SINDICATO CATÓLICO LIBRE
El sindicalismo católico -entendido como asociacionismo profesional de clase-, nace en España durante el siglo XIX con la aparición de entidades que pretenden agrupar a los trabajadores al margen de los patronos o en organizaciones paralelas pero separadas, a lo sumo coordinadas por una directiva o comisión arbitral común. Sin embargo, tuvo muy escaso desarrollo, porque, tras su aparición en 1840 y su mantenimiento más o menos activo hasta 1856, cedió luego el paso al asociacionismo mixto, que intentaba realizar la idea de la armonía reuniendo a todos, obreros y patronos, en unas mismas entidades.
Aparte de precedentes menos claros, el primer intento español que se conoce para crear una asociación de tipo sindical, contando con patronos y trabajadores, pero agrupándolos por separado y forzando a ambos a aceptar sentencias arbitrales de un organismo paritario, nació justamente en Pamplona, en 1902, con la aparición de la Sociedad Protectora la Conciliación*.
Luego, durante el segundo lustro de la centuria, fueron buscándose fórmulas para borrar la presencia patronal de los sindicatos confesionales. Además, la dependencia de la jerarquía eclesiástica frenaba la eficacia, en medios obreros, de muchas de las obras del movimiento católico social de principios del siglo XX, frente a la creciente actividad de organizaciones como UGT o CNT. De ahí la necesidad de crear sindicatos puramente obreros, sin participación patronal ni, al menos en teoría, eclesiástica. A esta orientación pertenecerían las fundaciones sindicales navarras iniciadas con el sindicato de obreros Nuestra Señora del Camino (1912), en Pamplona.
La iniciativa partió de los padres dominicos Gerard y Gafo y del sacerdote Arboleya. El número e importancia de las obras sociales católicas en Navarra sería decisiva para fijar la sede central de los Sindicatos Católicos Libres. En noviembre de 1916 se constituyó en Pamplona la Federación Nacional de Sindicatos Católicos Libres que editaba en la capital navarra prensa propia: “El Obrero Sindicalista”. Dos años más tarde los Sindicatos Católicos Libres celebraron, también en Pamplona, un Congreso donde definieron sus principios doctrinales y políticos. Como promotor del sindicalismo libre católico en Navarra aparecía la figura del sacerdote Blas Goñi.
Este tipo de sindicalismo se extendió por Navarra a partir de aquella reunión. Los obreros de Villava fueron los pioneros; aquí se organizó el Sindicato Católico Libre de Profesiones Varias, el de Obreros, y el Regional de Papeleros, con su Caja de Socorros. Bajo el Sindicato Católico Libre Agrícola se acogían los obreros del campo, como en Peralta, Morentin o Muruzábal. La Federación Nacional se disolvió en 1921, tras el Congreso de Azcoitia. En meses sucesivos los Sindicatos Católicos Libres acudieron a las filas de los Sindicatos Libres, renunciando al nombre de Católicos, para formar (abril de 1923) la Confederación de Sindicatos Libres del Norte de España, integrada por las Federaciones locales de Navarra, Guipúzcoa y Vizcaya. El Comité Ejecutivo residía en Villava. El acuerdo de 1924 con el resto de Uniones de Sindicatos Libres, catalanes en su mayoría, dio origen a la Confederación Nacional de Sindicatos Libres de España, disuelta por la República en abril de 1931.
La Federación Provincial de Sindicatos de Obreros Libres Profesionales de Navarra tenía su sede en Pamplona, calle Mayor 88, donde se domiciliaban los sindicatos locales (metalúrgicos, albañiles, carpinteros, curtidores y charoleros…), las secciones de Villava (talleres Onena, papeleros y oficios varios) y Aoiz (oficios varios). En total 42 afiliados, de ellos 662 en Pamplona, según datos de 1925.
Los sindicatos libres de Navarra se reorganizaron en los primeros meses de 1932; en agosto de ese año los anteriores afiliados a la Confederación Regional de Sindicatos Libres Profesionales del Norte de España entraron a formar parte de la Confederación Vasco-Navarra de Sindicatos Obreros Profesionales. Los núcleos navarros de la Confederación eran Pamplona, Villava, Aoiz, Tudela y Estella. Además, los Sindicatos Profesionales de Pamplona reforzaron sus efectivos con la fusión (1933) del sindicato mixto de obreros y patronos La Conciliación, y establecieron su domicilio en la calle Mayor 27 y 29, sede hasta entonces de esa asociación. En los años treinta al sacerdote Blas Goñi se le había unido en las tareas propagandísticas Valentín Ayúcar, antiguo alumno del Instituto Social Obrero. Como representante de estas Sociedades Profesionales, y de los sindicatos católicos de Obreros del Campo (Sindicato de obreros del Campo*), el P. Gafo fue incluido en la candidatura de derechas por Navarra (Bloque de Derechas*) para las elecciones generales de noviembre de 1933 y consiguió el escaño. La constitución en diciembre de 1935 de la Confederación Española de Sindicatos Obreros (CESO) unió a la Confederación Vasco-Navarra con otras entidades de carácter nacional y, en Navarra, con los sindicatos agrarios católicos.
Sindicato católico era de hecho, asimismo, la Solidaridad de Obreros Vascos, constituida en Vizcaya, por iniciativa nacionalista, en 1911; pero en Navarra no llegó a contar con una célula propia hasta los primeros años treinta.
Estas asociaciones sufrieron la misma prohibición que los demás durante la guerra de 1936-1939; razón por la cual, en Navarra como en el resto de España, las actividades de tipo sindical católico se acogieron durante los años 1950 y sobre todo 1960 a las organizaciones obreras -que en principio no tenían carácter reivindicativo sino religioso- de la Acción Católica (la HOAC en particular).
En la década de 1970, cuando el sindicalismo pudo recomponerse plena y libremente en toda España, la única organización anterior a 1936 que reapareció fue Solidaridad de Trabajadores Vascos (ELA-STV), en tanto que las fuerzas sindicales hasta entonces agrupadas en la HOAC y entidades afines tendían a dispersarse sin formar un sindicato confesional propiamente dicho.
Bibliografía
J. Andrés-Gallego: Pensamiento y acción social de la Iglesia en España, c 1840-1914 (Madrid, 1984); Sobre el inicio de la política obrera contemporánea en Navarra, 1855-1916, “Príncipe de Viana”, núm 150-151 (1978), 335-375.-I. Olábarri Gortázar: El sindicalismo cristiano en Vasconia, en “I Semana de estudios de Historia eclesiástica del País Vasco: homenaje a J. M. Barandiarán y M. Lecuona” (Vitoria, 1981), p. 161-189.