CATECISMO EN EUSKARA
CATECISMO EN EUSKARA
La primera noticia de algunos catecismos escritos en euskara se remonta al siglo XVI. La publicación del Cathechismus Romanus en 1566 por Pío y constituye un hito fundamental en la historia de los catecismos de todos los países y también de Navarra. A partir del concilio de Trento los obispos de Pamplona mostraron particular interés en urgir la enseñanza de la doctrina cristiana y promovieron con ese fin la publicación de cartillas o breves catecismos en castellano y vascuence. La divulgación de estas obras estuvo acompañada de un estimable fenómeno cultural, ya que su aprendizaje constituyó la primera experiencia de alfabetización y de cierta iniciación cultural del pueblo llano. El primer catecismo en vascuence del que se tiene noticia es el de Sancho de Elso (“Doctrina Cristiana y pasto espiritual del alma… en castellano y en vascuence…”). No se conserva ningún ejemplar del mismo y fue impreso, al parecer, en Estella en 1561, dos años antes de concluir el concilio. Pero es interesante señalar que la primera parte del primer libro en euskara, impreso en París en 1545 (Linguae Vasconum Primitiae, por B. Dechepare), lleva por título Doctrina Christiana. Es una especie de catecismo elemental escrito en verso en el dialecto bajonavarro oriental. Algunos años más tarde, en 1571, fue publicado el catecismo de J. Leizarraga (Abc edo Christinoen instructionea). El primer catecismo conocido del siglo XVII es el de Juan de Beriayn, abad de Uterga, impreso en Pamplona en 1620 (Doctrina christiana escrita en romance y vascuence, lenguajes de este Obispado). Su vascuence corresponde al dialecto altonavarro meridional. Desde principios del siglo XVII se publicaron también otros catecismos, según consta en un provisión del obispo de Pamplona A. Venegas Figueroa* (1606-1612), en la que se urge la enseñanza de la doctrina cristiana y se dice que ha sido también impresa en vascuence. El más difundido empezó a ser pronto el del P. Astete (1537-1601), del que se hicieron sucesivas ediciones en castellano y presumiblemente también en euskara. Sin embargo no se conoce ningún ejemplar del siglo XVII. En la centuria siguiente fueron numerosas sus traducciones, impresas o manuscritas, adaptadas al habla peculiar de cada zona. Recientemente ha sido publicada una del P. Mendiburu (Christauaren Doctrina), cuyo texto fue escrito a mediados de dicho siglo en el dialecto altonavarro septentrional, al igual que en la misma época Irazusta y Cardaveraz lo hicieron en guipuzcoano y Lavieuxville-Harosteguy en labortano. El jesuita F. Elizalde* (1646-1733), natural de Muzqui, escribió en el dialecto altonavarro meridional un catecismo propio, impreso en Pamplona en 1735 (“Apecendaco doctrina christiana uscaras…”). A lo largo del siglo XIX proliferaron nuevas traducciones del Astete, que en su gran mayoría no fueron impresas, como las dos de J. Lizarraga de Elcano fechadas en 1809 y 1811 (Doctrina Christioarén Cathechima euscarás… Doctrina Christioa euscarás…). A mediados de dicho siglo el príncipe L. L. Bonaparte pudo recopilar numerosas de esas traducciones manuscritas, representativas del habla propia de distintos pueblos o comarcas, y publicar tres de ellas en los dialectos roncalés, salacenco y aezcoano (“Le petit Catechisme espagnole du P. Astete traduit en trois dialectes basques”, Londres 1869). La diversificación lingüística de los catecismos fue considerada por muchos como un problema pastoral, señalado ya dos siglos antes por el obispo de Calahorra, P. Manso. Con el ánimo de contribuir a su unificación el P. Añíbarro publicó en 1802 una traducción del Astete en vascuence navarro (Cristau Doctriña…). El intento apenas tuvo éxito, de suerte que salieron a la luz nuevas versiones, como la publicada en 1826 en el dialecto baztanés, que tuvo múltiples ediciones hasta bien entrado el siglo XX (Christau Doctrina…). Por mandato del obispo J. Oliver Hurtado y con propósito unificador se publicó en 1880 una nueva traducción preparada por D. Legaz (Cristauaren Icasbidea). Se sucedieron, no obstante, otras como la publicada en 1906 en el habla propia de la Ulzama (Cristau Doctriñe…) o el extenso catecismo publicado en 1914 por B. Ayerra (Euskaldun guratsoen arguiya…). Nuevamente la preocupación unificadora hizo que el capuchino D. de Inza, por mandato del obispo M. Múgica, publicara en 1927 una traducción del Astete (Kristau Ikasbidea). Pero este proyecto unificador no llegó a prosperar hasta que en 1936 fue publicada, por mandato del obispo T. Muniz, una nueva versión preparada por una comisión de expertos para ser estudiada en tres ciclos sucesivos (Kristau Ikasbidea). A partir de 1970 las cuatro diócesis del área vascófona han ido publicando conjuntamente traducciones unificadas, con algunas adaptaciones, de los distintos catecismos autorizados por la Conferencia Episcopal Española.
Bibliografía
J. Bilbao, Astete, G., “Bibliografía” (1970) 369. Id., Catecismos, “Bibliografía” II (1972) 291-293. Id., Catecismos, “Bibliografía” IX (1980) 128. J. M. Satrústegui, Emeritzigarren mendeko kateximak, “Egan” XXV (1966) 67-72. J. M. Rementería, Kristau Ikasbidea Euskalerrian, “Jaunaren Deia” 50 (1975) 1723.