SAN JUAN BELARRAK
SAN JUAN BELARRAK
Durante la madrugada del 24 de junio, antes de salir el sol, debían recogerse ciertas plantas y flores: helecho, nogal, fresno, espino; saúco, malva, hisopo (“milluba” en Olazagutía), manzanilla, margaritones, limonia (Gastiáin) o “verbena” (Ecala), planta que preservaba de picaduras de culebras y otros bichos. Los “San Juan belarrak” o “Sanjuanbelarres” eran llevados en manojos a las iglesias para ser bendecidos por los sacerdotes. En otras partes consideraban innecesaria la bendición porque, “recogida antes de salir el sol, ya basta” (Ulíbarri de Lana). Los manojos, guardados en casa, la protegían contra las brujas, incendios y otros males; eran arrojados al fuego durante las tronadas, o quemados en el tizón navideño el día de San Antón para ahumar el ganado, o tomadas como infusión eficaz en caso de cualquier dolencia, o puestas en la almohada en que apoyaban la cabeza un difunto (Ciga de Baztán). La recogida de flores fue conocida en algunas partes con el nombre de Sanjuanada*.