permaneció en casa de Francisco de Alba*, músico tudelano que tañía principalmente el pajón y el oboe y tenía mandato expreso del Cabildo de enseñar a Albero y a otro infante que estaba también bajo su tutela.
Cuando murió M. Valls*, fue nombrado maestro de capilla de la catedral de Pamplona Andrés de Escaregui*, hasta entonces arpista y organista segundo. A raíz del nombramiento los infantes, que estaban repartidos entre diferentes educadores, pasaron juntos a casa del nuevo maestro, por lo que Albero estuvo directamente bajo la tutela de Escaregui hasta 1739, en que cesó como infante.
Después de su etapa pamplonesa, en la que tuvo que adquirir buena parte de sus conocimientos musicales básicos, perteneció durante un corto período de tiempo a la escuela del organista José Elías, que a su vez se había formado con Cabanilles. Este hecho contribuye en parte a explicar su conocimiento del teclado tradicional español.
En 1746, fue nombrado primer organista de la Capilla Real de la Corte de Fernando VI, donde convivió con músicos de la talla de Nebra, Oxinaga, Farinelli y el famoso Domenico Scarlatti. Apenas se conocen más datos biográficos de este músico,salvo que estuvo casado con María Ángela de la Calle y Alonso, que vivía en la calle de los Preciados de Madrid y que murió prematuramente.
Las obras conservadas de S. Albero son para tecla y están recogidas en dos manuscritos:
Las Treinta sonatas para clavicordio, conservadas en la Biblioteca Marciana de Venecia, quizás exportadas a Italia por el célebre castrato Farinelli cuando abandonó España.
Las Obras para clavicordio y pianoforte, conservadas en la Biblioteca del Conservatorio de Madrid. Están dedicadas al rey Fernando VI y no hacen alusión alguna a la reina, María Bárbara de Braganza, cuyo maestro de clave era Scarlatti. Conviene aclarar que en ambos manuscritos, la palabra “clavicordio” debe entenderse como sinónima de “clavicémbalo”, dada la terminología española de la época.
El hecho de que Albero compusiera una colección de 30 sonatas tiene varios paralelismos en la época: los Treinta essercizii per gravicémbalo de D. Scarlatti, las Treinta variaciones Goldberg de J.S. Bach, o las treinta y dos partitas sobre La Capricciosa de Buxtehude. Como muchas de las sonatas de Scarlatti, las 30 de Albero van agrupadas por pares que guardan una relación tonal y dinámica. Normalmente, a un tiempo reposado le sigue un allegro, o bien se suceden dos allegros seguidos pero con carácter diferente, etc. Los números 15 y 30 de la colección no son en realidad sonatas, sino fugas. Hoy por hoy no queda claro si las sonatas de Scarlatti influyen en las de Albero o a la inversa. Para Genoveva Gálvez, la influencia del italiano en el navarro es externa (forma binaria, asimétrica), pero Albero demuestra una riquísima personalidad, incluso superior a la de Scarlatti en algunos momentos, así como un pensamiento novedoso y un lenguaje armónico avanzado. Sus sonatas rezuman “melancolía prechopiniana” y le sitúan como uno de los pioneros del “Empfindsamer Stil” o estilo sentimental, especie de prerromanticismo de la segunda mitad del siglo XVIII, paralelo al “Sturm und Drang” literario.
Respecto a las Obras para clavicordio y pianoforte, presentan una extraña estructuración, ya que se agrupan en “Recercata, fuga y sonata”. Martín Moreno formula la acertada hipótesis de que, como las obras iban destinadas al examen regio, Albero intentó demostrar con ellas el dominio de las formas, tanto tradicionales como modernas. En la recercata (curiosa recuperación de dicha forma renacentista), Albero hace gala de gran imaginación, con abundancia de enarmonías, modulaciones y contrastes inesperados, ritmo más libre, etc. En la fuga (forma que culmina en el Barroco) sigue la técnica habitual en los compositores hispanos de la época: le preocupa sobre todo la exposición del tema en las distintas voces, pero no tanto el desarrollo de las mismas cuando no llevan el tema principal. La sonata, generalmente más corta que la fuga, representaría la “vanguardia” de la época, la forma avanzada del momento, y en ella la sensibilidad de Albero se encuentra muy próxima al mundo de C.P.E. Bach.
Sigue faltando un estudio profundo de la obra de Albero que permita aclarar sus relaciones musicales con Scarlatti (probablemente, las influencias entre ambos fueron mutuas), así como con la música francesa (que tal vez comenzó a conocer desde su etapa pamplonesa).
Bibliografía
María Gembero Ustárroz, La formación musical de Sebastián de Albero (1722-1756): Nuevas aportaciones, en Actas del Congreso Internacional “España en la Música de Occidente” (Salamanca, 1985), Madrid, Ministerio de Cultura, 1987, vol. II, pp. 109-124. Antonio Martín Moreno, Historia de la Música Española. 4. Siglo XVIII, Madrid, Alianza Editorial, 1985, pp. 62, 63, 77, 231-233, 259 y 446. J. Subira, Necrologías musicales madrileñas (años 1611-1808), en “Anuario Musical”, XIII (Barcelona, 1958), pp. 201-224.
Ediciones
Sebastián de Albero, Treinta sonatas para clavicordio, revisión y estudio de Genoveva Gálvez, prólogo de Macario Santiago Kastner, Madrid, Unión Musical Española, 1978; Sebastián de Albero, Sonatas; I, prólogo y revisión crítica de Antonio Baciero, Madrid, Real Musical, 1978. Nueva Biblioteca Española de Música de Teclado. Siglos XVI al XVIII, revisión y transcripción de Antonio Baciero, Madrid, Unión Musical Española, 7 vols., 1977-81 (se incluyen obras de Albero y sus correspondientes comentarios en los vols. 1, 2, 4, 5 y 6).
Discografía
Sebastián de Albero (1722-1756), Sonatas, Pablo Cano (clave), comentario musicológico de Andrés Ruiz-Tarazona, Barcelona, Emi-Odeón S.A., 10 c-063-063 612, 1980; Música para tecla en Navarra. Siglo XVIII, M.ª Teresa Chenlo (clave), estudio musicológico de Aurelio Sagaseta, Pamplona, TICTAC, Ref. TTL-020, 1982 (obras de Albero y otros); Sonatas españolas. Siglo XVIII (I). Albero. López. Pastrana. Teíxidor. Prieto, Pablo Cano (clave), estudio musicológico de Antonio Martín Moreno, Barcelona-Madrid, Ensayo (discos Belter S.A.), ENY-95, S.A.; Sonatas españolas inéditas del siglo XVIII, A. Baciero (piano), Hispavox, S 90.458 (obras de Albero y otros); Sonatas inéditas de Scarlatti y otros autores españoles del siglo XVIII, A. Baciero (piano), RCA, RL-35 223 (obras de Albero y otros); Tekladurako XVIII. Mendeko Euskal Musika, Bernard Brauchli (clavicordio). XZ “Kea” Donostia, 1986 (obras de Albero y otros).