ESTERILIDAD
ESTERILIDAD
Imposibilidad de procrear. Se ha atribuido siempre a la mujer, siendo incluso motivo de escarnio, ya que la que no tenía hijos no era considerada del todo mujer, sino “machorra”. La esterilidad, como la fecundidad, tenía connotaciones religiosas (Embarazo*), por lo que la mayor parte de los remedios populares eran de índole piadosa.
Acudían mujeres desde Navarra a visitar al Santo Cristo de Lezo (Guipúzcoa) para impetrar la deseada descendencia; otras preferían desplazarse al Santuario de San Miguel de Aralar, en donde existía una losa sobre la que solían oír misa las mujeres que querían tener descendencia. Las estériles tenían también por costumbre peregrinar a Ujué llevando al hombro una piedra, que luego arrojaban al aljibe del Santuario, o al Castillo de Javier, en cuyo pozo tiraban tantas piedras como hijos quisieran tener. En el Romanzado y Urraul Bajo se achacaba la esterilidad al maleficio de un brujo o de una bruja, que había acudido a la ceremonia religiosa de la boda y hecho en un pañuelo nudos conforme el cura formulaba las tres preguntas a los contrayentes. Si estos nudos no se soltaban, el matrimonio sería estéril.