ALBELDA, SAN MARTÍN DE
ALBELDA, San Martín de
Monasterio riojano fundado hacia el año 925 por Sancho Garcés I con la colaboración de los monjes de Cardeña. Se concibió como centro de restauración y articulación de la vida cristiana, así como cauce para la repoblación del territorio riojano que acababa de ser reconquistado. Alcanzó rápido desarrollo durante los siglos X y XI, de forma que su dominio desbordó los valles del Iregua y del Leza, se extendió tanto hacia Nájera como hacia Calahorra y llegó hasta Álava y el suroeste de Navarra.
A mediados del siglo X era ya uno de los focos culturales más importantes de la Hispania cristiana y contribuyó a la renovación y difusión de la tradición visigótico-mozárabe en el reino de Pamplona. Su escritorio produjo excelentes escribas, como Gomesano y Vigila*, autor éste del llamado Códice Albeldense*. Salvo* fue su abad de mayor renombre (953-962). Desde 1033 rigieron el cenobio los obipos de Nájera-Calahorra, lo que a la larga determinó su conversión en un cabildo de canónigos regulares. Al parecer defendió la liturgia mozárabe frente al rito romano, y desde la ocupación castellana de la zona (1076) fue perdiendo importancia. Su progresivo deterioro explica su unión a Santa María la Redonda de Logroño para formar un solo cabildo con dos residencias. Sus posesiones en el actual territorio navarro fueron escasas. Cabe señalar las salinas de Yániz (947), las decanías de Marañón y Larraona (1058), el monasterio de San Andrés de Deyo (1063) y la iglesia de Desojo (1068); por poco tiempo (1024-1045) tuvo bajo su dependencia el monasterio de Yarte.
Bibliografía
A. Ubieto Arteta, Cartulario de Albelda. 2.ª ed., Zaragoza 1981; E. Sainz R, Colección Diplomática de las Colegiatas de Albelda y Logroño, Logroño, 1981.