BURGUETE, RAZA CABALLAR
BURGUETE, raza caballar
Caballo, también conocido con el nombre de “burguetano”, que tiene su origen en el cruzamiento de la yegua del país, pequeña y rústica, con sementales Bretones o Trait-Bretones, dejando el mestizaje de esta descendencia una población con características morfológicas definidas y fijadas en su patrimonio hereditario. Su ficha racial y datos métrocos serían:
-cabeza de perfil fronto-nasal subcóncavo, cuello corto y fuerte y cruz no prominente; dorso y lomos anchos, grupa doble y algo derribada; tórax profundo y vientre desarrollado; extremidades robustas, bien aplomadas y suelos anchos; capas más frecuentes: alazana, castaña y overa. Proporciones medias o brevilíneas, tendente a la hipermetría (peso vivo superior al medio) y aptitud para el tiro semipesado. Las medidas que dan los sementales son: 1,55 m de alzada a la cruz, 1,95 a 2,10 m de perímetro toráfico y 23-24 cm de perímetro de caña. En las yeguas de vientre estas medidas son de 1,48 m, 1,85 m y 20-21 cm respectivamente.
Mecanizados la agricultura y los medios de transporte, el interés de esta raza ha quedado reducido a la producción de carne y a la venta de sementales, solicitados éstos dentro y fuera de Navarra. Hasta los años 1940-1950 las yeguas burguetanas se cotizaban como “mulateras”, vendiendo los productos híbridos a los recriadores de Aragón y Cataluña. Todavía el censo de la especie caballar en 1950 era de 17.500 animales, manteniéndose hacia 1985 estabilizado en torno a las 8.000-9.000 cabezas, de ellas 5.500 yeguas de vientre, a partes iguales de esta raza y de la Jaca Navarra*.
Su explotación es económica: vida ambiental en las estribaciones del Pirineo, excepto cuando la nieve “aprieta”, gastos mínimos de alimentación de pesebre y nivel sanitario bueno, sin las enfermedades infecciosas que afectan al ganado vacuno. Tan rústica como la Jaca Navarra, que parece injertada a la tierra, resiste las situaciones límite derivadas del clima adverso y de los baches nutricionales del invierno, contribuye a mantener, con otras especies domésticas, el necesario equilibrio ecológico evitando la desertización de zonas desfavorecidas. Las principales yeguadas se encuentran en Arrieta, Villanueva de Arce, Espinal, Burguete, Garralda, Uztarroz e Isaba. Autorizadas por la Delegación de Cria Caballar del Ministerio de Defensa funcionaban en Navarra 125 paradas (1985), centrándose el fomento y mejora de esta especie en la concesión de ayudas económicas por el Gobierno de la Comunidad Foral, a la adquisición de sementales y en la Organización de concursos morfológicos.