ALFÉREZ
ALFÉREZ
Derivado de la voz árabe al faris (“el jinete”) y sinónimo en la Edad Media de los términos latinos de armiger regis, signifer regis, vexillarius, es decir, “el portaestandarte”, el magnate que en las batallas enarbola la enseña o pendón real, y en las ceremonias cortesanas empuña la espada del rey, símbolo de su potestad. Estaba al frente de la milicia o guardia del monarca y le correspondía acaudillar la hueste regia cuando el soberano no podía hacerlo personalmente. Como armiger regir aparece documentado ya en el reino de Pamplona a mediados del siglo X. Alternando con esta denominación, la voz de “alfériz” se emplea en la curia de García Sánchez III el de Nájera, desde 1040.
El Fuero General previene que el soberano tenga “alfériz” que ostente la enseña regia y disponga cien caballeros pagaos por la corona; que además comparta en palacio la mesa del soberano y, por Pascua Florida, su copa de oro o de plata, sus vestidos y su lecho; y monte un caballo valorado por lo menos en cien maravedís.
Disfrutaron el cargo y sus rentas miembros de las más notables estirpes de ricoshombres del reino, como las de Baztán, Almoravid, Mauleón, Aibar, Cascante, Leet o Lacarra. Martín Enríquez de Lacarra* recibía del tesoro una remuneración de 620 libras, 500 por la “alferecía” y 120 por seis “caballerías” y en 1357 mantuvo a su costa 460 hombres de guerra en Normandía. Carlos de Beaumont* percibía desde 1384 la suma de 3.300 libras anuales; a su muerte (1432) el título fue sustituido por el de condestable, a imitación de las cortes castellana y francesa.