VEREMUNDO, SAN
VEREMUNDO, San
Abad del monasterio de Irache* (¿1056-1090?), bajo cuyo gobierno el cenobio alcanzó uno de sus momentos de esplendor. El hospital de peregrinos fundado años antes convirtió a la abadía en etapa indispensable de los peregrinos jacobeos hasta la fundación de Estella en 1090. El rey Sancho IV de Peñalén* acreció su dominio con numerosas donaciones: 12 pequeños monasterios, 3 iglesias y 6 villas pasaron de manos reales a las del cenobio. A ellas se sumaron otras donaciones particulares, de forma que durante su gobierno Irache quintuplicó el número de pequeños monasterios e iglesias incorporadas a su dominio y triplicó el de sus villas.
En la polémica del cambio de rito litúrgico, Irache se alineó con los defensores del rito mozárabe y proporcionó el Liber ordinum para que fuese examinado en Roma (ca. 1065 ó 1069), a fin de disipar las acusaciones de herejía. Esta próspera trayectoria del monasterio se quebró al morir Sancho Garcés IV (1076). Desaparecieron casi por completo las donaciones reales y se perdió la batalla del rito. A partir de 1090 San Veremundo desaparece de la documentación y hasta 1099 no se cita a un nuevo abad. En ese tiempo el prior García Íñiguez parece dirigir el monasterio. Esta extraña situación suscita interrogantes sobre las causas circunstancias en las que se produjo el final del gobierno de San Veremundo.
Parece ser que poco después de su muerte recibió culto como santo. Así lo conceptúa el Becerro de Irache en la primera mitad del siglo XIII. No obstante, las noticias hagiográficas sobre su persona han llegado a través de testimonios muy tardíos. El Leccionario de Irache (1547) es hoy el texto escrito más antiguo que proporciona noticias de su vida, aunque pudieron existir otros anteriores, hoy perdidos. Según estas piadosas tradiciones, el santo nació hacia 1020 en Villatuerta* o Arellano* y fue sobrino de su predecesor, el abad Munio. Sus dotes de gobierno sus virtudes le granjearon una fama que tras su muerte se transformó en culto. Su fiesta litúrgica se celebra el 8 de marzo, aniversario de su fallecimiento. En 1614 el obispo de Pamplona autorizó una romería anual de Arellano y Villatuerta y en 1766 la Santa Sede concedió otras gracias a petición de las Cortes* de Navarra. A consecuencia de la desamortización los restos del santo pasaron a Ayegui (1839) y desde 1840 Villatuerta y Arellano los conservan alternativamente durante plazos quinquenales.