MÚSICA DE CORTE
MÚSICA DE CORTE
La actividad musical en la corte de Navarra debió de ser notoria desde tiempos de Teobalo I (1234-1253); sin embargo, no existen datos históricos que lo confirmen hasta mediados del siglo XIV.
Reinado de Carlos II
La información sobre sus músicos es escasa. La primera noticia data de enero de 1351, en que el rey de Aragón Pedro IV otorgó 30 florines de oro a Danis, Simón y Johan Niet, juglares del rey navarro. En años sucesivos varios músicos ambulantes visitaron la corte, pero sólo a partir de 1363 algunos quedaron vinculados a su servicio. Los primeros fueron Jaquemin de Paignon y Guillemin Sans; siguieron luego Jaquemin de Metz, Jehan de Romans (maestre Johan), Perrinet de Acx, Tassin “le basseur” (cornamusa?), Perrin de Badet, Nicholas, Martín y Johan de Beumas. Excepto en el caso de Tassin, los documentos silencian el tipo de instrumentos que tocaban. A menudo sus nombres aparecen juntos o por parejas, de donde se deduce que se trataba de ministriles de instrumentos altos, destinados sobre todo a amenizar las sobremesas y al acompañamiento de las danzas.
Entre los músicos de cámara destacan los arpistas Johani Auber, Pierre de Bar y Johanin, su hijo. Los dos últimos llegaron a Aragón en 1383, y se trasladaron a los pocos meses a casa del rey navarro, quien con tal motivo regaló 30 cahíces de trigo a Pierre.
Algunos juglares judíos y otros autóctonos del reino estuvieron también a su servicio. Entre los judíos aparecen Bonafox, que estuvo en la corte entre 1364 y 1365; en junio de 1372 él, Gentil y Jacob recibieron 15 florines de oro del rey de Aragón. En abril de 1381 Bonafox el joven, también juglar, fue gratificado por Carlos II con 100 sólidos. Entre los músicos autóctonos cabe destacar a Ragot y su hermano, que estuvieron en su casa entre 1382 y 1383, y Arnauton de San Juan, que lo estuvo entre 1384 y 1386. Por último, estaban los trompetas, cuyo número osciló siempre entre uno y dos. Fueron trompetas del rey Johan Soissons, en 1363, y Guillem Arnalt, en 1368.
No consta que Carlos II empleara chantres en su capilla. Los músicos que visitaron la corte durante su reinado fueron más bien pocos, aunque algunos de notable categoría, como Jacob de Senleches. En general la nota más destacada de su reinado es la vinculación a la Casa de Navara del músico-poeta Guillaume de Machaut*, quien sin duda influyó en el gusto musical del monarca.
Reinado de Carlos III
Durante este período la música ocupó un lugar importante en la vida cortesana. Solían amenizarla un grupo de cuatro o cinco ministriles de instrumentos altos, entre los que hasta fines de 1405 destacan: Hannequin, maestre Johan, Testa de Fer, le Begue y Jehanin, hermano suyo, Cousin, Johanin Bazint, Johan Fassion, le petit Fassion y Jaquet de Meaux. A esta lista habría que añadir algunos más, según sugieren ciertas referencias; así, Testa de Fer y Nicholas partieron a Francia en abril de 1391 con orden de contratar un ministril desconocido, y al año siguiente recibieron 200 florines de oro para ir a Alemania en busca de un chirimía, del que tampoco se sabe si llegó a trasladarse a la corte de Navarra. Todos los ministriles de esta especialidad, lo mismo que los de su predecesor, fueron extranjeros. Curiosamente sus nombres desaparecen de los registros a partir de 1406, y tan sólo se puede comprobar que Johan Fassion seguía a su servicio en 1408 y que Nicholas Francon lo estuvo por o menos hasta 1413.
La mayoría de sus ministriles de instrumentos bajos fueron arpistas. Entre ellos cabe destacar Pierre de Bar, que había estado con Carlos II y que en 1395 fue nombrado rey de armas; permaneció en la corte hasta 1406. Su hijo Johanin sirvió allí hasta 1396 y Jaquet de Bar entre 1397 y 1398, más tarde fueron sustituidos por Pere Carrieres o Carreres y Peyreton. El arpa fue, sin duda, un instrumento que estuvo de moda por aquel entonces; en el palacio de Olite tenía incluso una habitación reservada, a la que se solía llamar “la cambra de la arpa”. Otros de los ministriles de cuerda fueron: Jourdana, que tocaba el laúd (1387-92), el judío Saçon (1403), Arnaut Guillem de Ursua, ciego, ministril de cítara y de viola de arco (1412-21 ?), y Sancho de Echalecu, juglar de laúd (1418-24). Hay que citar por último un juglar de órgano, Nicolás Porchin o Pourschin, del que sólo se conoce que en 1392 se casó con la hija de Pierre de Bar. Sus nombres aparecen casi siempre anotados aparte del de los ministriles de instrumentos altos, acaso debido a su papel de músicos de cámara. Lamentablemente se ignora el repertorio que unos y otros interpretaban, aunque posiblemente estaría basado, en gran medida, en la técnica de la improvisación.
Carlos III solía tener sólo un trompeta a su servicio, si bien entre 1406 y 1408 tuvo dos ó tres. Entre ellos se cuenta: Anthoni de Malta (1387-1400), Anthoni de Sicilia (1400-23), Bertrán Laurenz (1406-8), Leonart (1406), Bertrán de Avignon (1412), Guillem de Roseyllo (1413-14) y Pedro de Sicilia (1422). A menudo otorgó recompensas especiales a trompetas y ministriles. Éstos iban unas veces vestidos de color violeta y otras de color verde, y llevaban insignias de plata donde figuraba inscrita la divisa del rey: “Bone Foy”.
Su afición por la música se confirma de forma muy especial a través del notable número de instrumentistas que visitaron la corte durante su reinado, sobre todo hasta 1410-15. En su mayoría eran franceses o alemanes, muchos de ellos empleados en casa de los señores de su reino, del reino de Castilla o del de Aragón. Destacan los siguientes: tres ministriles del rey de Aragón (21.4.1387); Michelet de la Bombarda y Maugis, juglares de Francia (19.8.1387); cuatro juglares y el trompeta del duque de Borbón (2.9.1387); tres juglares del conde de Hueda de Alemania (27.12.1387); Hanequin, juglar de viola del conde de Foix (11.1.1398); dos juglares alemanes (13.2.1388); Jaquet de Noyon, ministril de cuerda del conde de Vertus (16.12.1388); Guillebert, ministril de órgano del rey de Francia (9.4.1391); un ministril del duque de Benavent (31.5.1391); los ministriles del rey de Inglaterra (3.1.1392); los juglares del marqués de Villena (1.2.1392); Hanequin, ministril del duque de Benavent (16.4.1392); tres ministriles del conde de Foix (4.12.1392); Arnauton, ministril-del señor de Lesparre, y su compañero Johanin de Sigues (31.3.1399); Johan de Beilli y Hanequin Stroman, ministriles del conde de Cardona (3.5.1399); Anns Grant y sus compañeros, juglares del conde de Denia (12.5.1399); Pifet, Jaquemin, Johanin y Thibaut, juglares del rey de Aragón (19.5.1399); Martín de Bruna, ministril de la reina de Nápoles (4.10.1400); Hans de Loge y Johan de Palencia, ministriles de laúd y guitarra del rey de Castilla (2.2.1405); cuatro ministriles del conde de Clairmon (3.7.1405); Albert, Andreas y Johan juglares de Alemania (15.10.1405); Martin, juglar del arzobispo de Zaragoza (1.5.1406); Guillem, Johain de Bullas y Mayot, ministriles del infante don Fernando de Castilla (29.4.1410); Johanin de Sigues, juglar de Fernando Pérez de Ayala (4.5.1411); Alfonso de Peynnafiel, guitarrista del gran maestre de Santiago (30.11.1414) y Gil de Dolain, su hermano Guillem, el trompeta Lambert y Aquine Sirrex, ministriles alemanes (22.10.1422).
Carlos el Noble fue el primer rey de Navarra que dispuso de una capilla con chantres a su servicio. Los primeros fueron contratados en 1396; se trataba de Johan de Gournay, Colinet le Forestier, Bernart Duprat y Johan Huguet, exchantres de la capilla real de Aragón, que acababa de disolverse por óbito de Juan I. Es posible que el monarca navarro aprovechara la ocasión para organizar la suya, dado que al año siguiente debía trasladarse a París, donde su caso no podía desmerecer frente a la francesa. A estos chantres añadió varios más: dos que Colinet fue a buscar a Aviñón, mossen Jehan y Guyon; Johanet y Petrico de Monreal, cuya procedencia es desconocida, y los escolares Martinet y Michelet, registrados como pequeños chantres; a principios de 1397 se sumaron a la capilla Guillem Doladilla, Johan Robert*, un tenor llamado Fundamenta y Thomassin Petit.
Tras su regreso de Francia se produjeron algunas bajas, entre ellas la de Johan Huguet, el maestro de capilla, que fue reemplazado por Pierres de Venesia; luego, en 1403, fueron todos despedidos con motivo de un nuevo viaje que el monarca debía emprender a la corte francesa. Hasta tal fecha estuvieron también a su servicio: García Ximénez de Salinas, Julien de Boseux, Jaques Laderna, Tirion de Chiene (Thierry), Ochoquet, Johan le flamech y Roman del Pont, y el cantorcillo Antonico Sangüesa. Estos últimos recibían su formación musical en la corte, según se desprende de un documento de 1401, donde se anota la compra a Johan Huguet de un libro de canto “que el Rey fezo compra deill para do aprisiessen los chicos chantres”. En febrero de 1401 Jaime Lorach construyó en Monreal un órgano destinado a la capilla real, aunque no se sabe quién ocupó en ella el puesto de organista.
Al regreso de París en 1404, el monarca parecía haber perdido su interés por la música religiosa. Desde entonces los miembros de su capilla figuran inscritos como clérigos o monaguillos, y sólo García de Abárzuza y García de Asiáin reciben en alguna ocasión el apelativo de chantres. En 1413 Renalt de Norduch reparó los órganos de la capilla del palacio de Olite y en 1424 lo hizo Remon de Maillorca, quien reparó también los de Tafalla. En cuanto a sus posibles ejecutantes, sólo consta que en 1423 el organista Perrinet Prebostel se detuvo en su casa por algún tiempo, de camino hacia Santiago de Compostela.
El Anonimus IV de Coussemaker, teórico inglés de fines del siglo XIII, deja entrever en su tratado De mensuris et discantu la existencia en su época de una escuela de polifonía en Pamplona; habla de la notación mensural empleada “in libris Hispanorum et Pompilonesium” (CS I 345) y de la forma particular de trazar las líneas del pentagrama “apud organistas… in partibus Pampilonie” (CS I 349). Es muy posible que esa tradición se hubiera perdido en el siglo XIV, o que tal vez se mantuviera al margen de las corrientes internacionales de la música, pues de otro modo sería difícil justificar el que los chantres de Carlos III, por lo menos hasta 1403, fueran en su mayoría extranjeros. También es posible que desde 1403 en adelante sólo se cantara en su capilla música gregoriana y composiciones polifónicas muy sencillas, lejos, desde luego, de las complicaciones del Ars Nova y Ars Subtilior. Para poder probar lo contrario sería preciso encontrar en alguna parte del antiguo reino algún fragmento polifónico típico de ambos estilos, al igual que se ha encontrado en aquellos países donde la tradición de la música polifónica ya había por entonces arraigado.
Reinado de doña Blanca
La actividad musical de la corte descendió notablemente por aquella época, tendencia que ya se había dejado sentir a fines del reinado de Carlos III. En parte fue debido a la falta de afluencia de ministriles extranjeros; los músicos tendían cada vez más a estabilizarse en sus puestos de trabajo, abandonando sus antiguas costumbres viajeras.
Un pequeño grupo de ministriles franceses formado por Hanequin de Malines, Perrinet y Simonet del Puy y Johan Sabarin estuvo durante largo tiempo junto a la reina y de su marido. Perrinet y Hanequin tocaban la chirimía y junto con Matheo, ministril de la misma especialidad, fueron, al parecer, contratados en 1430. En 1434 Matheo fue sustituido por Françon y al año siguiente éste lo fue a su vez por Simonet y Johan, a los que pronto se sumó Amis. En el mes de octubre de 1439 fueron despedidos, y Guilliemes y Embert de Esperambou, sonadores de órgano, arpa y laúd, pasaron a ocupar su puesto.
Entre los arpistas que estuvieron a su servicio cabe destacar Anthon Bonhome (1429), Guillem de Holanda (1432) y Johan de Londres o John Oldfeld (1435-42), que sirvió también en casa de su primogénito. Anthoni (1426-34), Diego de Olmedo (1431-40) y Ferrando de San Vicente (1436-38) fueron trompetas de los reyes, y Lope Furtado (1434-37) y Jaime de Pina (1440-41) trompetas del infante heredero.
La mayoría de los clérigos de la capilla de Carlos III pasaron a la suya. En mayo de 1435 se unieron a ellos los chantres Naudin Testa, Johan Cascaret, Bernart y el tenor Peire Costa. Johan Perretxil pasó a ocupar el puesto de Bernart en octubre del mismo año, y Johan Columbi y Johan Fabre sustituyeron a Nauidn entre 1438 y 1439. Todos eran de origen gascón, y gracias a ellos es posible que volviera a ponerse al día el repertorio polifónico de la capilla real.
Hacia 1435 parece que la corte dispuso excepcionalmente de varias capillas con chantres a su servicio; así, los gascones son a veces designados como chantres de la capilla real y otras como chantres de la capilla de la reina; fray Pedro de Santa María y Andrés de Salamanca figuraban en 1435 y 1438-39 como chantres de la capilla del rey; Sancho de Olorán, Johan de Laguardia y Martín de Acx eran chantres de la capilla real en 1437-39; Sancho de Zabaleta lo era de la capilla del príncipe en 1439 y tres años antes de la de la reina. Los chantres franceses, navarros y castellanos alternaban por entonces en ellas y de ahí pudieron surgir las raíces de una escuela de polifonía en Navarra, al igual que surgió en Aragón o Castilla. Pero los conocimientos a este respecto quedan limitados por la falta de datos y por el hecho de que tampoco se conserven manuscritos de la época de la reina Blanca.
Carlos, Príncipe de Viana
Reinado de Juan II. Según el cronista del rey de Aragón Alfonso V el Magnánimo, Carlos de Viana tuvo fama de ser “gran trobador, gran e bel sonador (e) dançador”. Desde niño contó con algunos músicos a su servicio, entre los que destaca John Oldfeid, el arpista, y Sancho de Echalecu, juglar de laúd. Constituida su capilla hacia 1439, en 1441 se incorporaron a ella Peire Costa, Johan Cascaret, Johan Columbi y Johan Perretxil, exchantres de doña Blanca, a los que se unió el organista Fradic Albert. Los cinco continuaban en la misma en 1448; luego fue disuelta a causa de los vaivenes políticos y no volvió a reorganizarse hasta el año 1461. Por entonces había ocho chantres y un organista a su servicio, entre ellos destaca Enrique de París, el primer compositor conocido del que se conservan obras con texto en lengua castellana; consta que “Enricus”, cantor y familiar del príncipe, compuso dos libros de canto polifónico destinados a su capilla. Los otros siete chantes eran: Domingo de Mortiello, maestro de capilla, Antonio de Sicilia, tenorista, Thomas, Johan Padrós, Ffelip Romeu, Johan Oncelin y Johan de Ponte, y Domingo Berenguer el organista. En 1461 le servían también Modoy, Martín de Calahorra y Johan de París, sonadores de laúd, los ministriles Cornilla, Sanxo y Petit Johan, Johan Romei y Johan de la Mota, tamborileros, y dos trompetas.
Juan II contó con músicos al servicio de su capilla, pero sólo se conoce el nombre de uno de sus chantres, Johan Causit, que estaba en ella en 1451. Se ignora quienes fueron sus ministriles.
Fuentes
J.R. Castro y F. Idoate Archivo General de Navarra. Catálogo de la sección de comptos, 52 volúmenes (Pamplona, 1952-74).
Bibliografía
H. Anglés, Historia de la Música medieval en Navarra (Pamplona, 1970); M.ª D. Cabanes, Juglares navarros del siglo XIV (Saitabi XIII, 1963); M.ª C. Gómez, La musique à la maison royale de Navarre à la fin du Moyen Àge et le chantre Johan Robert (L´Ars nova italiana del trecento VI, 1984); F. Idoate, Rincones de la Historia de Navarra (Pamplona, 1966); M.ª M. Vilar, Internacionalismo juglar en la corte de Carlos II y Carlos III de Navarra (1349-1425) (Saitabi XIII, 1963).