ERASO, FRANCISCO BENITO
ERASO, Francisco Benito
(Garínoain, 1793-1836). Militar. Durante el trienio constitucional se convirtió en agente de los realistas, y el 11 de diciembre de 1821 dio el grito insurreccional en el valle de Orba. Más adelante fue nombrado vocal de la Real Junta Gubernativa, encargándose de aportar armas, municiones, vestuario y caballos de Francia. En premio a sus servicios fue nombrado comandante y, cuando en 1830 pasó la frontera Joaquín de Pablos (“Chapalangarra“)*, enviado por Espoz y Mina con el propósito de restablecer la Constitución de 1812, salió a su encuentro, derrotándolo y dándole muerte en Valcarlos. La Diputación de Navarra le nombró coronel de un cuerpo de 1.000 voluntarios, destinados a la vigilancia de la frontera para evitar incursiones de los liberales emigrados, cuerpo que fue disuelto por doña María Cristina en 1832.
El 12 de octubre de 1833 dio Eraso el grito de Viva Carlos V en Roncesvalles, al frente de los 20 carabineros que formaban la guarnición. Con ellos y con una pequeña tropa de unos cien voluntarios que se le unió, marchó el día 14 a Ochagavía, pero a causa de su delicado estado de salud tuvo que refugiarse en Francia, donde recibió el ascenso a brigadier y el nombramiento de comandante general de Navarra. Hecho prisionero por los gendarmes franceses, iba a ser internado en Angulema, pero al pasar por Burdeos logró huir y regresó a España. Zumalacárregui se puso inmediatamente a sus órdenes, pero el brigadier Eraso dispuso que se reconociera a aquél como comandante general y que a él se le considerara su segundo.
Eraso derrotó en Lumbier al brigadier Linares y mandó la primera brigada que don Carlos revistó a su entrada en España. En 1835 se le confió la comandancia general de Vizcaya, se apoderó de la ciudad y guarnición de Orduña y rechazó a una columna liberal que salió de Bilbao. En la acción de Villaro contra Espartero ganó la faja de mariscal de campo, y a principios de junio obtuvo la victoria de Descarga. En sucesivas acciones victoriosas llegó a dominar por completo el señorío de Vizcaya, excepto la plaza de Bilbao, a cuyo primer sitio asistió, quedando encargado del mismo al ser herido Zumalacárregui. Levantado el asedio, se batió nuevamente en la acción de Puente la Reina y en la batalla de Mendigorría, y habiéndose agravado su enfermedad, estaba tuberculoso, pasó a la situación de reserva, muriendo poco después.