ALMORAVID
ALMORAVID
Linaje de barones y ricoshombres, con antecedentes ya en la primera mitad del siglo XI cuando aparece arraigado con Iñigo Sánchez (muerto antes de 1087) y su esposa Urraca Aznárez en la periferia de Lumbier. Sus miembros colaboraron activamente con los monarcas navarros hasta el siglo XIII, recibiendo por sus servicios importantes cargos y “honores”.
El sobrenombre Almoravid lo adoptó algo antes de 1124 Lope López, nieto del mencionado Iñigo e hijo de Lope Iñiguez, el cual había dado al monasterio de Leire (1099) sus bienes de Elcarte. Probablemente se había distinguido en las campañas de Alfonso I el Batallador contra los almorávides en el valle del Ebro central. El citado Lope López rigió las “tenencias” de Ruesta (1091-1108), Uncastillo (1091-1100) y Liédena (1097-1121). Constan los nombres de sus hijos Oria, Iñigo y Fortún, este último monje de Leire. García, posiblemente otro hijo suyo, detentaba Aibar (1155) cuando se pasó al servicio de Sancho III de Castilla, que le encomendó Calahorra. Se enfrentó a Jimeno Aznar, tenente de Tafalla, y las tropas navarras irrumpieron como represalia en el enclave castellano de Artajona* (1156). No tardó en cambiar de señor, poniéndose bajo la obediencia del conde Ramón Berenguer IV, que le encargó de los importentes distritos de Ejea, Jaca y Alfajarín (1158-1159) y prometió entregarle en tierra navarra Roncesvalles, Obanos, Urroz y una heredad de Gallipienzo. Falleció al servicio de la corte aragonesa (1161), pero sus hijos Fortún, Jimeno e Iñigo rindieron como “milites” obediencia a su señor natural Sancho VI el Sabio, y se hicieron acreedores de su confianza. El primero tuvo en “honor” Gallienzo (1166) y fue alférez del reino (1174); Jimeno rigió Peralta (1170-1177), e Iñigo, que sobrevivió a sus hermanos, gobernó Miranda (1174), Sangüesa (1175) y Aibar (1184). Elvira, hija -como su hermano Juán – del mencionado Jimeno, prohijó a Sancho VII el Fuerte (1222), instituyéndolo heredero de todas las posesiones. Se desconoce la filiación de la esposa de Lope de Andosilla, Toda Almoravid, cuyos pleitos con el prior de los Hospitalarios determinaron la intervención del propio papa Honorio III (1221). Otro García Almoravid tuvo Aibar y Falces (1193) y un magnate del mismo nombre rigió luego Viana (1232), San Juan de Pie de Puerto (1234), Aibar (1236-1237), Santacara y Cáseda (1237); y estuvo presente en las paces entre Teobaldo I y la ciudad de Tudela y en los acuerdos sobre el procedimiento de prueba de la infanzonía. Bajo Teobaldo II suscribió como ricohombre los tratados de Tudela y Monteagudo, rindió expreso homenaje al monarca en Estella (1255), y compartió el cargo de senescal con Sancho Fernández de Monteagudo. Su esposa Teresa Ibáñez era seguramente hermana de Gonzalo Ibáñez, de la estirpe nobiliaria de los Baztán; viuda ya, y junto con sus vástagos García y Elvira y con Fortún Almoravid, cedió a las clarisas de Pamplona la villa de Elequi (1263). Un nuevo García Almoravid, de ascendencia desconocida, apareció como presbítero de la iglesia de Pamplona (1270); e Iñigo Almoravid, mesnadero de Teobaldo II (1259-1266), consta más adelante (1280) entre los “banidos”*. Es probable que uno y otro fueran hijos del anterior García ya reseñado. Otros dos miembros de la misma estirpe, uno con el reiterado nombre de García Almoravid* y llamado el otro Fortún, descollaron en la guerra de la Navarrería entre los “barones” enfrentados al gobernador francés (1276). El segundo, hijo tal vez de García, figura luego también con el estigma de “banido” (1280). Un Almoravid de Elcarte, de nombre Juán, fue en este período (1287-1300) obispo de Calahorra. Se ignora la filiación precisa del famoso Fortún Almoravid*, ricohombre y alférez del reino. Su vástago García enajenó los collazos de Blastegui 1324). Juana, su hermana, casó 1327) con Jimeno de Aibar. Teresa Almoravid y su esposo Pedro Ibáñez de Leet permutaron (1335) a Felipe III de Evreux sus bienes de Aoiz por diversas heredades en Valdorba.
La estirpe fue quedando luego en un plano cada vez más modesto. Una de sus probables ramas quizá nutrió varias generaciones de “barqueros” de Tudela desde finales del siglo XIV. Hay noticia de un Pedro Almoravid, hidalgo, que había participado con su equipo de caballero en las hostilidades con Castilla de 1444. Elfa Almoravid, arraigada en Aoiz, había contraído matrimonio a principios del mismo siglo XV con el señor de Garro García Arnalt. Con posterioridad se detectan nombres de algunos epígonos del ilustre linaje con escasa significación social.