SAN JORGE
SAN JORGE
(23 de abril). La devoción a este Santo arraigó en Cataluña, la Corona de Aragón y la Navarra medieval. El Príncipe Carlos de Viana solemnizaba la fiesta con fuegos artificiales, dragones, “caballeros salvajes” y otros ingenios para solaz de la corte.
Uno de los focos devocionales más activos en Navarra fue el monasterio de Azuelo. Entre sus numerosas reliquias guardaban la cabeza de San Jorge y un hueso o “canilla”, embutido en relicario de plata, por el que pasaban el agua para bendecir campos y animales. También tenían una “risma*” del Santo. Ambos objetos eran llevados por los pueblos de la merindad en épocas de epidemias, singularmente de rabia.