EL PUEBLO NAVARRO
EL PUEBLO NAVARRO
Periódico de carácter liberal democrático nacido en Pamplona el 3 de febrero de 1916, bajo el lema “diario político y de información”. Fue la publicación más importante de esa tendencia durante este siglo y se la puede considerar el sustituto de El Demócrata Navarro*. El nacimiento se debió al impulso económico del grupo liberal de la capital navarra, en concreto, del Conde del Vado, de Joaquín María Gastón y Joaquín Iñarra. La figura principal del periódico fue Francisco Javier Arvizu y Aguado, que ocupó la dirección desde el 22 de octubre de ese año, en sustitución de Eugenio Lizarraga. El resto de la redacción lo formó Luis y Marcos Aizpún y Mariano Sáez Morilla, este antes de pasar a La Voz de Navarra*. El administrador fue Guillermo Frías.
Puede definirse políticamente como liberal monárquico y demócrata, defensor de Navarra y su régimen foral y contrario a los radicalismos, tanto revolucionarios como dictatoriales. Al nacer, tuvo la sede de la dirección, redacción y administración en Héroes de Estella, 4. A partir de mayo de 1917 instaló talleres propios, con una impresora doble y dos linotipias. Esto llevó consigo el cambio de domicilio, que fue desde entonces y hasta su desaparición el de Curia, 17-19. En el aspecto morfológico, las cuatro páginas de que constaba tenían la peculiaridad de que los anuncios ocupaban la segunda y tercera y las otras dos quedaban para los editoriales y comentarios y la información. Esta ordenación no era la habitual entonces, aunque existían diarios de fuera de Navarra que adoptaron esta fórmula años antes. Hasta la aparición de La Voz de Navarra*, fue el segundo en tirada con una media de 4.000 ejemplares diarios, aunque parece que fue disminuyendo en los últimos años. Dados sus principios liberales, se opuso a la Dictadura desde el primer momento y en los años siguientes se convirtió en el diario más contrario a Primo de Rivera de todos los navarros. El director del periódico, Francisco Javier Arvizu, según su testimonio, fue amenazado con la extradición a causa de tal actitud. Su director Francisco Javier Arvizu había trabajado como director en El Demócrata Navarro*. A la caída de la Dictadura fue nombrado gobernador civil de Teruel y alcalde de Pamplona en 1930. En las elecciones municipales de abril del año siguiente se presentó como integrante de la candidatura antirrevolucionaria, decía que por amor a la ciudad y a la causa del orden. La victoria sobre los republicanos y socialistas en Pamplona fue bien recibida por el periódico, que vio cómo había triunfado su postura y, además, que era reelegido Arvizu. Pero la alegría duró poco, pues el 15 de abril apareció por última vez. Proclamada la República, el periódico anunció su cierre y explicaba: “El Pueblo Navarro renuncia a vivir en la forma en que se plantean hoy en España los problemas políticos. Con la misma lealtad y honradez políticas en que inspiró sus campañas contra el odioso régimen de dictadura, cuando esta sucumbió, tomó resueltamente el bando de la Monarquía por entender que la fusión de los elementos que fueron sostén principal del dictador con los republicanos que proclamaron con audacia histórica ejemplar la revolución, llevaban a España al caos”.