LA ESTACA
Lugar de la Bardena* donde se instituyó (1204) una cofradía o hermandad entre los “junteros” o representantes de los lugares limítrofes de Navarra y Aragón para resolver sus posibles diferencias y perseguir a los facinerosos, dejando a salvo lógicamente la fidelidad debida a los respectivos monarcas. Por parte Navarra suscribieron el convenio Arguedas, Cadreita, Caparroso, Carcastillo, Falces, Milagro, Murillo el Fruto, Murillo (de las Limas), Peralta, Santacara, Valtierra y Villafranca (Alesves); por Aragón, Biota, Ejea, El Bayo, Erla, Luesia, Luna y Tauste.
Hacia 1220, Sancho el Fuerte levantó un castillo en el llamado Cabero grande de la Nasa. Era una de las piezas que integraban la línea defensiva fronteriza de Navarra frente a Aragón en esta zona. En 1276, Martín Ruiz de Aibar, merino, prestó homenaje a la reina Juana I por éste y otros cinco castillos de la Ribera. Más tarde, en 1290, lo guardaba Juan Sánchez de Amatriain, con una retenencia de 20 libras en dinero y 100 cahíces de trigo. Después disminuyó esta asignación: García Pérez Dax, que lo mandaba en 1328, percibía 10 libras y 50 cahíces.
En 1358, se hicieron obras de reparación en el castillo, trabajando maestre Pedro Andreo, mientras se limpiaban también las balsas que había al pie del mismo. Era alcaide Martín Sánchez de Erespuru. Los trabajos continuaban en 1362, con ocasión de la guerra de Aragón. Dos años más tarde se reparaba el aljibe y la torre, y se ponían puertas nuevas, con el visto bueno del moro Zalema Zaragozano. Tras estas mejoras, en 1365, Carlos II nombró alcaide al escudero Martín de Cabañas. En 1373 le sustituyó Pedro Iñiguez de Sada, y en 1381 fue nombrado García Pérez de Ballarín, que continuaba en 1395. Carlos III nombró para sucederle a Pedro García de Caparroso, al cual sustituyó Martín Ximénez de Aldaz en 1402. Nuevo nombramiento se expidió en 1414 en favor de Juan Martínez de Cascante. En 1424 tenía el alcaidío Pedro Sánchiz de Jacomín, y por entonces se hacían obras en el palacio mayor del castillo. Reinando ya Juan II y doña Blanca, en 1430, tenía confiada la guarda Pedro de Azagra, que cobraba su retenencia con cargo a la renta de la madera de las Bardenas. En 1437 se nombró en su lugar a Jimeno de Olleta, escudero de Caparroso, al cual sucedería Pedro Martínez de Palacio en 1442. Por entonces se hizo una escalera nueva en la torre y se reparó la cambra primera, a la entrada del castillo. En 1461 era alcaide Íñigo Zoco, el cual contaba con una guarnición o compañía de cuatro ballesteros.
En los primeros años del siglo XVI, la vieja fortaleza se hallaba ya abandonada, sin retenencia ni guarnición. Con su abandono, se iniciaría un largo proceso de destrucción y ruina progresiva. A finales del siglo XIX, todavía se conservaban un gran paredón y otros vestigios de fortificación.