DEPORTE RURAL
DEPORTE RURAL
Las costumbres tradicionales de la zona vasca tienen una de sus representaciones más características en sus juegos y deportes de carácter autóctono, cuyo origen debe buscarse en el trabajo diario del campesino en el caserío. Su reglamentación, desarrollada por los usos y costumbres transmitidos de forma oral, sólo se recogió parcialmente por escrito en 1943, en el primer reglamento de fuerza y habilidad; las diversas modalidades deportivas se pusieron bajo el control de la Federación de Atletismo hasta 1970, fecha de constitución de la Delegación-Federación de Deportes rurales, bajo la presidencia de Ignacio Usechi. En 1980 se constituyó la Confederación de Juegos y Deportes Vascos, que agrupa, con plena autonomía, las federaciones de las cuatro provincias. En nuestros días estos deportes propios de leñadores y labradores han salido del medio rural para expandirse a toda la geografía foral, País Vasco e incluso proyectar su peculiaridad, aunque únicamente con carácter de exhibición, al resto de España y Francia, Argentina, EE.UU., Japón y otras naciones que gustaron de su belleza y plasticidad.
Entre los diversos deportes rurales más representativos, se pueden citar los aizkolaris*, arrijasotzailes (Levantadores de Piedra*), korrikalaris*, segalaris*, sokatira*, pulsolaris*, txingas*, tronzalaris*, etc. siendo los más practicados en la actualidad los dos primeros. Son también frecuentes las peleas de carneros* y en el País vasco-francés los portadores de bidones de leche, carreras con sacos de maíz y levantamientos de carretas y fardos de heno.
El deporte de aizkora consiste en cortar troncos de determinadas medidas, con referencia siempre a la pulgada indígena, (0,02322 m) en el tiempo más corto posible, utilizando hachas nacionales o australianas.
Así, el 28 de mayo de 1989 en Corella (Navarra), con ocasión del Día del Navarro Ausente, compitieron, en el corte de 8 troncos de 54 pulgadas de perímetro, los aizkolaris Ignacio Orbegozo (Arria II) de Guipúzcoa, contra José M.ª Mendizábal de Navarra.
Navarros han sido los más calificados aizkolaris de todos los tiempos, como Martín Garciarena de Leiza, Ramón Latasa de Sumbilla, Patxi Astibia de Leiza o Miguel Mindeguía de Ezcurra, éste diez veces campeón absoluto de la especialidad (1.10.1989). El legendario Ramón Latasa, a quien el mundo del aizkora dedicó en 1989 un emocionado homenaje de admiración y simpatía. Y Patxi Astibia, el aizkolari de la tele, por aquel concurso de “La unión hace la fuerza” que representó a Navarra como deportista. Miguel Berecoechea “El tigre de Gorriti”, digno rival en sus buenos tiempos de Ramón Latasa.
La otra modalidad más en boga es el Levantamiento de Piedra o arrijasotzea, que consiste en levantar desde el suelo hasta el hombro, piedras, cuyos pesos y características se determinan previamente, sin valerse de utensilio o mecanismo alguno. Entre los arrijasotzailes, todo el mundo sabe que hay que hablar, porque brilla con luz propia en todos los ámbitos deportivos de Iñaki Perurena Garciarena, de Leiza. Nacido el 23 de septiembre de 1956, ha pulverizado todos los récords existentes a su aparición y batido sus propias mejores marcas hasta límites insospechados.
Sin contrincante a quien enfrentarse de mucho tiempo atrás, ha dedicado su vida deportiva a la superación de sus propios récords mundiales, enfrentándose únicamente con el peso de la piedra y el crono. Ostentaba en enero de 1990 las marcas de levantamiento de la piedra paralelepípeda de 313 kg con ambas manos y la cilíndrica de 261 kg con una sola mano.
Discípulo del anterior puede señalarse a Migueltxo Saralegui, también de Leiza, nacido el 2 de febrero de 1968, cuyas mejores marcas acreditadas eran en 1989 de 280 kg con ambas manos y 209 kg con una sola mano, sin duda alguna, el segundo arrijasotzaile del “ranking” mundial de la especialidad.
En cuanto a korrikalaris, destaca Juan Cruz Azpíroz “Chiquito de Arruiz” que durante décadas enteras no conoció rival y en la búsqueda de contrincantes a quien derrotar, hubo de descender al campo del aizkora y así efectuar abundantes apuestas mixtas que irremediablemente dirimía en su favor.
Para poder celebrar las competiciones se deberá cursar la solicitud de acuerdo con las normas vigentes. Por lo menos con 10 días de antelación se someterá a la Federación de Juegos y Deportes Vascos correspondiente, el contrato o reglamento confeccionado.
Los participantes deberán obtener en la Federación correspondiente a su residencia, la preceptiva ficha que acredite su afiliación a la Mutualidad General Deportiva. Así como el reconocimiento médico, que demuestre que el atleta se halla en plenas facultades físicas y no sufre ninguna lesión que le inhabilite para la misma. Los atletas o participantes procedentes de zonas geográficas que carezcan de Federación de Juegos y Deportes Vascos podrán tramitar la ficha en la federación que crean más oportuno.
En cualquier caso, antes de las 72 horas de conocerse el orden de actuación por jornadas de los participantes, se pondrá en conocimiento de la Federación de Juegos y Deportes Vascos la relación de los inscritos y las fechas en que van a actuar.
Cuando se dilucide algún campeonato o concurso de carácter local, comercial o provincial, será necesario:
Si se trata de personas, que éstas residan en dicha localidad, comarcas o provincia, con seis meses de antelación.
En caso de arrastre de piedra por animales, será necesario que éstos estuviesen al servicio de algún vecino de la localidad, comarca o provincia, con seis meses de antelación.
Para enjuagarse la boca, refrescarse o alimentarse, podrán utilizar los participantes agua (natural o mineral), azúcar, glucosa y fruta fresca, etc. pero todo ello deberá ser puesto a disposición del Juez de la prueba antes del comienzo de la misma. El Juez Árbitro, bien a petición de alguna de las partes o bien por su propia decisión, podrá ordenar que se efectúe el control antidoping de los participantes de una prueba.