PATATA
PATATA
Fam. Solanáceas. Planta originaria de Bolivia, Chile y Perú, cultivada en sus diversas variedades por toda la provincia de Navarra. Los tallos en su base forman ramificaciones subterráneas que acumulan sustancias feculentas formando los tubérculos, las patatas, que se utilizan en la alimentación humana. Sus flores son gamopétalas, dicotiledóneas.
No se tienen datos precisos sobre la fecha de introducción de este cultivo en Navarra, pero todo hace pensar que fuera en la primera mitad del siglo XVIII, si bien en la península se conocía desde el XVI.
A su cultivo y consumo contribuyeron de una manera definitiva las sociedades Económicas de Amigos del País, así como los curas. Gracias a un Semanario de Agricultura y Artes, dirigido a los Párrocos, editado en Madrid por iniciativa real, se conoce la fecha de uno de los primeros cultivos de patata en Navarra. En el número del jueves 21 de septiembre de 1797, Luis de Astigarraga de Segura escribía en Guipúzcoa: “Tengo la satisfacción de comunicar a Vs. que la siembra de patatas se va fomentando medianamente: me consta que el Abad de Iturmendi (pueblo del valle de Burunda en el reyno de Navarra) las ha sembrado con el objeto de instruir a sus feligreses en el beneficio de esta planta y utilidad de su pan”.
Fray Josef María Larumbe, Prior del Convento de Carmelitas Observantes de la Ciudad de Pamplona, publicó en 1800 un Epitome Christiano de agricultura, en el que dedica una cuarta parte de la obra a la patata. En ella señala su utilidad, variedades, cultivo -tanto en la Ribera como en la Montaña-, conservación y panificación, indicando que “Las patatas pueden ser un bocado de regalo de Gente muy acomodada, o sencillo, propio del Labrador”. Dice que la patata sirve “Para alimento de hombres y bestias, hacer almidón, pastas delicadas, y guisos de diferentes especies, morcillas más dulces y durables que las comunes, supliendo en ellas por el arroz, y las cebollas”, tras lo cual detalla cómo se comen e incluso da la receta del puré, hecho con manteca o grasa de tocino y leche, fórmula que hoy sigue teniendo vigencia.
Por algunos libros de Tazmía sabemos que la patata estaba ya introducida en algunos pueblos navarros al iniciarse el siglo XIX. El citado prior carmelitano dice que “Se mantienen con ellas las Naciones enteras: en Galicia, prefieren la patata, a la castaña, y la robustez y propagación de los irlandeses, pende, según Doyle, del uso de la Patata, que es su principal alimento, comiéndola los ricos en lugar de pan, como lo hemos visto hacer en Pamplona, a un irlandés acomodado”. Pero parece ser que desde 1805 su cultivo sufrió un retroceso, debido a la negativa de los labradores de dar el diezmo de la cosecha, por considerar que no les obligaba a los frutos que se daban bajo la tierra. Poco a poco se fue imponiendo su cultivo. En un Memorial elevado a las Cortes en 1817 se recogen las quejas de los labradores por los fuertes impuestos con que la Ciudad de Pamplona gravaba la patata, a la que el Abad de Aranguren la denominaba “lugarteniente del trigo”.
A partir de la segunda década del siglo XIX fue aumentando gradualmente su cultivo, que junto a la remolacha, alfalfa y maíz revolucionaron los viejos sistemas agrícolas, imponiéndose primeramente en los secanos de las zonas húmedas de la Montaña, antes de adaptarse a los regadíos ribereños.
Las variedades de patata, según la longitud de su ciclo vegetativo, se dividen en extratempranas, tempranas, semitardías y tardías, variando el mismo entre los 90 y 150 días aproximadamente.
Dependiendo de la época de recolección se consideran cuatro clases de patata: extratemprana 15.1-15.4; temprana 15.4 -15.6; media estación 15.6 – 15.9; tardía 30.9 – 15.1. En Navarra se cultivan las clases de media estación y tardía.
A lo largo de la historia ha sido permanente el cambio de variedades por la desaparición de unas y aparición de otras nuevas con mejores rendimientos, superando asimismo calidades, factores de resistencia, etc, como consecuencia de los avances de la técnica aplicada a la biología y genética vegetal. En la actualidad las variedades más cultivadas son Jaerla y Kennebec, juntamente con Baraka, Desiree, Red-Pontiac y Turia en menor medida.
La patata es un cultivo de zona templada, aunque se considera una planta rústica, ya que es capaz de vegetar tanto en zonas de montaña como en llanura. Tiene exigencias moderadas de temperatura e incluso parece sufrir con las temperaturas excesivas, pero teme sobre todo la sequía. Es sensible a las heladas porque a -2°C se destruye su vegetación; precisemos también que el crecimiento de los brotes es prácticamente nulo a 2°C, muy limitado a 5°C y el crecimiento optimo se sitúa entre 20-25°C.
La patata prefiere tierras mullidas y aireadas, pero frescas. Se da muy bien en las tierras semiligeras, humíferas, arenosas siempre y cuando el clima sea bastante húmedo. En tales terrenos la realización de los trabajos culturales es particularmente fácil. Se siembra por toda la geografía de Navarra, tanto en secano como en regadío.
La superficie de cultivo de patata ha aumentado continuamente en Navarra por lo menos desde 1966, pasando de 5.820 Ha a 6.610 Ha en 1972, a 7.042 Ha en 1980 y a 6.555 Ha en 1982. La superproducción alcanzada en años posteriores condujo a una caída de los precios y como consecuencia la regresión del cultivo. En 1987 estaban censadas 4.466 Ha, de las que 2.759 Ha eran de secano y 1.705 Ha de regadío.
El rendimiento por hectárea de patata cultivada oscila entre 16.000 y 17.000 kg en secano y entre 23.200 y 24.500 en regadío. Dicho rendimiento técnico era en 1966 de 10.000 kg en secano y 14.500 kg en regadío. La producción de patata en Navarra oscila alrededor de 78.428 Tm al año, de las cuales 13.263 corresponden a patata de siembra y el resto para patata de consumo. Un total de 31.012 Tm se producen en secano y 47.416 Tm en regadío.
La producción de patata Navarra supone el 2,45 por ciento de la producción nacional de este tubérculo de consumo. El valor monetario de la producción de patata de Navarra supuso en 1981 más de 2.000 millones de pts., de cuyo importe 765 millones corresponde a patata de siembra. Los municipios con mayor producción de patatas, tanto de consumo como de siembra en Navarra son los siguientes: Mendavia (12.096 Tm); Tudela (9.600 Tm); Jaurrieta (5.562 Tm); Sartaguda (5.148 Tm); Lodosa (4.080 Tm); Viana (3.555 Tm); Abaurrea Alta (3.398 Tm); Azagra (3.378 Tm); Escároz (2.980 Tm); Ochagavía (2.950 Tm); Baztán (2.400 Tm); Erro (2.140 tom); Genevilla (1.832 Tm); Villanueva de Aézcoa (1.580 Tm); Garralda (1.530 Tm); Améscoa Baja (1.216 Tm); Abaurrea Baja (1.180 Tm) y Alsasua (1.040 Tm), según datos de 1983.
La producción más importante de patata de siembra se obtiene entre los Valles de Roncal y Erro, donde destacan los siguientes municipios: Jaurrieta (3.850 Tm); Abaurrea Alta (2.230 Tm); Ochagavía (2.225 Tm); Escároz (2.180 Tm); Villanueva de Aézcoa (1.420 Tm); Garralda (1.120 Tm); Erro (1.100 Tm); Garayoa (725 Tm); Abaurrea Baja (650 Tm); y Orbaiceta (530 Tm). (Organización de la Patata del Pirineo Occidental*).
En medicina popular se utiliza la infusión de hojas, como antirreumático (Garralda) y los tubérculos, en rodajas, para aliviar el dolor de quemaduras (uso generalizado) y, asadas a la brasa, para abrir los forúnculos (Cortes). En Puente la Reina aseguran que “llevando una patata en el bolsillo no se padece de reuma ni de dolor de estómago”. Sus aplicaciones de uso externo se justifican por sus propiedades emolientes; el empleo de las hojas por vía oral debe desaconsejarse porque poseen alcaloides tóxicos, tales como solanina.