AOJAMIENTO
AOJAMIENTO
Maleficio que en la creencia popular estaba provocado por las brujas y daba lugar a que los niños muriesen al poco de haber nacido. Se han documentado numerosos testimonios al respecto en la zona vascoparlante de Navarra, donde el miedo al aojamiento era tan intenso que no se recomendaba casarse en martes o viernes porque los hijos podían resultar brujos y, en cualquier caso, nacidos éstos se impedía que saliesen de la casa durante la lactancia. Ante la sospecha de aojamiento se solían adoptar determinadas medidas tendentes a neutralizar el maleficio y, una vez nacida la criatura, los padres acudían en peregrinación a santuarios de su devoción, que en los valles pirenáicos era el de Roncesvalles. En la Burunda se acudía al de Olaberría (Guipúzcoa), donde los padres llevaban alguna prenda de la criatura en lugar de llevar a ésta. Allí oían misa y se presentaban al sacerdote para que les leyera los evangelios, tras de lo cual ofrecían una limosna recolectada entre varios donantes y recibían del sacerdote una hoja impresa con oraciones en latín, que posteriormente aplicaban a la criatura en forma de amuleto (butuna, gutun). Tanto en la Burunda como en Améscoa se adoptaban precauciones extraordinarias en el momento de la primera salida de las criaturas, a las que se vestía con unas fajas especiales (paxak) decoradas con bordados de motivos religiosos, crucecitas y medallas. (Amuleto*).