AIBAR, LINAJE DE
AIBAR, linaje de
Solar de origen y nombre identificador de uno de los grandes linajes de “barones” o ricoshombres de Navarra, cuyas raíces se hunden en el siglo XI. Cabe consignar entre sus primeros representantes documentados a Fortún Iñiguez, tenente de Funes (1077-1089), Jimeno Fortuñones, tenente de Aibar (1073-1086) y quizá Iñigo Fortuñones, tenente de Salazar (1085-1104). Una o dos generaciones después aparece Jimeno Fortuñones al frente de Petilla (1136-1141) y Sos (1141-1143). Constan luego el miles Gil, tenente de Estella (1188-1191), y su hijo Pedro Gil (1208). Jimeno, probablemente hermano de Gil, tuvo Roncal y Salazar (1162-1186), Laguardia (1191), Sangüesa (1195-1198) y Arguedas (1201). Su homónimo Jimeno, acaso hijo suyo, rigió Cirauqui (1234), Inzura y Oro (1237). Martín Jiménez, cambió al rey Sancho VII el Fuerte la villa de Grisén (1214) por los molinos de Gallipienzo, tuvo Arguedas (1234) y San Martín de Unx (1256-1259), disponía de veinte “caverías” (1243) y por sus expoliaciones de bienes de la catedral pamplonesa (1230-1238) fue excomulgado por el obispo Pedro Jiménez de Gazólaz (1249). Su hijo Jimeno estuvo a cargo de Ujué (1254) y se le asignaron por “caverías” diversas rentas en Arce, Ibargoiti y Aibar (1266).
Coetáneamente Pedro, casado con una hija de Pedro Sánchez de Monteagudo, tuvo encomendado el castillo de Leguín (1265-1266). El ricohombre Martín Jiménez suscribió las disposiciones del gobernador Simón de Meleun sobre circulación monetaria (1291), se comprometió más tarde con el alférez Fortún Almoravid (1306-1307) en la confabulación que aparentaba reafirmar los derechos a la Corona de Luis I el Hutín; reducido a prisión por este monarca, representó luego a la nobleza con el título de alférez en el juramento de Felipe II (IV) el Largo (1319) y sucumbió en Beotíbar (1321) con dos hijos suyos. Ramiro y Lope habían figurado (1299) como sobrejuntero y consejero, respectivamente, de la comarca de Obanos, y Pedro Martínez fue arrendatario de la escribanía y el sello del rey en Arguedas (1319). En la siguiente generación Jimeno suscribió entre los ricoshombres la carta de unión (1328) de las fuerzas vivas del reino tras la muerte de Carlos I (IV) y participó en el juramento de los nuevos soberanos Felipe III y Juana II (1329), Rodrigo fue alcaide de Castillonuevo (1344), e Iñigo Ruiz, de Arguedas (1340).
Desde mediados del siglo XIV parecen diferenciadas dos ramas importantes de la familia. A una de ellas pertenecía Juan Ruiz, alcaide de Cherburgo (1357), activo colaborador de Carlos II en sus señoríos de Francia septentrional, y después baile de La Bastide-Clairence y alcaide de San Juan de Pie de Puerto (1369). Su sobrino del mismo nombre, sargento de armas, asistió a la coronación de Carlos III (1390), quien lo hizo merino de Sangüesa (1395) y chambelán de su corte (1400-1408), y fue por otra parte señor de Olaz (1406). Fortún Ruiz estuvo a cargo del castillo de Tudején (1399). En la rama principal del linaje puede inscribirse a Martín, beneficiario de las pechas de Pitillas (1355), capitán de Estella en la guerra con Castilla (1378), chambelán de Carlos II y Carlos III (1387-1388), merino de la Ribera (1393), alcaide de Petilla (1397), tutor del infante Carlos (1398), señor de Liberri (1390), y favorecido con las rentas de Cintruénigo y Villafranca (1387), Rada (1389) y Corella (1395). Su hijo Martín “el Joven” consta como copero del rey (1399), alcaide de Corella (1409), caballero (1410) y chambelán (1421). Uno de sus hijos, Pedro Álvarez, acompañó a la reina Blanca a Castilla (1421) y casó con Leonor de Lacarra; otro, Sancho, que había colaborado con Fernando I de Aragón en el sitio de Balaguer (1413), sufrió el secuestro de sus bienes por parte de Juan II (1434) y su proceso seguía ocho años después. García Jiménez fue alcalde de Corte (1411) y Juan Garcés, bachiller, estuvo presente en la coronación de Juan II y Blanca (1429). Entre los eclesiásticos notables de la estirpe pueden señalarse Fortún, monje de Lire (1178); Lope Gil, clérigo del obispo pamplonés Miguel Pérez de Legaria (1297); Jimeno, prior de Roncesvalles (1390); Martín, arcediano de Valdeaibar (1392-1418); Pedro García, arcediano de la tabla del cabildo de Pamplona (1418-1439); y, sobre todo, García, bachiller en decretos, notario y secretario del obispo pamplonés Martín de Zalba (1384), canónigo (1386), arcediano de la Valdonsella (1389), vicario general del mencionado obispo (1398-1402) y de Miguel de Zalba (1404-1406) y, finalmente, vicario general de la diócesis sede vacante (1408).