EGUÍA, MIGUEL DE
EGUÍA, Miguel de
(Estella, 1495-1546). Impresor estellés. Nacido en el seno de una familia ilustre, realizó su aprendizaje en el taller que Arnaldo Guillén de Brocar* regentaba en Logroño y lo acompañó hasta Alcalá, para la impresión de la Biblia políglota. Probablemente llevó el peso de la realización de la obra, pues Brocar debía de ser de edad avanzada. Casó con María, hija de éste, de la que tuvo dos hijos, Jerónimo y María. Al morir Brocar en 1523, Eguía le sucedió en el oficio de impresor de la Universidad Complutense. Desde un principio se propuso editar únicamente libros de carácter científico o de edificación y que trataran sobre historia, liturgia, música, dogmática, moral y, en especial, espiritualidad y humanidades, a fin de que los españoles no fueran tributarios del extranjero.
Imprimió entre 1524 y 1527 más de cien obras en Alcalá, unos siete libros en Toledo y veinte en Logroño. También continuó abierta la imprenta en Valladolid, pues publicó en 1527 el Libro de Medicina llamado Macer de A. de Villanova. Probablemente se trata de producciones salidas de los talleres que allí había creado Brocar y que Eguía siguió atendiendo, pero es difícil saber si él personalmente dirigía y trabajaba en los talleres, o por el contrario los visitaba periódicamente, manteniendo como sede principal la imprenta de Alcalá. De ella cuidó de 1523 a 1537, hasta que el hijo de Brocar llegó a edad y aprendizaje suficiente para hacerse cargo de ella, y así, a partir de 1538 cesó el pie de Eguía por el de Juan de Brocar.
En 1525, provisto de un Privilegio Real, comenzó la estampación de parte de la obra de Erasmo, lo que le granjeó una popularidad asombrosa. Eguía no era su defensor, sino que publicó todo lo que tuviera interés y pudiera posibilitarle beneficio. De este modo, editó obras del antierasmista Pedro Ciruelo. Ante la caída en desgracia de todo lo que sonaba a Erasmo, Eguía fue detenido a fines de 1531 por el Santo Oficio, acusado de propagar el iluminismo erasmista. Permaneció hasta 1533 en las cárceles de la Inquisición. A su salida se instaló en Estella, abandonó temporalmente la tipografía y se dedicó a la compraventa de cereales y vino, paños y lana, molinos, casas y fincas. A partir de 1535 desempeñó varias veces los cargos de alcalde, recibidor y jurado del regimiento de Estella. Tras un largo paréntesis de diez años, a mediados de 1545 expuso al Consejo Real de Navarra sus deseos de introducir la imprenta en Estella, por lo que solicitó para su instalación el permiso correspondiente y la exención de impuestos. La respuesta fue afirmativa, y quedaron exceptuados de todo tributo durante seis años los libros que imprimieran en Navarra y exportaran fuera del reino. En 1546 la imprenta quedó instalada en Estella. Fue el primer taller tipográfico que funcionó en la ciudad, de donde salieron libros como el Antidotus contra venerem de A. López de Soto, el Vocabularium ecclesiasticum de R. Fernández de Santaella, el Arte del Cómputo de J. de Valencia y las Horas Romanas de Nuestra Señora en Romance, todas ellas impresas en 1546.
Se le incluyó entre los mejores tipógrafos de su tiempo. Sus obras, que conservan el estilo de Brocar, son selectas, embellecidas por la letra de tortis, por las lujosas portadas renacentistas, por iniciales de adorno de carácter artístico, por la utilización de las tintas roja y negra, por la pureza de los tipos (casi siempre góticos) y la buena condición del papel. A su muerte acaecida en octubre de 1546, se hizo cargo de la imprenta su primer oficial, Adrián de Amberes*.
Bibliografía
J. Catalina García, Ensayo de una tipografía complutense, (Madrid, 1889). J. Goñi Gaztambide, El impresor Miguel de Eguía procesado por la Inquisición (c 1495-1546) , Hispania Sacra, 1 (1948). Id, Miguel de Eguía, Dictionnaire d´Histoire et de Géographie ecclésiastiques, 15, 1963. A. Odriozola, Libros impresos en Estella en el siglo XVI, P de V, 1, (1940). Imprenta*.