PEÑA
Villa histórica de señorío y desolado perteneciente al municipio de Javier, en la Merindad de Sangüesa. No aparece en los Nomenclátores posteriores a 1950. A parte de Peña (situada a 18,5 km de Javier) figura el caserío de la Torre de Peña (a 14,6 km de dicha villa) con 16 habitantes en 1930, 13 en 1940, 40 en 1950, 63 en 1960, 28 en 1970 y 23 en 1981.
Evolución de la población
1366, 7 fuegos; 1427, 12; 1593, 7; 1646, despoblado; 1786, 65 habitantes; 1858, 91; 1887, 51; 1900, 88; 1910, 104; 1920, 101; 1930, 49; 1940, 77 y 1950, 50.
Debió de constituir ya un bastión importante en el sistema de defensa y ataque desarrollado por el rey Sancho Garcés III el Mayor en el primer tercio del siglo XI sobre los replieges prepirenaicos que marcaban la frontera con los dominios musulmanes. En 1088 era centro de un “castro” o tenencia (“Pinna”). Se duda seriamente sobre la autenticidad de la supuesta concesión a sus pobladores del fuero de Daroca-Soria por parte de Alfonso I el Batallador. Tras el fallecimiento de este monarca (1134) cayó al parecer en la órbita soberana aragonesa, pero más tarde (1209) fue entregado junto con Petilla, Escó y Gallur a Sancho VII el Fuerte como prenda de 20.000 moravetinos prestados a Pedro II de Aragón, pero Jaime I no tardó en reconocer (1232) la inscripción definitiva de la villa en el reino de Navarra. Desde entonces fue un punto clave en la vigilancia de la raya fronteriza con la vecina monarquía aragonesa. Formaba parte en la Edad Media del valle de Aibar y configuró un señorío cuya titularidad confirmó Juan II (1434) a favor de Beltrán de Ezpeleta, vizconde de Valderro. Los vecinos habían transferido (1273) el patronato de su iglesia al obispo pamplonés Armigot. El monasterio de Leire había recibido una heredad en su término a finales del siglo XI.
En 1447 el Príncipe de Viana nombró alcaide del castillo a Jaime Díaz de Aux, con 50 cahíces de trigo más el derecho de las filarzas. A partir de 1461, aparece como señor Juan de Ezpeleta, hijo de mosén Beltrán, que aún consta como tal en 1495.
El de Peña fue uno de los primeros castillos mandados derribar raíz de la conquista de Navarra por Fernando el Católico. La torre mayor se conserva en parte, debido a que únicamente fue demolido el cuerpo superior y la parte que mira hacia el pueblo.
Peña quedó como villa sometida a régimen señorial hasta la desaparición de este tipo de jurisdicciones en la primera mitad del siglo XIX. Hasta entonces era el señor (el conde de Ayanz en 1802) quien nombraba el alcalde. Y, desde esas fechas, quedó sometido a régimen común y formó ayuntamiento separado con los lugares de Rocaforte y Javier* de los que luego debió de segregarse Rocaforte, que pasó al municipio de Sangüesa.
En cuanto a la jurisdicción eclesiástica, en 1847 era el conde de Ablitas quien ejercía el derecho de presentación del párroco.
En esa fecha tenía escuela dotada con cincuenta robos de trigo; contaba con caminos que conducían a los pueblos confinantes, en buen estado.
Arte
La iglesia de San Martín formaba parte del recinto defensivo, lo que explica el aire de fortaleza de su exterior, provisto incluso de matacanes. La necesidad de adaptarse a la difícil configuración del terreno explica en que su orientación se haya seguido el eje N-S, quebrantando así la norma usual según la cual la cabecera de los edificios religiosos se sitúa al este. Llama la atención la existencia de un pasadizo, situado bajo la construcción, que servía para dar entrada al interior del castillo desde el camino de Aragón; recuerda mucho al paso semejante de la iglesia de San Esteban de Sos del Rey Católico.
En su interior se conserva un retablo renacentista, dedicado a San Martín, que a juzgar por el uso de columnas abalaustradas y la profusión de grutescos debe situarse en la primera parte del siglo XVI. Más interesante, pese a estar repintado, es una talla del crucificado, en el que las características románicas -empleo de la corona real- se unen con las góticas -Cristo de los tres clavos y ya muerto-, por lo que se le considera como una obra de los primeros momentos del gótico del siglo XIII.