MISTERIO DE OBANOS
MISTERIO DE OBANOS
Auto sacramental escenificado al aire libre en la población navarra de Obanos entre los días 20 y 27 de agosto. La primera representación se realizó el miércoles de Pascua de 1962, con el título de Auto sacramental del martirio de Santa Felicia y penitencia de San Guillermo, escrito por Santos Beguiristáin, promotor del espectáculo y sacerdote. En 1965 comenzó a llamarse Misterio de San Guillén y Santa Felicia, y se celebró ya en los días de agosto, con el patrocinio del Ministerio de Información y Turismo y la Diputación Foral de Navarra.
El Misterio representado en la plaza del pueblo de Obanos cuenta la historia de la princesa aquitana Felicia, que en los tiempos del gótico peregrina a Compostela, y, ganada por el fervor de los romeros y por la gracia del cielo, decide quemar su vida en el silencio, escondiéndose como moza de labor en el señorío de Amocáin, hoy casi una ruina, cerca de Elía y del desolado de Galdúroz.
Al llegar su hermano, el príncipe Guillermo, a recobrarla para su corte, Felicia explica su decisión, y Guillermo, impotente, la asesina. Luego, arrepentido, peregrina a Santiago para recibir el perdón divino. La penitencia lo confinará en la ermita de Santa María de Arnotegui, en Obanos, donde envejece y muere.
Cuenta la tradición que Felicia fue enterrada en Amocáin, y que su tumba floreció. Al ser encontrada en pleno campo por los habitantes del lugar se decidió encomendar el arca a la providencia, cargándola en una mula blanca para que eligiera destino. La mula fue abriendo camino hacia Labiano y allí cayó exhausta, junto a la ermita de San Pablo, donde hoy se encuentra el cadáver incorrupto. Los restos de San Guillermo se encuentran en Arnotegui, guardados en una sencilla urna barroca.
En 1965 se construyó el texto definitivo, escrito por Manuel Iribarren, en versos alejandrinos. La adaptación de la música de los siglos XIII, XIV y XV la realizó Luis Morondo, y la dirección se encomendó a Claudio de la Torre, director y autor canario.
En esta primera edición colaboró también la Coral de Cámara y numerosas personas pertenecientes al teatro aficionado de Pamplona, sobre todo el grupo Amadís y de la Agrupación Tirso de Molina. En el Misterio de Obanos han llegado a participar unas 600 personas que preparaban durante el año las representaciones de agosto. En esta primera edición colaboraron también, realizando algunos figurines, el matrimonio de pintores formado por Pedro Lozano de Sotés* y Francis Bartolozzi.
El Misterio de Obanos, con su gran despliegue de masas y elementos técnicos, sirvió también para la formación e iniciación de directores y ayudantes de dirección que luego realizarían un gran papel en el teatro de Navarra. En la edición de 1965 figuraban entre otros Valentín Redín como regidor y Joaquín Corcuera como ayudante de dirección.
El Ministerio de Información y Turismo le otorgó en 1965 el Premio Nacional Extraordinario de Literatura “Misterio de Elche” y lo inscribió dentro de los Festivales de España. El Misterio tiene como propósito rescatar toda la tradición cultural del Camino de Santiago con un auto sacramental realizado al aire libre que cuenta con una importante participación popular.
La última edición de este auto sacramental se realizó en 1977 bajo la dirección de Roberto Carpio, con Javier Garín como director adjunto. La falta de las subvenciones, con que en un principio contó este espectáculo, obligó a interrumpirlo. (Festivales*).
Bibliografía
S. Beguiristáin, El Misterio de Obanos (Pamplona), “” (1968), n.° 33.