EL ARGA
EL ARGA
Primera publicación periódica impresa en Pamplona de tendencia fuerista. Fundada en 1879 por Luis García Sanz, guardaba estrecha relación con la Asociación Euskara*. Al comienzo aparecía cuatro veces por semana: martes, jueves, sábados y domingos. A fines de 1880 se convirtió en diario.
“Por Navarra”, “Para Navarra”, era el lema que figuraba junto al título y al subtítulo. En esencia, estos fueristas pretendían un reconocimiento más amplio de los antiguos privilegios forales, y la unión de las provincias vascas y Navarra en un solo pueblo autónomo: la Unión Vasco-Navarra. Para lograrlo no dudaron en buscar la alianza con los elementos liberales. Estaban convencidos de que, partiendo del símbolo político común a muchos del amor al Fuero, “es posible la formación de un partido exclusivamente fuerista que tenga por único objeto la recuperación del régimen foral, en cuyo partido bien pueden vivir como hermanos aquellos que (…) se dividieron por ideales que se habían de implantar fuera de la tierra euskera”.
Las buenas relaciones con los liberales se mantuvieron hasta 1880, en que -por una falta de acuerdo electoral- se produjo un enfrentamiento entre dos candidatos: uno oficial que ganó (liberal) y el otro fuerista. A fines de ese año “El Arga”, a la vez que se hizo diario y quizás por la mencionada ruptura, introdujo varios cambios. Su lema anterior fue sustituido por el nuevo de “Unión Vasco-Navarra”, más agresivo. El editorial pasó a primera página y en el tercio inferior de esta se colocó un folletín, solía ser recogido de la tradición cultural vasconavarra: leyendas, tradiciones, cuentos populares, etc. El desprecio de lo informativo y la profundización en la nueva línea ideológica se puso más de relieve al paso del tiempo. Su tesis de la semejanza vasconavarra, fundada en siglos de historia y cultura comunes, se combinaba con una visión política excesivamente localista y cerrada. Los asuntos de “allende el Ebro” -así denominaba El Arga al resto de la Península- le interesaban únicamente en cuanto podían referirse a su tierra. No era, a pesar de todo, un periódico separatista.
El separatismo pudo encontrar aquí una fuente para sus ideales; de hecho a estos periódicos fueristas se les considera precedentes de los napartarras y nacionalistas vascos. En cuanto a su ideario religioso, permaneció fiel a la doctrina católica, pero sin la exaltación propia de carlistas e integristas. Tenía como principal defecto su lenguaje demasiado rebuscado y ampuloso. Primaba en él el contenido ideológico sobre el informativo, característica esta que fue haciéndose más patente los últimos meses de vida. Si a esto se añade la escasa capacidad de arrastre de su programa, se comprende el porqué de su efímera vida. Desapareció a finales del año 1881.