ILARREGUI ALONSO, PABLO
ILARREGUI ALONSO, Pablo
(Estella, 15.1.1808 – 6.1.1874). Secretario del Ayuntamiento de Pamplona, poeta, político liberal y destacada figura de la vida cultural pamplonesa. Estudió Derecho en Salamanca y ocupó el cargo de juez de imprenta y de director del Boletín Oficial de Pamplona, antes de ejercer el de secretario de su ciudad (1840-1873). Halló (1844) en la biblioteca del monasterio de Fitero, en la que realizaba una inspección encargada por la Comisión de Monumentos de Navarra, el poema de G. Anelier*, que editó (1847) con el título facticio de La guerra civil de Pamplona. Fue diputado a Cortes (abril-agosto 1841) sin relieve, comisionado (1849) para la declaración de los artículos de la ley foral, académico correspondiente de la Historia y vicepresidente de la Comisión de Monumentos de Navarra.
Por encargo de la Diputación transcribió, con Segundo Lapuerta*, el Fuero General de Navarra, editado (1869) a expensas de la corporación y estudiado en Del origen y autoridad legal del Fuero General de Navarra (1869). Después dio a la luz Memoria sobre la ley de modificación de los fueros de Navarra (1872). También fue autor de Defensa del ferrocarril de Pamplona a Francia por las Alduides (1857), Reglamento para las secciones del Vínculo de la ciudad de Pamplona (1869) y de él debe de ser el Himno cantado en la proclamación de la reina nuestra señora Doña Isabel segunda de Castilla, primera de Navarra, por los individuos de la Amistosa Reunión de Pamplona, publicado en el Boletín, que él dirigía, y la Relación sucinta de los festejos públicos con que el Ayuntamiento Constitucional de Pamplona ha celebrado el fausto y extraordinario acontecimiento de la paz y la entrada triunfal que el Duque de la Victoria hizo en la misma (2.9.1839), que contiene un himno, cuya música compuso Mariano García*.
Como editor del Fuero, ya Iturralde y Suit (, 1894, 87) decía que el trabajo de Ilarregui-Lapuerta había corregido los errores y lagunas de ediciones anteriores, pero padecía el defecto de haber trascrito un original incompleto y viciado. La tesis acaso más importante de Ilarregi frente a la de J. Yanguas y Miranda*, es que el texto original del fuero no es latino, ni de tiempos de Alfonso el Batallador, y que no se trata, como pretendía J.M. Zuaznavar*, de una compilación realizada en solitario por un literato. En cuanto a la Memoria sobre la ley de 1841 (trabajo instado por la Diputación en acuerdo de 26.10. 1871), Ilarregui insiste en que la raíz está en el Convenio de Vergara y la base en la de ley de 25.10.1839 y se revuelve contra quienes están “minando su administración con exagerados entorpecimientos o ya combatiendo de frente sin disimulo ni reparo”.
En cuanto a la edición del poema de Anelier, que dividió en cantos numerados según los sucesos narrados, hay que lamentar la ausencia de aparato crítico, defecto que acentuó la cuidadosa y ambiciosa edición de Francisque Michel, que en el prólogo dedica alguna andanada al apresuramiento de Ilarregui, que no quiso ceder la primicia editorial al erudito francés.
De sus artículos cabe recordar La lengua vascongada y La lengua provenzal en Navarra, ambos en “El País Vasco-Navarro” (1870, nn. 2 y 6-7).